El profesorado necesita más apoyo para terminar con los discursos de odio en las aulas
El 5 de octubre se celebra el Día Mundial de los Docentes, con este motivo la Campaña Mundial por la Educación (CME) en España, reivindica que el profesorado es una herramienta de gran importancia para combatir los discursos de odio, pero no depende exclusivamente de ellos.
Para indagar el tema, la CME ha realizado una encuesta en la que han participado más de 150 educadores de 13 comunidades autónomas. Los resultados demuestran que el profesorado se enfrenta a diario a discursos de odio en las aulas, y mencionan estar agotados y desatendidos ante este problema.
Los discursos están mayoritariamente basados en estereotipos y prejuicios, relacionados con la raza, la religión o el género, lo que los convierte en potenciadores de alimentar la violencia y generar ideologías extremistas. Según el último informe PISA solo un 7% del alumnado tiene capacidad para distinguir entre hecho y opiniones, consecuentemente normalizan estos discursos sin reflexionar sobre su veracidad.
El 65% del profesorado encuestado menciona que las redes sociales y medios de comunicación son decisivos en la propagación y amplificación de estos mensajes de odio.
La mayoría de educadores opinan que estos discursos impactan negativamente en el alumnado, reflejándose en mala conducta o crispación, y un 70% muestra preocupación por la radicalización y polarización en las aulas. Además, un 75% teme por las consecuencias en la salud mental del alumnado, como pueden ser la falta de autoestima, el incremento en la agresividad o un comportamiento conflictivo entre los estudiantes.
Por estos motivos, el personal educador demanda talleres educativos en valores y que promuevan una cultura de paz. Herramientas como esta son importantes para que el alumnado adquiera las habilidades necesarias para resistir y combatir los discursos de odio. También consideran que la educación es la mejor defensa, pero esta responsabilidad debe recaer también en la sociedad, incluyendo la educación en el ámbito del hogar.
Para apoyar las reivindicaciones del profesorado y contribuir al fin de los discursos de odio en las aulas, la CME ha elaborado una serie de peticiones, dirigidas a las administraciones educativas españolas, como son: recursos para fomentar el pensamiento crítico, la elaboración de protocolos específicos o la formación de personal educativo sobre esta problemática.
La lucha contra estos discursos debe formar parte del objetivo pedagógico, estando presentes en asignaturas como educación en valores cívicos y éticos. La participación activa y la capacitación del alumnado, también es crucial para conseguir que los discursos de odio acaben desapareciendo.