Los cambios en la PAU 2025: diseño, corrección y calificación
Uno de los objetivos de la nueva PAU es fomentar la creatividad y el pensamiento crítico, frente a la memorización, y lograr que el estudiante pueda reflexionar ante las preguntas y muestre la madurez adquirida en su contestación.
Antonio Barbeito –CEO de las academias Mundo Estudiante, y presidente de ASCADE (Asociación de Academias de Enseñanza de Madrid)– considera que la pretensión de la modificación educativa es mejorar la preparación de los estudiantes y continuar con el afianzamiento de la enseñanza y formación en habilidades tales como el pensamiento crítico, la madurez cognitiva y el dominio de la ortotipografía (que incluye la ortografía, pero también la coherencia y cohesión de los textos, etc.).
¿Cuáles son las novedades que se incorporan en comparación con el sistema anterior?
Antonio Barbeito refiere tres bloques: el diseño del examen, el proceso de corrección y revisión y el sistema calificación.
Se plantearán tres modelos de preguntas: cerradas, semiconstruidas y abiertas. Las preguntas cerradas serán cuestiones de respuesta corta; en las semiconstruidas se buscará demostrar la capacidad de análisis, y las abiertas serán de tipo descriptivo.
En el caso de las preguntas semiconstruidas y las abiertas, puntuarán un 70% del ejercicio (antes era un 50%).
Otro de los cambios que se introduce con esta reforma consiste en que se dará mucha más importancia al contexto en los enunciados; y, en la misma medida, se dará también más importancia a las referencias contextuales relativas al enunciado que haga el alumno en sus respuestas, y que complementen la justificación de la solución.
También se suprime la opción conocida como «modelo pandemia», en el que cada estudiante podía elaborar un modelo de examen compuesto por diversas preguntas elegidas, y que, sin necesidad de un dominio de todo el contenido de la asignatura, permitía al examinando obtener muy buena nota, lo que perjudicaba al alumno que verdaderamente sí que dominaba la asignatura.
Finalmente, cabe recordar que esto se aplica para todas las asignaturas.
A todos los correctores, independiente de su comunidad autónoma, se les aportará una guía de corrección, con criterios genéricos, que unifique y permita reducir las posibles diferencias entre provincias y comunidades autónomas. No obstante, los exámenes seguirán siendo diferentes (y particulares) de cada autonomía.
Por otro lado, si tras la corrección inicial del examen hay disconformidad por parte del alumno, puede solicitar una segunda corrección, que será una corrección completa -de todo el examen- y cuya calificación sustituirá a la anterior, a la calificación de la primera corrección. En el caso de que la diferencia entre las dos calificaciones sea superior a 2 puntos, se llevará a cabo automáticamente una tercera corrección completa, cuya calificación será la definitiva.
Finalmente, se puede reducir la calificación hasta en un 10% por faltas de ortografía. También se incluyen como motivos de reducción de nota la ausencia de requisitos ortotipográficos como la coherencia, la cohesión, la limpieza en la presentación, etc.
Se puede optar a la nota máxima de 14 puntos. El alumno podrá examinarse de hasta 4 materias en la fase específica, siempre y cuando no sean las mismas que las de la fase general. No obstante, si el estudiante se presenta a las 4 asignaturas específicas, obligatoriamente una de ellas habrá de ser una lengua extranjera.
Una (nueva) modificación de la Selectividad-EvAU-PAU
El Real Decreto 534/2024, de 11 de junio 2024, ha supuesto la modificación de la EvAU; modificación que, a su vez, ha tenido origen en los resultados de los informes PISA de los últimos años. Esto hay que entenderlo por tanto como un modo de mejorar el sistema educativo español, así como la preparación, los conocimientos y las habilidades de los estudiantes.
Además de recoger las debilidades puestas de manifiesto por PISA, se han recogido algunas de las demandas que se hacían desde la Conferencia de Rectores y Rectoras de las Universidades Españolas (CRUE)
Una de las metas de la reforma es establecer un examen más competencial, fomentar la creatividad y el pensamiento crítico, frente a la memorización, y lograr que el estudiante pueda reflexionar ante las preguntas y muestre la madurez adquirida en su contestación.
Para Antonio Barbeito, «las pretensiones formuladas por la norma modificadora son plenamente pertinentes y el modo de puesta en práctica también parece adecuado». «El tiempo y los futuros resultados serán los que avalarán o no la eficacia de la medida», concluye.
- Antonio Barbeito es CEO de las academias Mundo Estudiante, y presidente de ASCADE (Asociación de Academias de Enseñanza de Madrid).