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Isabel Fernández, rectora de la UAX: "La evaluación en estos tiempos de IA debe consistir en que el alumno resuelva retos"

No sabíamos, cuando invitamos a la rectora de la Universidad Alfonso X el Sabio, que es ingeniera informática, tecnóloga por los cuatro costados y con larga experiencia en el desarrollo de modelos de inteligencia artificial. Casi nada.
José Mª de MoyaViernes, 6 de septiembre de 2024
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Y ahí entramos al ataque, a pecho descubierto, contra el exceso de tecnología en las aulas, los riesgos de la inteligencia artificial, el impacto educativo de las redes sociales… Tras varias embestidas, no logramos rebajar su furor tecnológico. La rectora defiende «una tecnología con propósito» y «que hay que pasar del exceso a la normalización».

Fernández puso sobre la mesa datos realmente incontestables: el 36% de los profesionales en ejercicio ya trabajan con IA en algún momento frente al 75% de los estudiantes. «No hay que tener miedo a que la IA te quite el trabajo, ten miedo a que alguien te lo quite porque domina esta herramienta y tú no», concluye.

¿Está la IA revolucionando la formación universitaria?
–La IA ha revolucionado nuestras vidas a escala desde los noventa. Lo que sucede es que es esa tecnología «silenciosa y transparente», que a lo mejor no nos damos cuenta, y así es como tiene que ser. Y nos está ayudando a transformar la universidad de manera muy importante. 2024 yo creo que ha sido un año de cambio para la mayoría de las universidades. No solo las españolas, sino las internacionales, porque la magia ocurre con el profesor, y el profesor la ha abrazado. Así que ya empieza a transformarse el aula. Sí, sin duda.

Da miedito también, porque los alumnos con ChatGPT… Ya no se sabe quién hace el trabajo. De momento los profesores están un poco preocupados, ¿verdad?
–Bueno, tengo que decir, esto es una opinión personal, que, al contrario, ha venido a hackearnos, y a mí me encanta. Si en pleno siglo XXI tu forma de evaluar las competencias de un veterinario en Patología es que escriba un trabajo de 800 palabras tienes lo que te mereces. La forma de evaluar es otra. Lo que ha venido a decirnos es: Todo esto de haz un trabajo de no sé cuántas palabras sobre no sé qué temática no es la mejor forma de evaluar si han adquirido las competencias. Y eso es lo que nos ha hackeado a todos, y eso es fantástico, porque igual que hay metodologías activas de aprendizaje hay mejores metodologías para evaluar el aprendizaje del estudiante. Vamos a por ello, ya no hay excusas.

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La IA ha venido a hackearnos, y a mí me encanta

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Se deben evaluar más los procesos que el resultado final.
–Hay que evaluarlo de una forma práctica. Nosotros tenemos un modelo educativo del que estamos muy orgullosos, UAX maker, que tiene más que ver con hacer que con decir. A mí no se me ocurre ningún ejemplo en el que la evaluación no tenga que ver con el demostrar haciendo cosas que tengan que ver con la profesión a la que vas a egresar.

¿Y también exposiciones orales?
–Tiene que ver más con resolver retos. Imagínate que eres un estudiante de Derecho. Seguro que tenemos despachos de abogados que están deseando hacer cosas innovadoras. Danos un reto y lo resolvemos juntos con nuestros estudiantes. En la resolución de ese reto, de hecho si a alguna IA generativa tú le haces una consulta para recopilar información, para indexar de forma más rápida lo que se está publicando, en definitiva, para acceder no con un Google sino de una forma un poco más inteligente a información, que es el estado del arte de toda la vida, y a partir de ahí construyes y generas nuevo conocimiento, para ti, como estudiante, eso es aprendizaje. ¿Y cómo lo demuestras? Se lo cuentas a esa empresa que hemos invitado, en una simulación entre iguales, porque, créeme, no hay nada más exigente que un estudiante evaluando a otro estudiante. La evaluación entre pares es tremenda. Y te ayuda a sacar lo mejor de ti mismo. Hay muchas alternativas y ¿por qué no? Si procede, también una evaluación oral donde tenemos un diálogo como el nuestro, donde no es la típica pregunta de cuestionario y profundizamos en aquellas áreas que creamos más interesantes.

Esto va a servir para eliminar las áreas más rutinarias y que aportan menos valor. Suena por lo menos a que va a potenciar la creatividad del alumno y que al final nos va a hacer mejores la IA.
–Y va a fomentar el autoaprendizaje. Aunque os sorprenda a algunos, muchos de nuestros estudiantes la utilizan para dar unos contenidos muy variados, muy dispersos, generarse preguntas de evaluación que ellos mismos se responden. Estudian de una manera distinta. Y en esas preguntas de evaluación ellos mismos se calibran el nivel de profundidad de ese aprendizaje y toman decisiones sobre qué reforzar. Sí, puedes utilizar una de estas IAs generativas para “Hazme un trabajo sobre Miguel de Cervantes y sus tres obras más importantes”. Pero el problema lo tiene el profesor si es así como quiere evaluar, no el estudiante.

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Sí, puedes utilizar una de estas IAs generativas para "Hazme un trabajo sobre Miguel de Cervantes y sus tres obras más importantes". Pero el problema lo tiene el profesor si es así como quiere evaluar, no el estudiante

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En la UAX, lejos de tratar de limitar el uso de la IA, vais a estimularlo en la medida de lo posible.
–Lo primero que hemos hecho el curso pasado es dar formación a todos los profesores. Una certificación que tienen sobre cómo emplear para el aprendizaje del estudiante las IAs generativas. No ChatGPT, que solo es una marca comercial, sino todas, todo lo que es prompting. Hemos dado formación a nuestros estudiantes para que la utilicen, o bien para su profesión, como los abogados utilizan la IA en el ejercicio, por ejemplo para la recopilación de sentencias, lo que les ahorra mucho tiempo, o como estudiantes, cómo utilizarlo para aprender. Y tenemos un observatorio del impacto de las nuevas tecnologías en las futuras profesiones. Mientras el 36% de los profesionales en ejercicio en enero de 2024 nos decían que utilizaban la IA generativa en su trabajo, más del 75% de los estudiantes de menos de 25 años declaran que están utilizando la IA generativa para el proceso de aprendizaje. Esto ya ha llegado, así que mejor que nos sumemos, les enseñemos espíritu crítico y la ética alrededor.

Claro, se puede hacer también un mal uso de la IA, y entiendo que os preocupe que el uso que se haga sea responsable y ético.
–Eso nos ocupa y en la formación que les damos, tanto al profesor como al estudiante, hay una parte de principios éticos, desde los sesgos, la transparencia, y cómo no, el espíritu crítico, porque lo que producen no siempre es preciso ni cierto, igual que lo que podemos leer en algunos medios, ni con mala ni con buena intención, sino que a veces en el procesamiento de información lo que producimos no es muy preciso. En esa parte de ética y buen gobierno se ayuda y se acompaña al profesor y al estudiante.

Todavía hay mucha alucinación. Va mejorando la cosa pero te das cuenta de que no te puedes fiar y hay que contrastar mucho…
–Claro, y ¿en ese proceso de contraste y filtro no hay una gran labor y un proceso de aprendizaje? Te conviertes en un especialista en el tema.

Y sobre todo te ayuda en el arranque. Pero sabes que eso es un borrador. Un simple y llano borrador.
–Eso es lo que desde el minuto 0 tenemos que decirle al estudiante y al profesor, y así se acabarán todos esos miedos de la sustitución. Que no, que no… Es como antes con el Rincón del Vago: te encuentras de todo y puedes hacer un buen uso o un mal uso…

Creo que vuestra facultad aúna Negocios y Tecnología.
–Esa ha sido la última innovación, el último empujón que hemos dado ha sido el de “No queremos que haya ni un solo titulado en el mercado del área de Negocios, Relaciones Internacionales, Derecho, AD, que no sea bilingüe con la tecnología, que no sepa integrarla en los procesos, en sus compañías, en sus industrias… Pero también al revés. No queremos que haya ningún ingeniero informático, ningún grado en computación e inteligencia artificial, físico, matemático, que no sepa que la tecnología tiene propósito, que hay un por qué». Esto es muy importante para nosotros: tecnología con propósito, que hay un para qué y que la tecnología es lo que nos puede dar la escala para hacer accesibles muchos servicios y productos a clientes en general pero también a la sociedad y a los ciudadanos muy en particular.

¿No corre el riesgo la universidad de estar tan pendiente de lo último que se pierdan sus raíces humanísticas?
–Espero que no. Trabajamos para que eso no ocurra. De hecho, no es tanto estar a la última por ser modernos o cool sino todo lo contrario. Es, desde los fundamentos y lo estructural, no estar de espaldas a lo que está ocurriendo aquí y ahora para estar seguros de que los estudiantes dominan lo que tienen que hacer y con propósito. Entre las competencias que se desarrollan está el pensamiento analítico, ahora que estamos en la era del dato, pensamiento crítico… Desde lo estructural, no vivir de espaldas a la sociedad. Ese es el objetivo que tenemos.

Un director me decía que frente a lo que pasaba hace 10 años, cuando la tecnología era una herramienta de marketing, ahora es lo contrario, ¿no nos hemos pasado con la tecnología?
–Yo no soy la persona para responder: Mi formación es ingeniera informática, llevo más de 30 años trabajando en la automatización de procesos y en la aplicación de la tecnología y la IA para la personalización, el acompañamiento, el aprendizaje… Es importante decir que yo estoy sesgada. Y, dicho esto, sigo: Seguro que recuerdas las manifestaciones porque introducían las calculadoras en el aula, la rebelión en masa cuando llegó el correo electrónico a las empresas, pura tecnología, y ahora ya nos da la risa. Hay un proceso con la irrupción de una nueva tecnología, y por tecnología no hablo de informática, hablo de tecnología en general. Hay un hype en la adopción, suele haber siempre necesariamente un momento de rechazo, y luego… Yo es que soy una optimista patológica, yo confío en los pedagogos y en que somos capaces de hacer el mejor uso y de integrarlo en nuestras vidas. ¿Por qué yo como madre rechazo el exceso de tecnología en el aula? Porque yo no soy capaz de gestionarlo en mi casa, porque yo considero que en mi casa pasan demasiadas horas pegados a la pantalla… Es una reacción muy humana, pero confío en que todos como comunidad –las familias, los colegios, las universidades, los centros de FP– seamos capaces de pasar del exceso a la normalización y encontrar dónde hay que utilizarla, dónde aporta valor y dónde no lo aporta. Y lo normalizaremos, pero necesitamos un poquito más de tiempo, porque se nos hace largo, pero llevamos dos minutos en esto.  ¿Cuándo empezaron las tablets en los colegios de manera masiva? Hace muy poquito.

Hay colegios que están reculando.
–Claro, encontraremos su justa medida, porque sí que comparto que a determinadas edades hay una parte de psicomotricidad, que hay que escribir, y hay que escribir en papel, no en un tablet. Esto es incuestionable, ¿pero por qué renunciar a ciertos aprendizajes que se consiguen con un vídeo?

Está claro que no podemos volver a la pluma de ganso, pero, sin embargo… el profesorado está preocupado con las redes sociales, con el exceso de horas que pasan los menores en ellas.
–Las redes sociales son ventanas al mundo y creo que lo que tenemos que hacer es, a los más jóvenes, educarles en ese nuevo contexto de relaciones, porque no vamos a poder apagar TikTok, no vamos a poder apagar X… Eso va a estar ahí, así que enseñémosles a entender qué son los filtros, a entender la sobreexposición… Eduquemos en eso, igual que en el resto de los valores. Prohibir no, porque lo prohibido se hace muy apetitoso. Yo soy más partidaria de la educación y del aprendizaje que de la prohibición. Con los más pequeños, igual que hay determinada información audiovisual a la que nunca les habríamos expuesto porque consideramos que hay una madurez emocional que no han alcanzado y creemos que no les aporta valor sino, al contrario, que le destruye o le genera ciertos impactos visuales que no es capaz de procesar… Esto, que vale para películas, para series, vale para redes. Hay elementos que contienen información que todavía no tiene la madurez para procesarla.

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Las redes sociales son ventanas al mundo y creo que lo que tenemos que hacer es educar a los más jóvenes en ese nuevo contexto de relaciones, porque no vamos a poder apagar TikTok

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Se ha hablado mucho de la brecha digital, ¿también puede haber una brecha entre los que trabajan con IA y los que no? 
–Sin duda, sí, por eso tenemos la obligación dado que tenemos la suerte que es una tecnología muy accesible es nuestra obligación en todos los ámbitos y niveles educativos incorporar la formación necesaria para hacer un buen uso. No tengáis miedo a que la inteligencia artificial os quite el trabajo. Tened miedo a que si no dominas esa tecnología puedan elegir a otro que sí la domina para ocupar tu puesto de trabajo, que es una cosa muy distinta. Y digo que es accesible, porque como tecnología transparente que es más del 86% de la población mundial tiene un teléfono inteligente con datos, un smartphone con datos. En sitios donde no llega la comida fresca, sitios donde no llega el agua potable, hay un smartphone conectado a datos que se cargan con baterías solares. Los contenidos de manera masiva y el acceso a la educación está accesible al menos para el 86% de la población mundial. Asegurémosle a todos que tienen acceso, ayudémosles a formarse y haremos un mundo mejor para todos.

El móvil en las aulas de Primaria y Secundaria ¿tú lo permitirías? 
–¿Qué tiene que hacer un estudiante en un aula de Secundaria o de Primaria?

Estar con su profesor, estudiando, aprendiendo…
–Y con sus compañeros, aprendiendo. Si necesitan el móvil para una actividad de aprendizaje, que lo saquen y lo usen. Si el resto del tiempo no lo necesitan, tiene que estar apagado y guardado.

El otro día un director de un colegio me decía que ese planteamiento es un poco ingenuo… El «solo para uso pedagógico» con 30 adolescentes es inmanejable. 
–Yo no he dicho eso. He dicho: Si tú estás en un aula, y hay una actividad de aprendizaje que lo requiere… Imagínate, estamos con papel y boli. Vamos a hacer un Kahoot! Saca el móvil y responde. Se acabó el Kahoot!, guarda el móvil, igual que cualquier otro instrumento de aprendizaje.

Algunos dirían que, tal y como está el patio, es complicado. 
–Yo estoy en las aulas, es verdad que mis estudiantes son mayores, pero…

¿Hay demasiadas universidades privadas en Madrid?
–¿Qué significa demasiadas universidades privadas? Porque, fíjate, las universidades privadas no las paga el contribuyente, no salen de nuestros IRPF, permítame que lo diga así en broma. Será la demanda la que nos pondrá en nuestro lugar, si es que si es que hubiera demasiadas. ¿Podemos hablar si hay demasiada sanidad pública? ¿demasiados colegios del ámbito público? ¿A que jamás diremos esto? Pues las privadas, que además tienen que tener la capacidad de autogestionarse, generan empleo, ofrecen nuevas oportunidades a estudiantes… El «muchas» a mí se me antoja difícil de pensar, pero desde luego siempre estoy abierta a escuchar.

Lo decía por comparación con otras comunidades. Las últimas que se autorizaron fueron tres hace dos o tres años, no tendrías ningún inconveniente en que se autorizaran más, ¿verdad?
–Siempre y cuando se aplique un proceso riguroso, que ya existe, por el cual en la autorización de las nuevas universidades se valida que tienen los recursos suficientes para hacer lo que van a hacer o lo que dicen que van a hacer… y luego recordad que existe un sistema de calidad, y ahora hablo solo de Madrid, Fundación Madrid+d es un órgano que nos aplica a todas las universidades, públicas y privadas, no solo en la autorización de las aperturas o los verifica de los nuevos títulos sino en un seguimiento de que lo que dices lo haces con la calidad y la excelencia que te exige. Sí que es verdad que podría ocurrir que si hay una sobreoferta las universidades privadas no seamos sostenibles económicamente, pero ese es nuestro problema, porque Fundación Madrid+d nunca va a dejar a ningún estudiante que sea expuesto a una titulación que no cumple rigurosamente los patrones de calidad. Nunca.

También a veces bajo sospecha la calidad de las universidades 100% online, ¿qué opinas de esas universidades?
–Que hacen accesible la educación a un segmento poblacional que de otra forma no podría acceder a él. Pongo varios ejemplos: personas que están ubicadas en sitios muy remotos, que no tienen la suerte de que haya una universidad cerca de su casa… y también, aunque vivas en sitios con alta densidad de universidades presenciales, entran ahí la conciliación de tu vida familiar vida profesional y el seguir aprendiendo a lo largo de toda la vida. A mí no me  gusta hablar de universidades online, sino que hay titulaciones que son fundamentalmente virtuales ofertadas por universidades que solo ofertan titulaciones online o universidades como la nuestra que tienen el formato presencial u online. Entonces, quiero de nuevo confiar en las agencias de calidad, la Aneca, Fundación Madrid+d cuando es local, que tienen los procesos de calidad que garantizan que cuando tú estudias un Derecho online y un Derecho presencial la calidad del aprendizaje es la misma.

O sea, te parece que está la calidad igualmente garantizada.
–Es la obligación de las agencias de calidad en un sistema garantista como el nuestro que así ocurra y cuando no ocurre los títulos son cerrados claro, y esto ha ocurrido. No puedo decir que todo el mundo lo hagamos fantásticamente bien, lo que sí te digo es que cuando no lo hacemos bien estas agencias intervienen y cierran los títulos, o sea que algo en el sistema debe estar funcionando.

¿Es justa la EBAU que tenemos?
–Vamos a hablar de los médicos, ¿a que todos nos sentimos cómodos con que para acceder al sistema público de salud, el MIR, haya una prueba nacional y si has estudiado en la Facultad de Medicina de Oviedo, en la Complutense, en donde sea, todos pasan el mismo MIR? No hablo de justicia, es una prueba nacional. Entonces, parece razonable pensar que es posible hacer una prueba que sea nacional, uniforme y homogénea para que los estudiantes luego vayan a la universidad que decidan en cualquier parte de España siendo nivelados o siendo evaluados con un sistema homogéneo y consistente. Insisto en que que no lo estamos inventando, ya existe con el MIR y nos sentimos cómodos. Ahora bien, la CRUE está trabajando porque es un tema sensible, complejo, es muy difícil poner en marcha… pero yo creo que es posible hacer una prueba nacional.

El Ministerio siempre dice que en nuestra España de las autonomías no encaja. 
–Hay que preguntarle por qué, porque hay ejemplos en que parece que sí se puede.

El PP ha tirado por la calle de en medio.
–A mí me parece importante que la decisión que se tome sea consistente en el territorio español, porque creo que la educación tiene que trascender al credo político y lo haremos entre todos lo mejor que podamos, pero que sea consistente, eso sí que lo pediría. Pongámonos de acuerdo en algo tan básico. No debe de ser difícil.

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