Los jóvenes españoles consumen información a través de las redes sociales de forma prioritaria
Las redes sociales se han convertido en el medio prioritario de los jóvenes para consumir información. Sus hábitos están llenos de contradicciones, ya que pocos contrastan las noticias, y los que lo hacen las comparten con sus contactos y opinan sobre ellas pese a otorgarles escasa confianza, haciendo que se conviertan en contenidos virales.
El estudio Jóvenes y redes sociales: hábitos de consumo informativo y credibilidad de las noticias, así lo muestra. Este ha sido liderado por Bernardo Gómez Calderón, el catedrático Pedro Farias Batlle y Alba Córdoba Cabús, profesores de la Universidad de Málaga (UMA).
En la encuesta se obtuvo respuesta de 1.067 personas de entre 15 y 24 años, de la población española. Los resultados indican que las redes más usadas son, por este orden, X, Instagram, Facebook, WhatsApp, Youtube y TikTok, aunque se observa que esta va en aumento, al contrario que Facebook, ya que cada generación suele tener una red social favorita.
Las noticias ligeras es lo que más interesa a los jóvenes, los contenidos más buscados, por ellos, son los relacionados con:
- Videojuegos (23,9%)
- Deportes (15,2%)
- Salud (14,3%)
- Economía (13,7%)
- Sucesos (9,1%)
- Personajes de la vida pública (8,6%)
- Política (8,5%)
- Cultura (6,6%)
Casi siempre leen solo el titular, y si llama la atención reenvían la noticia a los amigos, rara vez opinan, porque eso implica leer el texto completo y pocos lo hacen. Por otro lado, aunque existen herramientas de verificación como EFE Verifica, Maldita o Newtral que desmienten noticias, su desconocimiento por parte de los jóvenes, causa que haya noticias que se reenvíen pese a haber sido desmontadas.
Los bulos tienen su vida propia en las redes sociales y da igual que los desmonten, porque siguen rebotando. Tienen una vida corta, pero muy rápida en su expansión
"Los bulos tienen una vida corta pero rápida, lo que hace posible su viralidad, llegando en poco tiempo a una gran cantidad de usuarios, su alcance es más rápido que el de informaciones verdaderas.
Esta forma de consumir noticias hace que el conocimiento obtenido sea muy superficial, ya que redes como Instagram solo ofrecen cuatro o cinco líneas de información, y un enlace que los jóvenes no suelen pinchar. Otro problema es que el consumo de información ocurre al mismo tiempo que se ve el canal de un influyente o a alguien bailando en TikTok. Al estar la noticia al mismo nivel que el entretenimiento es más fácil que se olvide.
Este hábito informativo causa que aún siendo conscientes de que son falsos o poco creíbles, los reenvían por diversión. Los bulos también son más propensos a ser compartidos cuando alguien tiene un prejuicio y recibe un contenido que lo refuerza.
El estudio también revela que los jóvenes que se posicionan ideológicamente en la izquierda tienen más preocupación por la veracidad de las noticias, que los situados en la derecha. Y las mujeres tienden a confiar más en los informadores profesionales, mientras que los hombres confían en ‘influencers’ y ‘youtubers’.
Los que tienen un mayor nivel educativo suelen otorgar más credibilidad a los medios convencionales y tienden a la verificación. Mientras menos contenido en profundidad consumen, más expuestos están los jóvenes a la manipulación, al ser más fácil que uno de por hecho cualquier cosa si está hecho con cierta habilidad.
Los medios ahora tienden a generar contenidos adaptados a las redes sociales para captar la atención del público a ver si pasa a cosas más elaboradas.
En el panorama de medios actual, encontramos una gran variedad, con algunos respetables y otros dedicados a la difusión de bulos. La profesión periodística ha perdido parte del prestigio que tenía porque la audiencia joven piensa que “todos los medios son iguales”.