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'Apología del libro de texto': un recurso útil para docentes, alumnos, políticos y familias

En el libro 'Apología del libro de texto. Cómo escribir, elegir y utilizar un buen manual', el experto internacional en educación Nuno Crato defiende el libro de texto no solo como una herramienta indispensable para la práctica docente sino también para la mejora de todo el sistema educativo.
Eva R. SolerViernes, 29 de noviembre de 2024
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Presentación del libro 'Apología del libro de texto. Cómo escribir, elegir y utilizar un buen manual' (Narcea), de Nuno Crato, en la sede de la Universidad Camilo José Cela.

“¡Qué tiempos tan extraños estos en los que hay que defender el libro de texto! Pero es, quizá, lo que nos corresponde en la actualidad: ser incansables en la defensa de lo evidente”, sostiene el filósofo, pedagogo y ensayista Gregorio Luri en la presentación del libro escrito por Nuno Crato Apología del libro de texto. Cómo escribir, elegir y utilizar un buen manual (Editorial Narcea-UCJC) que tuvo lugar el 7 de noviembre en la sede madrileña de la Universidad Camilo José Cela.

En esa presentación, el autor del libro, el profesor Nuno Crato, referente internacional en el ámbito educativo que fue ministro de Educación y Ciencia en Portugal desde 2011 a 2015, estuvo acompañado, además de por el mencionado escritor Gregorio Luri, por otros expertos en educación como Francisco López Rupérez, director de la Cátedra de Políticas Educativas de la UCJC y Jesús Manso Ayuso, director de la Facultad de Formación de Profesorado y Educación de la Universidad Autónoma de Madrid.

Mientras algunos movimientos de renovación pedagógica han puesto en tela de juicio el papel del libro de texto, llegando a anunciar, incluso, su desaparición, todos los expertos reunidos en esa mesa redonda abogan por la defensa del libro de texto como una herramienta indispensable para la práctica educativa y para la mejora de los sistemas educativos.

“Valiente, sincero, breve y sencillo que no simple”. Así describe Jesús Manso Ayuso el libro escrito por Nuno Crato. El director de la Facultad de Educación de la UAM destaca las ventajas que aporta la utilización del libro de texto que se mencionan en la obra, como su utilidad en la puesta en marcha del currículo, como estructura de estudio, como elemento de preparación del examen, como referencia común, como referencia futura y como apoyo al profesor. “Frente a la creación de materiales por los propios estudiantes y otros despropósitos antipedagógicos, desde mi punto de vista, (que están siendo utilizados actualmente) un buen libro de texto proporciona un material coherente y estructurado cuyo uso como manual de guía de clase conviene destacar”, opina Manso Ayuso. Además, el mismo experto señala que “los consejos sobre cómo elegir un buen manual escolar que aparecen en el libro son muy acertados y prácticos”.

Respecto a la denostación del libro de texto, el director de Educación de la UAM sostiene que ésta no se ha producido geográficamente en todos los sitios, “sino solo en aquellos sistemas educativos (en los que me atrevo a incluir el nuestro) que han renunciado a enseñar, formar y educar como sistema, es decir, que han renunciado a la esencia de la escuela”. En este sentido, Manso Ayuso añade que “el libro de Crato puede suponer, para los docentes que en su día a día defienden el libro de texto, una palanca de cambio esencial para poder inculcarlo en sus centros”.

Por su parte, el filósofo y pedagogo Gregorio Luri Medrano, sostiene que de los gurú tecnológicos que en el año 2010 anunciaban la muerte del libro de texto en un periodo de entre 5 y 10 años no se acuerda nadie. En cambio, el libro de texto sigue presente en nuestros días, “porque es una herramienta que como la rueda, la cuchara, el vaso o el subjuntivo ha nacido perfecta y lo básico, si está bien hecho, demuestra tener un futuro prometedor”, sostiene el ensayista y autor de libros como La escuela no es un parque de atracciones (Ariel).

“Muchos han rechazado el libro de texto, la pizarra, el pupitre, los deberes, la clase magistral, la asignatura, el examen, las notas, el aprendizaje memorístico, el profesor transmisor… como si fueran estigmas de los que había que librarse”, describe Luri. ¿Por qué? “No por creer que las tecnologías que se estaban aplicando fueran puertas al futuro, sino porque, mayoritariamente, tenían miedo de que se les dijese: te has quedado desfasado”, apunta el experto.

De entre las diferentes funciones del buen libro de texto que Crato señala en su obra, Luri destaca la que entiende estos libros como la plasmación de un plan estudios en una exposición articulada, organizada y secuencial que puede ser utilizada tanto por profesores como por alumnos. “El libro de texto aporta experiencias de orden y nuestros alumnos no están sobrados de este tipo de experiencias (no hay más que echar un ojo a sus mochilas). Además, hoy en día todo es fomento de la espontaneidad y apenas queda espacio para la concentración y la reflexión”, apunta el filósofo.

Gregorio Luri: "

Hoy en día todo es fomento de la espontaneidad y apenas queda espacio para la concentración y la reflexión

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En su unidad ordenada es fácil encontrar lo que se dio en clase el día anterior o hace dos meses y prever lo que se va a estudiar en un futuro. Además, como se afirma en la Apología de Crato, los libros de texto son también una iniciación a la lectura inteligente o una introducción al ensayo. “Si eliminamos el libro de texto, ¿con qué nos quedamos? ¿Qué otra herramienta puede servir como introducción al ensayo? No hay ninguna otra”, reflexiona Luri y añade que “aunque solo sea por esta simple cuestión ya me parece relevante su apología”.

A Luri también le parece destacable otro argumento que Crato señala en su obra y que afirma que estos manuales ayudan a obtener una cultura común y esto será así, “siempre y cuando los diseñadores de los curriculum entiendan la importancia de la cultura común y no solo de las competencias comunes o de la emotividad”.

El pedagogo afirma que “honestamente, este libro no debería ser necesario y lo preocupante es que lo sea”. “Es preocupante que una apología del libro de texto sea hoy imprescindible y tengamos que defender lo obvio. En este sentido, el libro de Nuno Crato no es solamente oportuno, sino que hoy es absolutamente imprescindible y su lectura y difusión, un imperativo categórico. ¡Cuánta falta nos hacía un libro como este!!”, señala, por último, Luri en su intervención.

De su propia obra, Nuno Crato resalta la importancia del conocimiento estructurado que aportan los libros de texto así como las ventajas que supone su uso para todos los profesores. “Los que tienen menos experiencia se benefician más, pero todos obtienen beneficios”.

Respecto al aprendizaje por competencias, uno de los puntos más relevantes en la actual legislación educativa de ámbito nacional, no exento de polémica y que ha suscitado amplios debates, Crato destaca en Apología del libro de texto, “la importancia de construir conocimientos sobre conocimientos, de forma progresiva y sistemática, sin sobrevalorar el papel de los proyectos en la práctica docente, ni sustituir conocimientos por competencias, sino construyendo competencias sobre conocimientos”.

En el libro también se exponen críticas al sistema de libros de texto para a continuación proponer criterios para su evaluación y selección. Se explica cómo una política pública de evaluación y certificación de libros de texto puede contribuir a mejorar todo el sistema educativo, como demuestra la experiencia portuguesa.

Crato se define a sí mismo “como profesor desde hace más 40 años y autor de reflexiones pedagógicas desde hace más de 25”.  Es una persona muy solicitada como consultor para el asesoramiento de organismos internacionales, fundaciones educativas o gobiernos como, por ejemplo, en Francia, donde es miembro del Consell Scientifique de L’education National (CSEN).

En el año 2006, su criterio como experto en educación y como presidente de la Sociedad Portuguesa de Matemáticas se tuvo en cuenta a la hora de redactar la ley educativa de carácter nacional del país luso. “En el año 2006 propuse para la mejora de los libros de texto que éstos deberían ser certificados y avalados por entidades externas al Gobierno y esta opinión se incluyó en una ley educativa de carácter nacional”, cuenta Crato.

Posteriormente, Crato ocupó el cargo de ministro de Educación en Portugal entre los años 2011 y 2015 y su contribución a la mejora y transformación de la educación lusa quedó demostrada con el avance de los resultados de las evaluaciones internacionales realizadas por la OCDE (PISA) donde los alumnos portugueses alcanzaron las mayores cotas de éxito de toda su historia. “A partir de 2015, los resultados en PISA empeoraron, no porque yo saliera del Gobierno, sino porque la política educativa cambió. Esto es algo que no debería suceder, cambiar la política educativa cuando cambia el Gobierno, pero así fue y las cosas empeoraron”, afirma Crato en la sede de la UCJC.

A su lado, y en el mismo sentido, Francisco López Rupérez, director de la Cátedra de Políticas Educativas de la UCJC, sostiene que “una de las claves de esa transformación exitosa que tuvo lugar en Portugal (durante los años en los que Crato estuvo como ministro) estriba en el uso que se hizo en ese país del libro de texto”.

Partiendo del ejemplo del país vecino, López Rupérez opina que el libro Apología del libro de texto escrito por Nuno Crato “podría convertirse en un eficaz catalizador de un proceso de mejora que necesitamos con urgencia en nuestro propio sistema educativo”.

“Una parte importante del manual de Crato se centra en una revisión no exhaustiva pero sí significativa de las evidencias científicas aportadas por la psicología cognitiva y del aprendizaje que explican la forma en la que aprende el cerebro humano en general, y de los niños y adolescentes en particular”, señala el catedrático de la UCJC.

Por tanto, añade el mismo experto, “desde esa perspectiva el libro de Crato puede ser considerado como una suerte de manual de pedagogía aplicada que puede contribuir a la construcción de buenos libros de texto, pero para ello es imprescindible la cooperación entre los editores de libros de texto y las administraciones educativas, si no no habrá ninguna posibilidad de avanzar en las políticas sobre libros de texto como políticas educativas”.

Entre las ventajas de adoptar políticas educativas que tomen como referencia el libro de texto, López Rupérez destaca tres por encima de todas: su efectividad por estar basadas en evidencias científicas y por su carácter masivo (llegan a todos los alumnos), la inmediatez de sus efectos (en el curso siguiente ya se producen cambios apreciables) y, además, su naturaleza pacífica. “Este tipo de reformas que se basan en la evidencia científica y que toman en consideración las lecciones de la investigación internacional sobre la forma en la que aprende el cerebro de niños y adolescentes, y por el propio proceso asociado a este tipo de reformas, no tendrían por qué comportar un enfrentamiento político ente diferentes partidos o ideologías de distinto signo”.

Por otra parte, López Rupérez señala que “el estilo amable, claro y sencillo de leer hace que Apología del libro de texto no solo sea adecuado y asequible para los responsables políticos y los docentes, sino también para las familias, cuya implicación en el éxito de los alumnos resulta crucial”.

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