Caminos de Tiza: una escuela ambulante para la vida
Julio Pereyra, docente e impulsor de "Caminos de Tiza", en un momento de una clase con alumnos de Argentina/PREMIO ESPIRAL®.
Julio Pereyra y Yanina Rossi, los dedicados docentes detrás del proyecto Caminos de Tiza, han sido galardonados con la Peonza de Oro en la edición de 2023 del Premio Espiral por su inspiradora labor educativa en áreas rurales de Argentina. Caminos de Tiza no es simplemente un proyecto educativo; es una escuela ambulante que recorre catorce pequeñas poblaciones apartadas de la civilización llevando no solo educación formal, sino también enseñanzas vitales sobre higiene, conservación de alimentos, y habilidades digitales.
Este proyecto multigrado y multidisciplinar adopta los principios de los Diseños Universales de Aprendizaje (DUA) para atender a las diversas necesidades de sus estudiantes, que incluyen tanto la neurodiversidad (como dislexia, autismo, y trastornos específicos del lenguaje) como la diversidad cultural y lingüística de los pueblos originarios. A bordo de su furgoneta, Julio y Yanina desafían las limitaciones de recursos y las barreras geográficas, proporcionando una educación personalizada y adaptativa que responde al perfil y necesidades únicas de cada alumno.
Conversamos con Julio Pereyra sobre su extraordinario trabajo con Caminos de Tiza, los desafíos que enfrentan a diario, y la profunda importancia de su enfoque flexible y humanitario en la educación de los más vulnerables.
¿Cómo surgió la idea de tu proyecto ganador? ¿Qué te inspiró a desarrollarlo?
–Motivó nuestro proyecto encontrar niños no escolarizados, analfabetismo y falta de aprendizajes significativos para su contexto. Entender la necesidad de atender y las socio-comunitarias desde la Educación. Ello hizo necesario diseñar e implementar un modelo alternativo y complementario de Educación adaptada a comunidades migrantes y estudiantes con trayectorias discontinuas.
¿Cómo estructuraste el proyecto desde su concepción hasta su implementación en el aula?
–El proyecto se basa en adaptar estrategias de enseñanza desde el visual thinking, a la exploración, descubrimiento, experimentación y práctica de, en y para contenidos de aprendizaje útiles de aplicación, como técnicas de higiene o prevención de accidentes domésticos (quemaduras, intoxicaciones, electrocuciones), adaptando estrategias de Comunicación Alternativa Aumentativa/Accesibilidad Cognitiva para Actividades de la Vida Diaria (AVD) utilizando como recursos de enseñanza elementos de uso y conocimiento (cepillos de dientes, encendedores, productos de higiene, etc.).
Esto ha permitido la conciencia fenomenológica, y con ello trabajos sobre la Memoria Semántica desde la Memoria Episódica. Aprender a hacer haciendo. Nuestra premisa es: «A mí me enseñaron que era un Derecho que los niños fueran a la escuela… yo aprendí que era una obligación la escuela fuera a los niños».
¿Cómo utilizaste la rúbrica del Premio Espiral para guiar el desarrollo de tu proyecto?
–Nos permitió (re)visar, sistematizar y (re)pensar nuestras prácticas. Este tipo de etapas e instrumentos permite (re)evaluar la praxis educativa, retomar fundamentos de la misma, y someternos a evaluaciones externas que permitan una mirada no contaminada sobre la propuesta/el proyecto.
Se torna un ejercicio intelectual de retroalimentación y que dispara nuevas ideas o estrategias.
¿En qué consiste exactamente tu proyecto ganador? Describe sus objetivos y metodologías.
–Educación Paliativa/Pedagogía de la Emergencia consiste en el diseño de una metodología o modelo educativo ambulante o itinerante que permite sostener secuencias didácticas o continuidades pedagógicas para estudiantes con trayectorias escolares discontinuas y en contextos de migración permanente; (re)significa las estrategias y recursos de enseñanza, adaptados a los perfiles de los estudiantes, mientras se centra en aprendizajes útiles, de aplicación y de comprensión o conciencia fenomenológica.
Esto es, educar en lo que se necesita con temas alternativos o complementarios como prevenir accidentes domésticos o con animales ponzoñosos, como prevenir zoonosis y parasitosis (pediculosis, leishmaniasis, Dengue, hidatidosis, etc.); aprenden técnicas de higiene, cómo actuar ante sucesos de emergencia (como epidemias, inundaciones, etc.), hasta temas más específicos como RCP, Maniobra de Heimlich, Posición de Seguridad, enseñar a usar un nebulizador, potabilizar agua o no intoxicarse con Monóxido de Carbono (temas significativos en casas rústicas o precarias).
A partir de este tipo de conocimientos se llega a saberes escolares como anatomía, química, física, lengua (por ejemplo, al abordar señaléticas como tóxico, venenoso, corrosivo, eléctrico, etc.). A su vez, se educa sobre formas de prevención y detección de Trata de Personas Abuso Infantil o Pedofilia, hasta temas como CAA, Lengua de Señas, Psicoprofilaxis o Educación Sexual Integral (ESI).
¿De qué manera tu proyecto pone en el centro al alumno y cómo promueve su participación activa?
–La planificación centrada en el contexto y/o la persona hace que el estudiante sea protagonista al aprender cosas significativas, desde su experiencia, manipulando elementos, objetos y cosas propios de su entorno y de aplicación. Se trata de un aprender a aprender, aprender a hacer (haciendo), basado en el asombro y el descubrimiento.
Ninguno de los contenidos de Educación Paliativa es abstracto, ni está condicionado por tiempos administrativos (son Tiempos Pedagógicos). La premisa base es «Enseñar lo que el estudiante quiere y necesita aprender, no (solo) lo que la autoridad manda».
¿Cómo crees que tu proyecto ha influido en el desarrollo personal y académico de tus alumnos?
–El impacto en nuestro alumnado se referencia en marcadores con información basada en la evidencia. El impacto es trazable en el desarrollo de autonomía funcional, y en la reducción o erradicación de problemáticas en sus AVD (no intoxicaciones, no zoonosis, mantenimiento de la higiene dental y personal, por ejemplo), así como la alfabetización funcional, aún en base a señaléticas (visual thinking) o reconocimiento fenomenológico.
No obstante, se adquieren herramientas y competencias (lingüísticas, cognitivo-cognoscitivas, psicomotrices), conocimientos para resolución de problemas cotidianos dejando Capacidad Instalada. Quizás el mayor impacto educativo, es la Cultura General que adquieren los estudiantes.
¿Cómo viviste la experiencia de participar en la gala de entrega del Premio Espiral?
–No pude participar presencialmente, dado que lo hice desde Argentina, junto con mi Pareja Pedagógica (Yanina Rossi), así que de manera virtual, seguimos parte de la gala, donde
conocimos experiencias educativas desde las que (re)tomar ideas y ejemplos de trabajo aplicado.
¿Qué emociones y recuerdos te llevas de ese día?
–El recuerdo significativo fue el de en ese momento estar brindando una capacitación sobre Educación Inclusiva para docentes y compartir en tiempo real el anuncio de recibir la Peonza de Oro, algo que aprovechamos para insistir a los educadores sobre la importancia de someterse a este tipo de instancias que, más allá del premio, constituyen una oportunidad de reveer sus prácticas, objetivos y resultados, mientras una evaluación externa en sus devoluciones constituye un punto de partida para el análisis de sus propuestas.
¿De qué manera ha impactado este reconocimiento en tu práctica educativa diaria?
–En la vida diaria poco, en el sentido de que no existe en donde transcurre nuestro proyecto educativo un valor de este tipo de espacios y/o reconocimientos, ya que la Educación está viciada de lo burocrático-administrativo relegando lo didáctico-pedagógico. Por eso, los aportes de estas instancias como el Premio Espiral son la oportunidad de visibilizar estrategias y recursos que han sido compartidos con colegas de toda América, más permanecen ignorado por el Sistema Educativo, que muy rara vez valora propuestas surgidas de los docentes aún cuando tienen un impacto trazable documentado.
Para el equipo de trabajo significó un respeto y valor a nuestra labor que nos permitió reafirmar prácticas y enfoques sabiendo que el modelo de intervención alcanzaba estándares profesionales a nivel internacional. Ello motiva a no caer en el hábito de la clase tradicional solo por el confort laboral.
¿Qué importancia tiene la innovación educativa para ti y cómo la aplicas en tu trabajo diario?
Creemos que nuestro modelo es innovación per sé, en especial porque ofrece un diseño (experimental pero de impacto) replicable y aplicable a contextos de refugiados, desplazados, comunidades trashumantes, post-catástrofes (como terremotos o inundaciones) e incluso para pandemias (como nuestro modelo resultó viable y pertinente en Argentina durante el aislamiento por COVID19, siendo la única propuesta que garantizaba la continuidad presencial para estudiantes con discapacidad en zonas rurales o remotas). La metodología de trabajo incluso puede ser adoptada durante conflictos bélicos (guerras).
La innovación es vital para no caer en modos obsoletos. Advertencia: no confundir innovación con tecnología.
¿Qué consejo le darías a otros docentes que desean participar en el Premio Espiral Internacional?
–Mi consejo es que sistematicen sus prácticas, mientras cuenten o relaten qué y cómo se hace en y desde sus proyectos. Que no tengan miedo de mostrar evidencia y compartir hechos concretos y a sus alumnos en acción.
¿Qué crees que es lo más importante para desarrollar un proyecto educativo innovador y exitoso?
–Un modelo educativo es innovador y exitoso si se mide en base a los logros de los estudiantes y no (solo) a las evaluaciones institucionales. No sean el docente que el sistema quiere sino el que sus estudiantes necesitan. Les recuerdo que las grandes escuelas están donde los grandes maestros, no donde los grandes edificios.