Mercedes Vaquera: "Los gobiernos deberíamos prohibir determinadas páginas web pornográficas"

La consejera nos recibe con el salero propio de los extremeños, pero con la lengua fuera… va de acto público en acto público, recorriendo kilómetros dentro y fuera de la región. No esquiva ningún tema y destila pasión en cada respuesta. Pasión y sentido común. La sensatez que le otorga ser madre con muchos años de ejercicio, haber ocupado puestos de responsabilidad en prestigiosas instituciones públicas y privadas (por ejemplo, ha sido presidenta el Consejo Económico y Social de Extremadura) y ser profesora titular de Economía de la Universidad Extremadura.

Extremadura fue pionera en la digitalización de los centros educativos, ¿no nos hemos pasado llenando los colegios de ‘tablets’, de móviles, de pantallas?
–Pues, en cierta medida, sí, pero yo veo una parte positiva y otra negativa a la digitalización. La digitalización es necesaria, nos movemos en un mundo totalmente digitalizado. Incluso los docentes, no solo los que tenemos ya cierta edad, sino también los que tienen más de 35 años, nos estamos moviendo en este mundo, aunque en un principio no fuéramos conocedores. Para poder entender este mundo de la digitalización una de las cosas que yo he aprendido es que tenemos que ponernos en la mentalidad y empatizar con los alumnos de ahora. Tenemos que entender que su mundo es ese, por lo tanto tenemos que saber adaptarnos a lo bueno y a lo malo que tiene cada una de esas tecnologías.

La tecnología es buena, por lo tanto, no podemos negarnos a ella, pero tiene una parte negativa, como lo tiene todo, y ahí está principalmente una de nuestras misiones: tenemos que educarlos para hacer un uso adecuado de esa tecnología.

¿Aquí tenéis colegios libres de móviles?
–No se permite el móvil, no tienen libertad para decidir. Aquí se llegó a un acuerdo con todo el mundo educativo, nos reunimos con padres y con todas las asociaciones, y entre todos tomamos la decisión de que no habría móviles en las aulas.

¿Ni en Primaria ni en Secundaria?
–Ni en Bachillerato. Lo pidieron los padres y los docentes, incluso las asociaciones de alumnos, porque realmente los colegios tienen mucha tecnología: ordenadores, tablets, pizarras… El móvil no lo necesitan, les distrae, pueden hacer fotos peligrosas. El bullying, lo ha habido toda la vida, pero antes era un par de niños, ahora es muchísimo más peligroso. Lo que antes se podía limitar a una clase, o como mucho a un colegio, ahora es a nivel mundial en segundos, y ese daño ya está hecho.

No podemos cerrar los ojos a lo que hay. Tenemos que aprender a hacer ese uso, ver dónde tenemos que poner las limitaciones, y no les podemos decir a los alumnos que no usen la inteligencia artificial, es lo mismo que si antes hubiéramos dicho que no utilizarán la Wikipedia o Internet. Tenemos que ponernos en su situación del momento y claro que hay que utilizarla.

Dices que las familias han apoyado las medidas. Me decía un director de un colegio que “ hace 15 o 20 años la tecnología era un una herramienta de reclamo para que una familia viniera al cole a traer a su niño” y ahora es lo contrario. Eso lo notáis, ¿verdad? 
–Claro que sí, además, esta tecnología también hace que no se pueda tener una desconexión digital a ciertas horas, cualquiera escribe un correo a cualquier hora y se pone en contacto contigo, que es bueno, pero hay que respetar siempre unos límites.

No podemos estar enganchados, ni docentes, ni alumnos, ni padres, todo el santo día porque tengamos esos medios de comunicación. Hay que intentar desconectar, porque los docentes muchas veces se quejan de que les mandan un correo a las 10 de la noche y a las 8 de la mañana si no han contestado ya hay quejas de que no lo han hecho, pero también tienen que tener su espacio para estar por la noche con la familia y poder descansar, por eso es necesario poner unos límites.

¿Cómo se podría controlar –que es otro de los temas que preocupa– el acceso a la pornografía por parte de los jóvenes? 
–Yo creo que hay que empezar por la base, y la base es la Educación, que no es solo un trabajo del colegio y de los centros educativos: tiene que empezar por la familia, y hablo como madre y docente, de nada sirve lo que hagamos en el colegio si en nuestras casas nosotros no les inculcamos una serie de valores y de principios a nuestros hijos.

Cierto es que en el colegio, en los centros educativos, tenemos unos profesionales, y también podemos traer a otros profesionales que colaboran con la Educación para que informen y les puedan decir que páginas no visitar, los peligros, los errores. Nosotros colaboramos mucho con la Policía, Guardia Civil, centros de ciberseguridad y con centros de formación digital que ponen al tanto a nuestros alumnos de todos esos peligros que corren, pero ese trabajo tiene que ser apoyado también por el resto de la sociedad y por la familia.

¿Pero desde las administraciones se deberían prohibir algunas páginas web?
–Nosotros lo podemos hacer en el entorno educativo, pero luego no podemos limitar lo que hagan los niños en su casa. Antes cuando éramos más jóvenes el peligro lo teníamos en la calle, nuestros padres nos decían Ten cuidado a ver qué te van a hacer, no te vayas por sitios oscuros…, pero ahora el peligro lo tenemos en nuestra habitación con nuestros móviles.

Por eso mi pregunta, ¿sería pensable que un gobierno prohibiera –tiene herramientas tecnológicas para hacerlo– determinadas páginas web pornográficas?
–Yo creo que sí, ¿no se prohíbe el tabaco, el alcohol…? ¿Por qué no eso? Hace poco hemos tenido un caso en que el menor lo hacía en la tablet de su padre, porque los padres muchas veces son los que les damos la tecnología, los móviles, las tablets a los muchachos para que se callen.

Sí, está claro, lo hablaba el otro día con una psicóloga, y decía que el problema es si ese chaval, al que se le suelta el discurso, va a casa y ve al padre haciendo eso mismo.
–O si no lo ve porque no lo hace delante del hijo, pero lo tiene metido en su tablet. Por eso digo que la Educación tiene que empezar en casa, que yo no quiero quitar la responsabilidad que tenemos el sistema educativo, por supuesto que no, que la asumo y encantada, pero que también tiene que tener un apoyo.

¿De qué nos vale que nosotros les quitemos los móviles a los niños en los centros educativos y que les cortemos las páginas en tablets educativas que tienen limitado su uso si luego en casa les damos libertad para hagan lo que quieran?

Igual que hay colegios libres de móviles, que ahora se dice, ¿debería haber familias libres de móviles?
–Totalmente, o por lo menos con limitación.

Las redes sociales… Salió un informe según el cual el 50% de los jóvenes de la generación alfa, que consumen una media de 4 horas de redes sociales al día, decían que no debería haberse creado TikTok. Es interesante, ¿verdad?
–Es que es adictivo, por eso digo que se tiene que limitar. Incluso lo prohibiría a ciertas edades, porque las redes sociales, una más que otras, son adictivas, lo mismo que el alcohol y el tabaco. Es una adicción. De hecho hay centros para el adicto a internet y a redes sociales, porque crea una adicción bastante importante.

Parece que puede haber una cierta correlación entre los problemas de salud mental entre los menores con estas adicciones y el abuso de la tecnología.
–Sí que creo que hay una relación, ya no solamente por la adicción que un niño o una niña puedan tener, sino también por todo lo que se distribuyen entre ellos y que llega a todos. El ciberacoso me tiene muy preocupada, porque en cuestión de segundos puedes destruir la vida de un niño de una niña.

Y los youtubers o instagramers, ahora todo el mundo quiere seguirlos y quieren ser tan especiales como ellos, tan delgados, tan guapos… Muchas veces esto les crea una serie de complejos que les lleva a otras enfermedades como por ejemplo la bulimia.

Y antes mencionaba la inteligencia artificial, ¿qué hay de oportunidad y qué hay de riesgo con la IA en la Educación?
–Bueno, pues aquí te voy a hablar un poquito como profesora también universitaria. Fue en 2022 cuando salió Chat GPT, hace dos años, y ya estamos todos familiarizados, ya se nos está quedando corto. A mí al principio me creaba inseguridad como profesora, porque yo veía que ese trabajo de fin de Grado o de fin de Máster, teniendo en cuenta que los alumnos van siempre por delante desde el punto de vista tecnológico de los profesores, por lo menos por delante de mí… yo no sabía si lo habían hecho ellos o lo habían copiado directamente.

Pero luego reflexioné. Cuando hice mi tesis me tuve que ir al fin del mundo para poder fotocopiar artículos porque Internet ni existía. Luego hemos visto que ha sido un gran avance Internet desde el punto de vista científico y de investigación, por supuesto docente, entonces me dije: «Nos tenemos que adaptar y si ellos saben hacer un buen uso y entenderlo ¿por qué va a ser malo?», pero luego también hay una parte negativa, todo tiene que tener su limitación, porque el hecho de que se utilice la IA no puede hacernos perder el norte de nuestros alumnos, que es el proceso de aprendizaje.

Lo cojan de donde lo cojan, lo busquen donde lo busquen, tienen que aprender, esa es una tarea nuestra, que tenemos que empezar a usar una metodología de aprendizaje sabiendo que ahora tenemos la inteligencia artificial y tenemos que compaginarnos con ella en función de cómo vaya avanzando.

Pasamos al segundo episodio, el enfoque competencial y las llamadas metodologías activas. El otro día entrevistamos a Nuno Crato, el exministro de Educación portugués. Él es muy crítico con este exceso de enfoque competencial, para él lo eficaz es centrar el esfuerzo en los conocimientos, ¿tú qué opinas?
–Bueno, comparto una parte de todo eso. Por ejemplo, el tema de hacer las matemáticas con el boli y el papel como toda la vida, creo que eso es insustituible, matemáticas o cualquier tipo de resolución de problemas, porque hace reflexionar y razonar a los alumnos, reflexionar y deducir, o por ejemplo en literatura poder analizar un texto.Yo recuerdo que en clase hacíamos los comentarios de texto y cada uno veía una cosa, qué enriquecedor.

Hay que potenciar las competencias de los alumnos, por supuesto, pero hay una serie de principios y de valores… Lo mismo que la memoria, hay que aprender a memorizar, son aspectos de la persona que se tienen que desarrollar: el razonamiento, la reflexión, la memoria y, por supuesto, el espíritu de sacrificio, porque realmente es lo que nos vamos a encontrar en la vida personal y profesional, y eso también hay que empezarlo a enseñarlo con las materias.

 Hay dos cuestiones de las que se está hablando mucho, que es un melón que abrió hace un par de semanas la presidenta de la Comunidad de Madrid. Uno es sobre el tema de la jornada escolar, que es debate recurrente, ¿continua o partida? 
–Pues yo pienso que cada comunidad tiene sus propias connotaciones y características, por lo tanto no creo que deba ser un tema a unificar, lo mismo que tampoco podemos unificar jornadas laborales, no en cuanto horas de trabajo, sino el tipo de jornada, en todos los países de la Unión Europea, porque no es lo mismo el sur de Andalucía a las 4 de la tarde en agosto que por ejemplo Dinamarca, o sea, que cada país tiene sus propias connotaciones y en cuanto al mundo de la docencia, pues también las tiene.

Aquí, para Extremadura ¿jornada continua o partida?
–Yo no veo la partida. Nosotros tenemos aquí la posibilidad de que los padres que quieran que sus hijos estén más tiempo en el colegio por motivos de conciliación de la vida laboral y profesional, por lo que sea, se puedan quedar porque tienen actividades extraescolares, incluso estudios para que vayan avanzando sus tareas.

¿Gratuitas?
–Sí, sí que se ofrecen en los colegios pero con el apoyo, por supuesto, de la Junta de Extremadura. Por lo tanto un alumno puede tener su tarde para estudiar, o para compartir alguna actividad de ocio como puede ser fútbol, baile o música.

Nos tenemos que dar cuenta de que en invierno si nosotros tenemos la jornada laboral hasta las cinco, cuando quieras llegar tu casa y ponerte con alguna tarea son las seis, o prácticamente de noche, pero a lo mejor comen, se ponen de cuatro a seisa estudiar, repasar, hacer sus tareas, y luego se van a alguna actividad si quieren o hacen lo que crean oportuno.

En Extremadura que los padres lo tenemos todo bastante cerca, pero yo entiendo que en Madrid los padres que tienen una jornada continua y no pueden ir al colegio y volver… puede tener otras connotaciones. Porque yo, como docente y madre, sí que estoy a favor, dentro de unos límites, de las tareas, y de que los alumnos tengan algo que hacer del colegio por las tardes, los deberes de toda la vida con un límite, tampoco es cuestión de que los machaquemos porque muchas veces están machacados…

Y no los machacamos en el colegio, los machacamos los padres, porque todos nuestros niños tienen que ir fuera de horario de clases a inglés, a música, a fútbol, a ballet… Y cuando llegan a casa después de estar toda la tarde de actividades, es decir, trabajando, a lo mejor a las ocho, queremos que se pongan a hacer tareas, y ya no pueden con su alma, porque no podemos ni nosotros.

Y yo entiendo que en Extremadura no se da ese fenómeno de ciudades tipo Madrid –el famoso «niño llave»–, ese chaval que llega a las tres a su casa y no hay nadie, y entra y está solo, y tiene que ser muy bueno para que se ponga a estudiar… ¿Esa escena no la ves aquí en Extremadura?
–Todavía no, yo no digo que no llegue, pero todavía no, porque hay muchos padres que llegan a las siete o incluso más tarde, pero tienen la opción de poder dejarles en los centros educativos con actividades o con lo que estimen oportuno.

Esto es una opinión personal, y en la Consejería de momento ninguna asociación de padres, ni de docentes ni nada nos han dicho lo contrario, pero si a mí mi comunidad educativa me transmite la más mínima duda de algunos de estos temas, yo lo someteré a diálogo y no será lo que quiera Mercedes Vaquera ni la consejera individualmente, sino que yo sé que tengo que hacer lo que la comunidad educativa quiere y tengo la obligación de escucharlo y hacer lo que se considere más oportuno.

Otro debate que se ha abierto es el de integrar el primer ciclo de la ESO en la Primaria, otro tema recurrente, ¿cómo te suena?
–A mí me suena bien entre otras cosas porque fue lo que yo hice, yo soy de la EGB. Nosotros nos íbamos al instituto con 14 años y ahí pasan dos años–de 12 a 14 años– en que se tiene un poquito más de madurez. Yo veo a los niños con 12 años demasiado chiquititos para ir al instituto, más que chiquititos, inmaduros.

Otra de las polémicas de estos últimos meses ha sido el tema de las plazas públicas de educación infantil, los fondos europeos que han llegado y que algunas comunidades han decidido no utilizar, como es el caso de Andalucía, que ha decidido devolver ese dinero con el argumento de que iba a perjudicar a la red privada, ¿qué habéis hecho aquí? 
–Nosotros las creamos ya en su momento, de hecho nosotros hemos agotado todos los fondos MRR que había para ello, es más, a partir de este próximo año 2025 la Junta de Extremadura tiene que poner 8.200.000 para poder atender al profesorado y a la necesidades de ese tipo de aulas porque ya no tenemos fondos MRR, una cantidad que para una comunidad como la nuestra es muy importante.

O sea, que crearon esas plazas públicas y se han agotado los fondos, ¿te parece que Andalucía ha cometido un error?
–Es que no sé la situación de Andalucía, las plazas que han creado ni lo que han utilizado, no es que quiera eludir el tema. Por ejemplo, nosotros hemos creado aulas en nuestros propios centros, y no se ha perjudicado al sistema privado.

¿No ha habido queja de las escuelas privadas?
–No, por lo menos desde que yo estoy, de hecho ahora mismo que estamos haciendo el proceso de 0-3 de manera gratuita. Este año ha empezado 2-3 de manera gratuita. Nosotros no hemos querido cerrar nada, pero también éramos conscientes de que no teníamos infraestructura pública para poder atender todas esas necesidades, con lo cual estamos dando una ayuda de 200 euros mensuales a los padres para que puedan llevar a sus hijos a centros de educación infantil o guardería privadas para esos niños.

En Formación Profesional he visto que apostáis por que las prácticas sean remuneradas.
–Una de las grandes apuestas de este Gobierno, y de la que yo estoy convencida, es la Formación Profesional. Desde el primer momento trabajo en ella, pero a mí no me gusta llamarla Formación Profesional sino educación profesional.

Yo vengo del mundo de la universidad, pero he descubierto un mundo maravilloso en la Formación Profesional, y no en el tiempo que llevo en la Consejería, porque yo empecé con Antón Costas, el presidente del Consejo Económico y Social de España, elaborando el famoso informe de la Formación Profesional Dual, y fue un gran descubrimiento, me hizo reflexionar sobre el hecho de que los alumnos llegan tarde a descubrir su vocación muchas veces.

Si tú le preguntas desde pequeñitos a los niños qué quieren ser –excepto futbolistas, que eso ya lo aparco, porque todo al que le gusta un balón quiere ser futbolista– te dicen médico, bombero, policía… Lo que muchos de ellos no conocen es qué es ser electricista, carpintero o artista. Entonces, nosotros en esta Consejería hemos elaborado el plan estratégico de la educación profesional en Extremadura, que abarca desde Infantil hasta post universitario.

¿Qué pretendemos con ese plan? Coger y poder rescatar vocaciones desde el inicio, pero para ver la vocación de alguien se tiene que conocer lo que hay, y no se conoce, por eso nosotros con esa educación profesional –porque todos son profesionales: economistas, médicos, carpinteros– vamos a formar a todos los niños desde pequeños en el conocimiento de todo aquello que pueden tener a su alrededor.

Y me dirás, ¿cómo los vas a meter en el mundo de la Formación Profesional o de la educación profesional? Cada uno su nivel. A un niño, por ejemplo de Primaria, te lo llevas al taller de un electricista o a un sitio donde se estén haciendo cosas de tecnología para que vea cómo se pone una bombilla… Ser electricista, ser carpintero por un día, ser agricultor por un día, ser ganadero por un día.

Extremadura es una región del sector primario, de agricultores y ganaderos principalmente, y ya en las ciudades sobre todo hay niños que se creen que la leche se saca del tetrabrick, y es una pena –cómo van a querer hacer una ingeniería agrónoma–, o que piensan que el campo es tener que seguir yendo con el arado a 40 grados y no saben que desde su propio móvil con sensores controlan todo el sector ganadero. Entonces, estamos haciendo ese enfoque.

Y respecto a las prácticas remuneradas, creemos que esos alumnos tienen que ser becados por parte de la empresa, aunque nosotros tengamos que colaborar.

¿Eso va a ser obligatorio?
–Nosotros vamos a empezar con una prueba piloto. Yo no puedo decir si puede ser obligatorio o no, nuestra intención es poner en marcha una prueba piloto y en función de cómo vaya avanzando este sistema lo iremos intentando implantar.

Pero ahora para realizar prácticas tienen que estar contratados… 
–Si, hay que darles de alta en la Seguridad Social, pero que además tengan una pequeña remuneración, por lo menos, si no hay para todos, pero que puedan tenerlo o que la Junta le ayudemos a aquellas microempresas y autónomos, que son la mayoría. De hecho, nosotros ya estamos ayudando, porque estamos pagando la Seguridad Social y le hemos quitado un peso muy grande a todos los empresarios y, aparte, todo el tema burocrático.

Nosotros hacemos todas las altas, bajas, modificaciones de la Seguridad Social, porque a un autónomo que no es capaz de terminar su trabajo diario, cómo le dices que encima se preocupe de dar de alta, baja, modificar… y que si no lo hace él personalmente que contrate una gestoría. Eso era cerrarnos las puertas. Tenemos que ser coherentes con el con el tejido empresarial que tenemos.

Quería terminar, Consejera, con las relaciones con el Ministerio de Educación, ¿qué tal?
–Tenemos buenas relaciones institucionales con todos, pero creo que no están siendo leales. Las decisiones se toman unilateralmente, y eso no puede ser, a nivel de los técnicos del Ministerio y algunos mandos intermedios bien, pero a medida que vamos avanzando, no.

Voy a dar un ejemplo de la primera Sectorial a la que yo fui, que tenía que ver con la Formación Profesional, todo el tema de Seguridad Social, de cómo se iban a hacer las cuotas. Fue la primera que tuvimos en el Ministerio.

No habían hablado más que dos comunidades autónomas y la ministra salió y dio una rueda de prensa en la que dijo que se iban a prohibir los móviles en las aulas. A mí, como nos pasa a todos, las noticias me saltan directamente al móvil o al reloj, y me di cuenta de que la había dado, y yo se lo dije a ella delante de todos: “Vine preocupada por el tema de la FP, pero me voy decepcionada”, porque ya anunció ella la decisión, antes de que habláramos las comunidades. «¿A qué hemos venido aquí si ya ha dado la rueda de prensa diciendo lo que vamos a hacer y nos está distrayendo con los móviles?».

Y lo mismo con la LOSU, el tema de las figuras, retribuciones, remuneraciones de profesores… dicen una cantidad y luego dicen otra. No creo que valgan para nada las conferencias sectoriales porque están haciendo luego lo que lo que ellos quieren. La LOSU: nos han enviado tres o cuatro borradores para nada y luego ellos se comprometen a una serie de cosas y lo tenemos que pagar nosotros, sin más fondos, sin más recursos.

Será que la portavocía del Gobierno la tiene muy ocupada. ¿Mereceríamos tener una ministra de Educación a jornada completa?
–Totalmente, el mundo de la Educación y el sanitario son de los más importantes, son los más sensibles, son los que tienen más problemas, son mundos vivos… La educación es algo vivo que va cambiando… ya te he comentado que hace dos años casi que surgió el ChatGPT. En aquella Sectorial nos preocupábamos por el uso de los móviles, pero ya no son solamente los móviles, ahora tenemos la inteligencia artificial. Tendríamos que pensar si se regula o no, si limitamos el tema de la pornografía… pero todos juntos, con un consenso. Lo que no puede ser es que el consenso sea una decisión unilateral.