La claves de la nueva Formación Profesional para el próximo curso
La Formación Profesional que comienza el próximo curso abrirá la puerta a nuevas materias, obligará a que el alumnado de primer curso haga parte de su formación en la empresa y dará entrada a figuras profesionales hasta ahora desconocidas.
En un camino no exento de dificultades y con la matrícula ya cerrada en muchas comunidades autónomas, el nuevo sistema de Formación Profesional se implantará a partir de septiembre en el primer curso de los ciclos formativos de Grado Básico, Grado Medio y Superior, y en los cursos de especialización (conocidos como máster).
Este alumnado deberá pasar parte de su periodo de formación en la empresa.
Gracias a la flexibilidad de la ley de FP, aprobada en 2022, la planificación del tiempo en el que el estudiante se forme en el entorno laboral durante el primer y segundo curso dependerá de cada centro, explican a Efe fuentes del Ministerio de Educación, Formación Profesional y Deportes.
Este departamento ha propuesto un modelo de plan de formación individualizado, a título orientativo para FP Básica, Grado Medio y Superior y obligatorio para los certificados profesionales.
Para impulsar la enseñanza dual -la que combina el aula con las estancias en la empresa-, Educación ha dado financiación a las comunidades que podrán destinar a los «prospectores» de empresa o profesionales similares, una figura con o sin carácter docente cuya función será facilitar los contactos entre centros de FP y empresas.
Una de las dudas expresadas por las patronales desde que comenzó a debatirse la ley es si España podrá alcanzar el objetivo dual de la FP, pues su tejido productivo está formado sobre todo por pequeñas y medianas empresas y aducen, por ejemplo, limitación de personal para encargarse del seguimiento de la formación del joven en la empresa.
Otro problema al que ha intentado poner coto por ley el Gobierno es que los centros privados de FP copen las prácticas en ámbitos como el sanitario, dado que pagaban por colocar a sus estudiantes en competencia con la pública, que no ofrece ninguna contraprestación.
La Ley de FP se apoya también en cámaras de comercio y organismos de desarrollo local para avanzar en la dual, que se divide en dos tipologías, la general y la intensiva.
La primera contempla entre el 25 % y 35 % del tiempo de formación en la empresa; el 10 %-20 % de los resultados de aprendizaje en empresa y alta en la Seguridad Social; y la segunda del 35 %-50 % de la formación y al menos el 30 % de los resultados de aprendizaje en la empresa, y contrato de formación recogido en la legislación laboral.
La situación actual refleja una escasa implantación de la FP Dual en España: solo el 0,3 % de las empresas españolas forman a alumnos de FP, según datos del Consejo Económico y Social (CES).
Según las mismas fuentes de Educación, ahora mismo se está analizando con otros ministerios posibles incentivos a las empresas, no necesariamente económicos, y para el segundo semestre se lanzará una convocatoria para poner en marcha las nuevas Unidades Aceleradoras de Dual.
Para el próximo curso, otra de las novedades son los nuevos currículos, publicados hace un año.
Por ejemplo, en la parte troncal obligatoria se sustituyen en Grado Medio y Superior los antiguos módulos de Formación y Orientación Laboral (FOL) y de Empresa e Iniciativa emprendedora (EIE) por el Itinerario personal para la empleabilidad I (1º) y II (2º).
También se introducen nuevas materias obligatorias para todos los ciclos formativos de grado Medio y Superior, como Inglés Técnico, Sostenibilidad Aplicada al Sistema Productivo y Digitalización Aplicada al Sistema Productivo.
En la parte optativa se deberá introducir al menos un módulo con duración anual o dos módulos optativos cuatrimestrales.
Habrá además cambios progresivos en las metodologías -desde los módulos aislados hasta el trabajo por proyectos o retos- y nuevas figuras como el coordinador o responsable de innovación de FP, tutor dual de centro (al menos uno); tutor dual de empresa; y el coordinador o responsable del servicio de orientación profesional.
Se unirán a ellos las llamadas «personas expertas» del sector productivo o experto/a senior de empresa.
Como todos los años y pese al importante esfuerzo inversor de los últimos años, el alumnado de FP no tiene garantía de obtener plaza en la red pública ni en los estudios que desea cursar como primera opción, frente a un estudiante de Bachillerato que siempre tiene garantizado un puesto escolar.
Como consecuencia, si la familia se lo puede permitir, el joven acaba en un centro privado de FP.