Alumnos con dislexia: Inclusión en el aula y consejos para casa
El trabajo conjunto entre docentes y familia es esencial en el caso de los alumnos con dislexia. © CHRIS MERRIAM
Vamos a descubrir cómo abordar la dislexia en el aula; explicaremos qué es, cómo podríamos detectarla como docentes y, por último, cómo trabajarla de manera integrada en nuestra clase, con estrategias prácticas y efectivas. Además, te ofrecemos consejos y recursos no sólo para docentes sino también para familias, para apoyar a los alumnos con esta necesidad del aprendizaje específica. ¡Que no haya excusa para superar los desafíos y potenciar el aprendizaje!
La dislexia es un trastorno del aprendizaje que afecta la lectura, la escritura y, en algunos casos, la comprensión de textos de forma fluida. Está relacionado con el procesamiento fonológico del lenguaje, es decir, la capacidad de vincular los sonidos con las letras y las palabras. Puede manifestarse en diferentes grados y de diferentes maneras, por lo que debemos asumir que no todos los alumnos que presenten este trastorno lo experimentarán de la misma manera.
Aunque no afecta a la inteligencia ni a la motivación de los alumnos, sí conlleva dificultades específicas en el reconocimiento de palabras, la decodificación y la ortografía, que puede generar frustración a los estudiantes; por ello, como docentes debemos saber detectarlo y trabajarlo adecuadamente.
Aunque a día de hoy no se conocen con exactitud los factores que provocan la dislexia, se sostiene que es una combinación de factores genéticos y neurológicos, por lo que podría ser hereditaria y estar relacionada con ciertos genes que afectan zonas del cerebro implicadas en los procesos de la lectura y el lenguaje, lo que afecta a la capacidad del alumno para asociar sonidos con letras y para identificar correctamente las palabras.
La detección temprana de la dislexia es clave para poder proporcionar el apoyo necesario al alumnado y comenzar con el proceso de diagnóstico.
Se puede identificar en los primeros años de la etapa de Educación Primaria, aunque puede pasar desapercibido, camuflado como falta de atención, de esfuerzo, o con errores comunes en el desarrollo de la lectoescritura en estas etapas tempranas.
Algunas de las señales más comunes son:
– Dificultades para aprender el abecedario y reconocer letras.
– Problemas para asociar sonidos con letras.
– Lentitud en la lectura y en el procesamiento de palabras.
– Omisiones, adiciones o sustituciones de letras al leer o escribir.
– Problemas de ortografía que persisten a pesar de la enseñanza explícita.
– Dificultades para recordar secuencias, como días de la semana o números.
Si algunas de estas señales se presentan de manera persistente, es recomendable que como docentes consultemos a los especialistas en dificultades del aprendizaje para una evaluación más detallada, así como informar a las familias sobre las mismas.
A veces un alumno se puede sentir avergonzado o nervioso por realizar una tarea diferente al resto, y por ello para hacer del aula un espacio inclusivo, debemos procurar que los alumnos con dislexia reciban el apoyo adecuado sin sentirse apartados de sus compañeros. La enseñanza adaptada beneficiará a todo el grupo, ya que además se promueven estrategias que mejoran la comprensión y la motivación.
A continuación, te proponemos algunas estrategias prácticas para trabajar de manera inclusiva con todos tus alumnos:
– Que los textos tengan unas tipografías claras y sencillas de leer, con un tamaño de letra considerable. El uso de los colores puede ayudar al reconocimiento y evitar el deslumbramiento.
– Añadir gráficos, esquemas y pictogramas para complementar la enseñanza escrita ayuda a comprender mejor el contenido.
– Es importante que el alumno relacione lo que escucha y lo que lee, por esto, leer en voz alta con el alumno, o el uso de audiolibros, facilita el reconocimiento y la vinculación de los sonidos.
– Es preciso dedicar tiempo a la enseñanza fonológica, a trabajar la relación entre sonidos y letras. Para ello podemos usar juegos de rimas, fonemas y sílabas.
– Mediante la escritura táctil, podemos reforzar la memorización de formas de las letras y su relación con los sonidos. Los alumnos pueden trazar las letras en materiales como arena, plastilina o con pintura acrílica.
– Emplear tecnología de apoyo a la lectura tanto en voz alta, con predicción de palabras o dictado por voz, ayudará a comprender la información escrita sin la frustración de tener que escribir o leer sin ayuda.
– Debemos ofrecer instrucciones de forma clara, tanto oralmente como por escrito, proporcionando ejemplos, y repetir las indicaciones para asegurarnos de que el alumno entiende lo que se espera de cada tarea.
– Dar valor a las evaluaciones orales para reducir la carga escrita. También adaptar el tiempo de respuesta para pruebas o trabajos escritos reducirá la presión de estos alumnos.
Implementar estas estrategias orientadas al apoyo de alumnos con dislexia, como el uso de recursos visuales o la realización de actividades multisensoriales, no solo beneficia a los estudiantes con dificultades específicas, sino que también mejora el aprendizaje del resto del grupo. Además, de esta forma promovemos habilidades esenciales como la lectura comprensiva, la expresión oral y la organización del pensamiento, lo que mejorará el rendimiento de todo el alumnado de la clase.
También es importante la concienciación, y comprensión de todos los alumnos de este tipo de trastornos del aprendizaje para así construir un entorno empático y respetuoso. Adaptar las explicaciones a la edad y el nivel educativo en que se encuentren, dejando claro qué supone para los alumnos que lo presentan, y que puedan generar mayor comprensión y apoyo entre ellos. Esto contribuye a eliminar estigmas y a desarrollar habilidades sociales como la comprensión y el respeto a la diversidad.
Por ejemplo, el uso de recursos visuales, actividades multisensoriales y explicaciones claras ayuda a los estudiantes a retener mejor la información, mientras que la adaptación de las evaluaciones fomenta un entorno de enseñanza más equitativo. Además, el hecho de repetir las instrucciones y proporcionar ejemplos prácticos favorece la comprensión de conceptos complejos para todo el alumnado, independientemente de sus habilidades. En definitiva, un aula inclusiva promueve la empatía, la colaboración y una mejor cohesión grupal.
Para llevar a la práctica este discurso de concienciación, podemos llevar a cabo actividades que simulen las dificultades que enfrentan los estudiantes con dislexia, por ejemplo: leer textos con palabras alteradas, palabras con un orden de letras diferente o escribir bajo presión de tiempo. Que el resto de la clase experimente estos desafíos ayuda a comprender estos trastornos en primera persona, y que, aunque todos aprendemos de manera diferente, con el apoyo adecuado, ¡cualquiera puede alcanzar su máximo potencial!
Si el trabajo conjunto entre docentes y familias es esencial para el desarrollo del aprendizaje, para los alumnos con dislexia el refuerzo en casa es esencial. A continuación planteamos algunas actividades específicas con las que contribuir desde casa:
– Leer juntos todos los días, y fomentar un hábito de lectura diario, aunque sea por períodos cortos, es una excelente manera de reforzar la lectura y comprensión. También es aconsejable leer en voz alta de forma conjunta, y que los niños sigan el texto, o viceversa.
– Establecer un espacio tranquilo de trabajo libre de distracciones donde el niño pueda concentrarse es esencial. El uso de temporizadores para dividir el tiempo de estudio en bloques cortos puede ser muy beneficioso para la concentración y creación de rutinas.
– Los juegos de palabras como crucigramas, sopa de letras o Scrabble ayudan a mejorar la conciencia fonológica y la ortografía. También permiten que los niños aprendan mientras se divierten en familia.
– Es importante que las familias mantengan una comunicación abierta con los docentes y especialistas para estar al tanto del progreso del alumno, así como recibir consejos individualizados sobre las estrategias a seguir.
– Practicar dictados lentos de oraciones o palabras en casa refuerza que el niño mejore su capacidad para vincular los sonidos con las letras. Repetir las palabras varias veces les da la oportunidad de autocorregirse y aprender de sus propios errores.
Puesto que la dislexia es un trastorno que afecta a los alumnos tanto dentro como fuera del aula, esta colaboración es primordial para mejorar el desarrollo del estudiante en su día a día y para su futuro. El apoyo adecuado de especialistas y unas estrategias y recursos acordes a cada caso harán que estos alumnos superen los desafíos que estas dificultades les puedan suponer.
Te animamos a dejarnos tu testimonio sobre cómo trabajar con este tipo de necesidad educativa en el aula o fuera de ella, ¡te leemos!