fbpx

Trabajar con niños con dificultades de aprendizaje y trastornos del lenguaje

Julián Palazón
Doctor en Ciencias de la Educación
21 de junio de 2024
0

En todos los centros educativos de este país hay niños con dificultades para adquirir sus primeras palabras, para formar sus primeras frases. Las oraciones de los demás esconden un significado que escapa a lo que ellos entienden. Otros niños presentan problemas para leer las palabras escritas. Las letras suenan de formas que ellos no recuerdan, se disfrazan unas de otras, se vuelven un código misterioso y difícil de adquirir. Los párrafos les parecen montañas difíciles de escalar, inaccesibles. Hay otros niños para los que formar las letras se vuelve una tarea compleja. Lo intentan, pero las letras brotan en el papel con formas rebeldes. Les faltan algunos trazos, les sobran otros. Las que son altas se empequeñecen, las bajas crecen en el renglón de manera inexplicable. Estos niños tienen cosas que contar, pero no es fácil hacerlo con un lápiz y un papel. Algunos más encuentran al hablar la producción de algunos sonidos escurridiza. Muchos se dan cuenta de que sus palabras tienen algo diferente, de que algo suena raro cuando ellos hablan. La comunicación con los demás se les vuelve desagradable, algo de lo que hay que avergonzarse. Las ganas de interactuar con los demás les fallan a edades tempranas, cuando más se necesita de ese contacto.

Yo, como tantos profesionales, dedico una parte de mi jornada a trabajar con ellos, a enseñarles específicamente aquellas cosas que muestran problemas para aprender. Para un profesional como yo, que tiene formación en investigación, lo primero que se aprende es que los niños no son “casos”, “sujetos” o “participantes”, son niños. A veces, después de trabajar contigo, tienen un cumpleaños y no se concentran porque están nerviosos. A veces están tristes sin saber muy bien por qué, tal y como le ocurriría a un adulto. Otras deciden darte un cariño generoso, altruista, que viene en forma una ocurrencia o como una palabra de agradecimiento.

Hay, sin embargo, una parte ética, de responsabilidad, de compromiso, que es la que más me ha hecho reflexionar estos años. Sabes que ellos son vulnerables y que están en tus manos. Nunca estás seguro de que las cosas funcionen y, cuando funcionan, no hay ninguna certeza de que no pudieran ir aún mejor si se modificara tal o cual cosa. En todo caso, ellos están en situación de desventaja. Su tiempo contigo es limitado e importante. Es tu responsabilidad tratar de cerrar esas brechas, ayudarles a adquirir esas habilidades que, lo sabemos porque lo hemos estudiado, tanto impacto tendrán después en su calidad de vida, en su salud mental, en su ajuste social. Para ello no estás solo, está el colegio, la familia. Debes saber que esa orquesta debe estar bien afinada. Estudio y trabajo. Práctica y error. Ciencia y arte. Es solo un trabajo más. Pero es bonito y es el mío.

0
Comentarios