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Naturalizar los patios escolares como vía para mejorar la inclusión y el aprendizaje

Los estudios demuestran que los jóvenes que pasan tiempo en espacios con vegetación son capaces de concentrarse mejor y, por lo general, afrontan mejor los acontecimientos estresantes de la vida y presentan menos síntomas de déficit de atención e hiperactividad.
Redacción-comunidadesViernes, 30 de agosto de 2024
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Vídeo explicativo del programa 'Transformem els patis' del Ayuntamiento de Barcelona.

Una buena naturalización de los patios escolares promueve la inclusión, el aprendizaje creativo y la salud de los niños, según concluye un estudio que han llevado a cabo investigadoras de la Universitat Oberta de Catalunya (UOC).

El estudio analiza los factores clave en los patios naturalizados y determina que «el rol del arquitecto y la implicación real de los niños y de las familias son esenciales para obtener espacios equitativos y creativos», ha informado la universidad.

Han elaborado el análisis las investigadoras Filka Sekulova e Isabel Ruiz-Mallén, del Laboratorio de Transformación Urbana y Cambio Global (TURBA Lab), perteneciente al Internet Interdisciplinary Institute (IN3) de la UOC.

Para llegar a sus conclusiones, las autoras han analizado los procesos de diseño de patios escolares naturalizados en cuatro ciudades: Barcelona —con el programa Transformem els patis—, París, Bruselas y Rotterdam.

«En las cuatro ciudades estudiadas vemos que la mayoría de los esfuerzos se dirigen a fomentar la participación en las fases de visión y preparación del espacio, pero no tanto en las de implementación y mantenimiento», ha advertido Filka Sekulova, que ha liderado el estudio.

Sobre los espacios naturalizados, la investigadora ha indicado: «debemos atrevernos con espacios más salvajes, desestructurados y basados ​​en la naturaleza».

Fila Sekulova: "

Debemos atrevernos con espacios más salvajes, desestructurados y basados en la naturaleza

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«Estos patios verdes podrían incluir colinas, puentes, caminos y túneles, además de árboles, zonas arbustivas o suelos cubiertos con virutas de madera», según el estudio.

En cuanto a las estructuras de juego, la investigadora ha recomendado «instalar cabañas y zonas de escaleras de madera reciclada con troncos de árboles, anfiteatros, huertos, elementos de agua y barro e infraestructuras para la recogida de agua».

«Los estudios demuestran que los jóvenes que pasan tiempo en espacios con vegetación son capaces de concentrarse mejor y, por lo general, afrontan mejor los acontecimientos estresantes de la vida y presentan menos síntomas de déficit de atención e hiperactividad», ha afirmado Filka Sekulova.

La investigadora también ha puesto en valor que los niños y niñas «suelen apreciar más el espacio si han estado implicados en su construcción y han participado en ello con trabajos prácticos».

En este sentido, ha subrayado que «es crucial la colaboración efectiva entre escolares, padres, profesores, diseñadores, arquitectos, financiadores y agentes locales en las distintas fases de producción de los patios».

Asimismo, ha subrayado como «clave» fomentar la participación de las familias en el diseño de patios, sobre todo en los centros educativos situados los barrios de clase trabajadora, «donde la implicación de los padres tiende a ser menor que en los barrios acomodados».

El estudio también indica que el perfil de los arquitectos y paisajistas «es fundamental para crear un espacio exitoso y adaptado a las necesidades de los niños, niñas y comunidad».

En este sentido, la investigación aconseja que los arquitectos sean «profesionales comprometidos con la educación, la pedagogía y la ecología del paisaje» ya que «cuando estos profesionales están abiertos a un proceso horizontal de cocreación, con elementos experienciales y artísticos, los resultados son patios escolares muy diversos, verdes y únicos, donde los escolares desarrollan un sentido de pertenencia».

En cambio, «cuando el equipo de arquitectos aborda los procesos de transformación como una obra de urbanización más, observamos unos diseños menos ambiciosos y más homogéneos, que no fomentan el juego creativo ni el sentido de pertenencia», han añadido las investigadoras.

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Cuando el equipo de arquitectos aborda los procesos de transformación como una obra de urbanización más, observamos unos diseños menos ambiciosos y más homogéneos, que no fomentan el juego creativo ni el sentido de pertenencia

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