Iván Sánchez: “La ansiedad es el momento en el que las emociones que no queremos ver empiezan a rebelarse”
El terapeuta de respiración consciente y autor de "Sanar la ansiedad", Iván Sánchez. ®XAIME CORTIZOR.
Presión constante y continua en el pecho, dificultades para respirar, para conciliar el sueño, para concentrarse, sensación de mareo, falta o exceso de apetito, sensación de nerviosismo y peligro constante, respiración acelerada, agotamiento o cansancio…
La Organización Mundial de la Salud publicaba en septiembre de 2023 que un 4% de la población mundial padecía de un trastorno de ansiedad. Esta emoción, si bien puede ser contemplada desde un punto de vista positivo -como cuando hace que un alumno se acuerde de preparar un examen- se rechaza a nivel social.
Según Iván Sánchez, terapeuta de respiración consciente, director de la Escuela de Renacimiento y Desarrollo Personal Renacer y autor de Sanar la ansiedad, puede que la clave para trabajarla e impedir que se convierta en un problema de salud mental a largo plazo esté más al alcance de lo que muchos creen: una respiración profunda, consciente y pausada.
Eres terapeuta de respiración consciente. ¿Cómo o por qué llegas a especializarte en este ámbito?
–Siempre me interesaron las terapias, el acompañamiento en los procesos personales en general. No fue mi formación académica, pero siempre fue algo que me interesó mucho. Yo también pasé mi propio proceso y aprendí muchas cosas, trabajé con muchas técnicas e, investigando, llegué a conocer la terapia que ahora trabajo.
Primero lo hice para mí, para acompañarme a mí mismo. Luego, de forma natural, se me dio la posibilidad de trabajar con gente. Y ahí me di cuenta del potencial que tenía la herramienta y de lo bien que yo me sentía trabajando con otros.
Empecé haciendo cosas pequeñitas, dando sesiones, luego hice talleres más pequeñitos, pasé a cosas más grandes… Ahora me dedico a enseñar esta técnica a gente que quiere trabajar con ella.
Empiezas el libro con mensajes muy positivos en torno a la ansiedad. ¿De dónde crees que pueden venir las nociones tan negativas que tenemos en torno a ella?
–Vienen de muchos sitios, pero creo que el fundamento es el miedo que hay arraigado en la sociedad a las emociones en general. Las emociones nos exponen mucho, nos hacen sentir vulnerables… como que no tenemos control sobre las cosas, sobre la vida. Y la ansiedad es el momento en el que las emociones que no queremos ver empiezan a rebelarse.
Eso despierta mucho miedo. Y una forma de miedo es etiquetar la ansiedad como un desequilibrio mental, una enfermedad… por todos esos prejuicios que puede tener la gente. Pero todo viene de ahí: del miedo a conectar con las emociones. El niño que tenemos dentro y que no se puede expresar, o que ha tenido carencias, que le han pasado cosas… Esa es la raíz.
La ansiedad viene del miedo que hay arraigado en la sociedad a las emociones en general. Nos exponen mucho, nos hacen sentir vulnerables…
"También lo relacionas con los cambios grandes que se pueden dar en la vida, como la independencia, un cambio de trabajo o de ciudad. Pero estamos constantemente cambiando… entonces, ¿por qué tenemos tan poco conocimiento de la gestión de la ansiedad?
–A no ser que tengamos que enfrentarnos con esas emociones por necesidad, hay una tendencia a huir. O, por lo menos, a buscar una alternativa que no sea molesta o desagradable. Esto hace que las personas no sientan la inclinación a profundizar o a aprender más, siempre va a haber un poquito de resistencia.
Y las personas que llegan a un punto de su vida en el cual tienen que empezar a trabajar lo que tienen dentro porque ya sienten demasiada ansiedad… Ahí es cuando se empiezan a querer ver un poquito más, y al hacerlo se dan cuenta de que realmente no solo no es algo grave, sino que es algo realmente constructivo y positivo desde muchos puntos de vista. Pero claro, si no te has parado a mirar… te sacude y no quieres saber nada.
Llama la atención que con algo tan natural como la respiración se pueda controlar un ataque de pánico y ansiedad. ¿Qué proceso se produce para que eso sea posible, porque… es muy sencillo respirar… o no tanto?
–Utilizar la respiración es simple, pero puede ser difícil porque en ella funcionan muchos programas inconscientes que tenemos que desactivar para poder manejar la respiración como nos interesa. Pero una vez se aprende, es un proceso bastante simple.
Esto se ve con un diagrama que pongo en el libro, porque me parece que es la manera más simple e intuitiva de entender cómo funciona. Tenemos cinco elementos: el centro de consciencia, que es nuestro estado natural de equilibrio del sistema nervioso, que se centra en un sentimiento de calma. Alrededor de este centro tenemos cuatro elementos que se relacionan entre sí: la respiración, los pensamientos, las emociones y el cuerpo.
Estos elementos se relacionan de la siguiente manera: cuando yo tengo miedo y siento que necesito controlar lo que está sucediendo a mi alrededor, mi consciencia se desplaza de ese centro, esa calma, hacia el exterior, porque me siento amenazado. Entonces mi respiración se activa y se hace más rápida, más fuerte, un poquito superficial, y hace que se activen los pensamientos. Y los pensamientos, más activos, hacen que se activen emociones, que se ponen más intensas. Y las emociones hacen que se genere tensión muscular.
[Al verse un poquito más a nivel emocional] las personas se dan cuenta de que es constructivo y positivo desde muchos puntos de vista.
"Esto es lo que sucede en una crisis de ansiedad, así es como funciona la respiración. Bastante superficial, rápida, un poquito fuerte… irregular.
Cuando hacemos el mecanismo inverso hacemos la respiración lenta, profunda y suave, por la nariz, los pensamientos empiezan a disminuir, las emociones empiezan a suavizarse, el cuerpo empieza a relajarse y nuestra energía vuelve a su estado de equilibrio.
Este estado de equilibrio del sistema nervioso lo podemos trabajar, también con los pensamientos, con las emociones o con el cuerpo. Pero lo más rápido y simple es actuando desde la respiración.
A los niños se les enseña y saben muy bien cómo respirar, pero quizá a los adultos se nos presupone y, precisamente, somos los que menos sabemos hacerlo…
–Cuando nacemos venimos al mundo con una respiración perfecta. La respiración de los bebés no tiene ningún bloqueo, ningún obstáculo. Lo que pasa es que se van adquiriendo defectos, vicios.
La respiración potencia la sensibilidad. Cuando estás a gusto, empiezas a respirar profundo. Te hace sentir lleno de sensaciones bonitas. Al revés sucede cuando te pasa algo que no te hace sentir bien. Cuando te das un golpe en la rodilla, lo primero que haces es dejar de respirar, porque si respiras profundo te duele más.
La respiración de los bebés no tiene ningún bloqueo, ningún obstáculo. Lo que pasa es que se van adquiriendo defectos, vicios.
"Es un mecanismo de defensa instintivo que todos tenemos: si respiramos menos, vamos a evitar sensaciones malas. Esto lo hacemos desde pequeños. En cuanto empiezan a pasarnos cosas desagradables, empezamos a bloquear la respiración. Y se van formando patrones respiratorios inconscientes, que luego se quedan.
Eso es lo que hace que respiremos mal, y que haya personas adultas con una respiración en automático más superficial, con bloqueos en el diafragma, en el abdomen… una respiración más rápida y que tiende a generar ansiedad.
Da la sensación de que el ritmo de vida que llevamos, marcado por la urgencia, puede ser el culpable de que estén aumentando los casos de ansiedad. ¿O simplemente hablamos más de ella?
–Creo que hay más ansiedad de la que había hace décadas porque hay elementos que la favorecen… Hay muchos cambios a nivel mundial, económico, cultural… y los cambios siempre hacen más fácil que se den los procesos de ansiedad.
También ha aumentado muchísimo la cantidad de información nueva que recibimos. Eso también es un elemento que favorece la ansiedad, porque la información nueva obliga a la mente a modificar sus estructuras para aprender, para conocer.
Y hay mucha tendencia a estar muy activos, a hacer muchas cosas para evadirnos de nosotros mismos y de las cosas que estamos viviendo y que no nos gustan. Y esa tendencia a evadirnos, huir o escapar de conflictos también genera ansiedad.
Es una época que favorece muchísimo la ansiedad. Es muy difícil escaparte de eso ahora mismo.
"Es una época que favorece muchísimo la ansiedad. De hecho, la mayoría de las personas en algún momento de su vida van a tener ansiedad. Es muy difícil escaparte de eso ahora mismo.
Además de experto en respiración, ¿eres partidario de otro tipo de métodos como la meditación o el mindfulness? ¿Son realmente efectivos o hay mucho vendehúmos?
–Creo que son buenas técnicas. Puede ser que uno acceda a ellas a través de algo que no sea del todo bueno, pero creo que son buenas, funcionan bien… Pero lo más importante es la actitud que uno tenga al aprender una técnica o utilizar una herramienta. Lo más importante es que sea honesto, sincero con su actitud. Que no se utilice una técnica para escaparse de cosas…
A veces sucede que uno va buscando soluciones alternativas, pero no hay un interés en ir a la raíz del problema. Y para resolver realmente la ansiedad tienes que ir a la raíz del problema. Puedes utilizar técnicas distintas, pero tienes que ser capaz de llegar a esas emociones que están tapadas y que están pidiendo ser reconocidas y entendidas.
¿Se abusa de los fármacos para el tratamiento de la ansiedad?
–Creo que estamos abusando mucho, y no es bueno porque no permite sanar realmente las causas de la ansiedad. Cuando uno está haciendo un tratamiento que es simplemente para evitar las molestias, no puedes profundizar más. Está bien al principio, porque hay personas que al principio del proceso se pueden sentir muy mal, asustarse mucho…
Durante un tiempo, hasta que la persona va ganando confianza y puede empezar a mirar esas partes que le resultan más difíciles, para eso están las meditaciones, pero siempre debe estar orientado a hacer un trabajo profundo que permita resolver las cosas.
Para resolver realmente la ansiedad tienes que ir a la raíz del problema, llegar a esas emociones que están tapadas pidiendo ser reconocidas y entendidas.
"En cada capítulo combinas explicaciones más personales y más teóricas con ejercicios prácticos. ¿Por qué planteas así el libro?
–La idea era hacer un cuaderno de trabajo. No es solamente un libro para entender, sino para hacer un trabajo que nos permita profundizar en la ansiedad y resolver los problemas que se pueda. Por eso he combinado las partes de teoría con ejercicios. Me parecía buena idea dar herramientas para que quien quiera pueda empezar a trabajar con el libro y apoyarme en las explicaciones.
El libro es una visión general de la ansiedad para todo tipo de casos y facilita herramientas que pueden ayudar. Pero la ansiedad es un mundo. Yo recomendaría a las personas que están en un proceso fuerte de ansiedad que tengan a alguien de confianza que les acompañe y que se tomen su tiempo para hacer las cosas bien. El libro creo que puede ayudar a hacer el proceso más fácil y corto.
¿En qué te has basado para esa parte más teórica, además de en tu experiencia? ¿Has recurrido a estudios científicos, psicólogos…?
—Lo he ido viendo al trabajar con la respiración. El trabajo que nosotros hacemos es muy específico. Con él podemos ver las emociones como si las estuviéramos mirando con una lupa de aumento, y se ven cosas que normalmente no se puede.
Lo primero que observé cuando empecé a trabajar con esta técnica fue que las personas que venían con ansiedad tenían la respiración bloqueada en el pecho. Por eso, cuando les pedíamos que respiraran un poco más arriba de lo normal, ya tenían molestias. Cuando empezábamos a respirar un poco más profundo, empezaban a aparecer emociones de todo tipo, muy intensas.
A medida que iban respirando, las personas se sentían más tranquilas, la respiración iba fluyendo más fácilmente, y en una o dos sesiones a mucha gente se le pasaba la ansiedad. A algunos les podía llevar un poquito más, pero normalmente era un proceso muy rápido. Entonces entendí que la ansiedad estaba relacionada directamente con estas emociones que las personas estaban conteniendo a la altura del pecho, del corazón.
Recomendaría a las personas que están en un proceso fuerte de ansiedad que tengan a alguien de confianza que les acompañe y que se tomen su tiempo para hacer las cosas bien.
"Observando cómo es ese proceso se entiende fácilmente qué relación hay entre las emociones reprimidas y los procesos de ansiedad y la respiración. Por supuesto que conozco otras cosas, pero me he basado en eso porque creo que es lo que puede aportar.
Eres director de la Escuela de Renacimiento y Desarrollo Personal Renacer. ¿En qué consiste este proyecto?
–Es un proyecto para enseñar todas estas herramientas que tienen que ver con la respiración. No soy el único que lo hace. En España hay una asociación que regula oficialmente todo lo que tiene que ver con la enseñanza del Renacimiento, del Rebirthing Breathwork, y hay muchos profesores que se dedican a la divulgación de esta técnica.
También hay gente que trabaja con la técnica con variantes. La técnica surgió en los años 70 con Leonard D’Orr, y desde el principio la gente que aprendió con él fue aportando cosas, y surgieron muchas corrientes. A medida que se desarrollaron se vio que había que definir ciertos criterios para que no hubiera un abuso del uso de la herramienta práctica.
Cuando trabajas con la respiración es muy fácil generar experiencias impactantes o estados de conciencia expandida, y hay personas que trabajan de una manera… que no es la mejor. Y hay que regular para que la práctica profesional sea lo más limpia posible. Para eso surgió la asociación en España.
Nosotros enseñamos esta técnica a quien le interese aprender a hacer un proceso de sanación emocional con la respiración, hacemos cursos…