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Alfonso Aguiló (CECE): "Vivimos una época obsesionada con patologizar la normalidad"

El presidente de la CECE es también el presidente de la Fundación Arenales, una de esas fundaciones de inspiración cristiana de reciente creación que se están poniendo a los mandos de docenas de colegios de religiosas y religiosos, cuyas congregaciones han pedido auxilio. En tan solo 14 años suma ya 35 de estos colegios, tanto en España como en media docena de países de todo el mundo. Fuera de micrófono, nos confiesa que su ambición sería llegar al centenar de centros.
José Mª de MoyaMartes, 16 de julio de 2024
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Con la gorra de la Confederación Española de Centros de Enseñanza, Aguiló se muestra sumamente crítico con la campaña contra la llamada «nueva concertada» por el cobro de cuotas a las familias. Y considera particularmente hiriente las críticas cuando, según dice, proceden de colegios elitistas y muy mercantilistas que cobran más de 10.000 € al año y que son propiedad de fondos de inversión internacionales y se dirigen hacia colegios, como los suyos, a los que en su mayoría les cuesta llegar a fin de mes. Y eso, en una «simbiosis muy curiosa con las personas que están aliadas con la izquierda más extrema». «Yo creo que en enseñanza vendría bien que procuráramos todos hacer mejor nuestro trabajo y no tanto querer que desaparezcan los demás», asevera.

Dice que el informe de Esade de esta primavera, en este sentido, es un buen trabajo y aporta muchas cosas, pero, a la vez, «parece que tenía unas conclusiones pensadas y que todo le confirma sus propias opiniones». «Efectivamente, ha descubierto que la concertada es muy plural, enhorabuena, eso es bueno. Ha descubierto que el informe de Cicae está muy sesgado, enhorabuena también, lo sabíamos y nos alegra que se confirme, y ha descubierto que hay muchísima concertada en muchísimos lugares muy desfavorecidos y también es muy bueno que lo haya descubierto…», enumera.

Pero lo de las cuotas «voluntarias en teoría, ilegales en la práctica» no le gusta nada a Aguiló, por más que hubiera rectificación posterior vía nota aclaratoria. El mal ya estaba hecho, viene a decir Aguiló. «Lo matizaron, claro, pero la difusión de su matiz fue minúscula, y lo otro fue de abrir todos los telediarios. Le agradecemos que rectifican, porque siempre hay que agradecerlo, pero me parece que han echado mucha basura encima de la concertada. Sin querer, probablemente, porque yo no creo que lo hayan hecho queriendo, pero lo han hecho».

«El propio Esade y los propios jesuitas tienen muchos colegios en muchos sitios distintos y les parecieron muy desafortunados los titulares que provocaron. Cuando un informe provoca una serie de titulares que salen en un montón de medios diferentes con unas horas de diferencia quiere decir que el informe da lugar a ese malentendido», concluye.

Sobre el modelo de la Comunidad de Madrid, de sacar a concurso concertados en zonas de expansión, apostilla que «los criterios de asignación de estos concursos nunca han sido muy fáciles de entender», pero el formato en sí le parece bien, porque «la acogida por parte de las familias es magnífica» –»Cuando 100.000 familias eligen un colegio yo creo que tontas no son»–. Eso sí, considera que no es un modelo fácilmente transferible, pues solamente funciona en ciudades muy grandes con grandes polos de crecimiento.

Finalmente, se muestra benévolo con el uso de la tecnología en las aulas, en medio de lo que considera una campaña exagerada en contra. Por eso, no se arrepiente de haber sido pioneros en la introducción de tabletas, máximo cuando, según una encuesta a las familias de sus centros, apenas una de cada cinco considera que hay un exceso de tecnología.
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