Medida barata y eficaz contra el abandono educativo
La información por sí sola no siempre es suficiente para cambiar el comportamiento de los estudiantes. © ADOBE STOCK
En la Jornada Virtual de FUNCAS sobre el Informe Anual de la OCDE Panorama de la Educación https://www.youtube.com/watch?v=ueuxk-m7-K4&t=1260s hice hincapié en que informar a los jóvenes sobre los beneficios de la educación es una de las medidas más efectivas y a más a bajo coste para reducir el abandono educativo. Campañas de publicidad explicando a los jóvenes que cuanto mayor sea el nivel de estudios alcanzado mejor será, en promedio, tu su futuro laboral, social y hasta de satisfacción con tu vida, puede corregir la falta de información que las familias sobre los beneficios de la educación. Algunos hogares subestiman los beneficios de la educación si no tienen referentes de personas que hayan podido acceder a estudios superiores. Evans y Mendez-Acosta del Banco Interamericano de Desarrollo han realizado recientemente un meta-análisis que observa un impacto significativo de informar a los jóvenes de la positiva asociación entre los estudios lo la inserción laboral y social en la reducción del abandono educativo y en la mejora de resultados académicos.
El meta-análisis de Evans y Mendez Acosta incluye 13 estudios, y encuentra que informar a los jóvenes de la rentabilidad de estudiar es particularmente efectivo en contextos donde los estudiantes subestimaban previamente los beneficios de la educación. El efecto promedio en la participación escolar es positivo y significativo, con un tamaño del impacto de 2 puntos porcentuales, es decir, que se podría bajar la tasa de abandono en España del 13,7% al 11,7% y acercarnos a la media de la UE del 9,5% y al objetivo para 2030 del 9,0%. Evans y Mendez Acosta también muestran que las campañas de publicidad sobre la importancia de estudiar aumentan el aprendizaje de los estudiantes tanto como 5 semanas de clase.
No obstante, Evans y Mendez Acosta advierten que la información por sí sola no siempre es suficiente para cambiar el comportamiento de los estudiantes cuando se enfrentan a otras barreras, como limitaciones económicas o la falta de acceso a recursos educativos. Por esta razón, se sugiere combinar estas intervenciones con asistencia adicional para superar restricciones estructurales, especialmente en países desarrollados. En estos contextos, proporcionar apoyo durante el proceso de solicitud y asesoramiento personalizado ha demostrado ser también efectivo para influir en las decisiones de los estudiantes y aumentar su participación en estudios superiores.
Sandra McNally (London School of Economics) señala además que el coste de estas intervenciones en forma de campañas de publicidad es considerablemente más bajo que el de otras políticas educativas. Para que hacer llegar a los jóvenes de los beneficios de la educación sea efectiva, la información proporcionada debe ser relevante para el grupo objetivo y brindarse en el momento adecuado, es decir, cuando los estudiantes tienen 14 o 15 años y se están acercando a la edad crítica para decidir si continúan estudiando después de la finalización de la enseñanza obligatoria (16 años). McNally subraya que los beneficios laborales y las opciones de ayuda financiera deben ser claros para los estudiantes y sus familias. En países desarrollados, las campañas de publicidad sobre los beneficios de estudiar tienen un menor impacto en la participación educativa a menos que se combinen con asistencia práctica en el proceso de solicitud de becas o admisión, sobre todo en el caso de estudiantes de hogares desfavorecidos.
En EEUU, Roland Fryer (Harvard) llevó a cabo un experimento que consistió en enviar mensajes de texto regulares a estudiantes sobre, por ejemplo, la relación entre los años de educación y los ingresos. Este experimentó resultó en un aumento del conocimiento de los estudiantes sobre el efecto de tener más estudios. El resultado de recibir esta información fue que los jóvenes aumentaron su esfuerzo declarado en los centros educativos y su deseo de continuar los estudios, pero no sabían cómo traducir sus mayores ambiciones en mejores resultados educativos. Puede que sea demasiado tarde para influir en el esfuerzo (a través de la información) el año antes de que se deban tomar decisiones sobre si continuar estudiando.
Ismael Sanz Labrador es profesor de Economía Aplicada URJC. FUNCAS y Visiting Senior Fellow. Department of Social Policy. London School of Economics (LSE)