Día Internacional contra la Violencia y el Acoso Escolar: la escuela como espacio seguro de convivencia positiva
España se sitúa por encima de la media de la OCDE en buena convivencia entre estudiantes y profesores, como indica el último informe PISA (2023). El alto grado de integración de nuestro alumnado en el centro escolar lleva a buenos resultados en relación al clima y las relaciones entre iguales, alumnado, profesorado, profesorado/alumnado y profesorado/familias.
Aún así desde UGT se considera que es necesario seguir trabajando y dotar a los centros educativos de recursos suficientes para erradicar cualquier tipo de violencia, a través del diagnóstico, seguimiento y evaluación continuas que puedan desarrollarse por nuevas figuras y perfiles profesionales más allá de la docencia, como pueden ser psicopedagogos, pedagogos, o educadores sociales.
Insisten en que la figura del coordinador de bienestar y protección en los centros educativos debería ser un elemento clave para afrontar los problemas crecientes que afectan a la convivencia, como son el acoso y la violencia escolar. Es necesario contar con la dedicación horaria del mismo, además de que posea la formación necesaria para desempeñar estas tareas complejas y sensibles, como son el apoyo emocional, la prevención y manejo de conflictos.
La obligatoriedad de contar con esta figura viene explicitada tanto en el artículo 35 de la Ley 8/2021 de Protección integral a la infancia y la adolescencia frente a la violencia (LOPIVI), como en LOMLOE, en el capítulo referido a la autonomía de los centros, que atribuye al coordinador de bienestar y protección tareas que exceden la mera labor docente: la regulación de los protocolos de actuación frente a indicios de acoso escolar, ciberacoso, acoso sexual, violencia de género y cualquier otra manifestación de violencia.
Por otra parte, el Sector de Enseñanza considera fundamentales otras acciones para favorecer la convivencia, como reforzar los planes de acción tutorial de los centros para concienciar de la afectación comunitaria que supone la violencia y el acoso en los centros escolares, o fortalecer la presencia de orientadores y profesionales como el profesorado técnico de servicios a la comunidad (PTSC) o los educadores sociales, que cuentan con la formación necesaria y que son especialistas.
Los dispositivos móviles y las redes sociales han causado nuevas formas de acoso que exceden el ámbito escolar, como el ciberbullying. UGT reclama la necesidad de un plan de acción para implicar a toda la comunidad educativa y así poder prevenir este tipo de conductas, estableciendo mayores mecanismo de protección para el profesorado y su alumnado.
Para conseguir que la violencia y el acoso escolar sea cero y ningún estudiante tenga que sufrir las consecuencias devastadoras que estas acciones generan en su desarrollo personal y académico, UGT defiende que la acción tiene que estar dirigida a lograr entornos escolares accesibles, acogedores, saludables y seguros que den respuesta a la diversidad del alumnado, donde las diferencias no se conciban como un impedimento, sino como una oportunidad de crecimiento personal y social para toda la comunidad educativa.
Para el sindicato, educar en promover la no violencia, la resolución pacífica de conflictos y la prevención y actuación frente a todo tipo de violencia, especialmente el acoso escolar y el ciberacoso, es una labor de todos.