Laboratorio IA: la Educación del futuro, hoy en el aula

Lab-IA es un juego de palabras que sugiere la “labia” de la que hacen gala las inteligencias artificiales y da nombre al último Proyecto de Innovación Educativa (PIE) del Centro de Recursos y Formación del Profesorado en TIC de Castilla y León (CRFPTIC).

Esta experiencia piloto involucra a 18 centros educativos de Castilla y León, divididos entre 9 de Educación Primaria y 9 de Secundaria y Formación Profesional. A lo largo de este curso, los docentes y los alumnos investigarán, probarán y aplicarán herramientas de IA con el objetivo de determinar su utilidad en el aula. Como explica el asesor responsable de este proyecto en el CRFPTIC, Rafael Calles Vara, “el proyecto está pensado para que sean los propios profesores los que investiguen y busquen las ventajas de unas herramientas o de otras”.

“Se trata de un programa muy innovador porque va a aplicar la inteligencia artificial al aula directamente y lo van a testar los propios docentes”, comparte el director del centro, Miguel Ángel Robledo. Ellos serán los que comprueben hasta qué punto cada herramienta es útil en el aula y cómo o dónde puede tener continuidad.

Esto es algo novedoso teniendo en cuenta que el uso de la inteligencia artificial es un campo que ahora mismo crea muchas inseguridades. Son muchos los docentes que se enfrentan a estas herramientas con cierto temor, con la sensación de que el alumnado puede ir por delante o incluso de que es una pérdida de tiempo asomarse a ventanas que pueden tener poca vida porque como apunta Stella Pérez Blanco, asesora TIC del CRFIE, “la innovación siempre tiene un punto de pérdida”.

Este proyecto busca precisamente superar esos temores a través de la formación. “La única manera de perder el miedo es formarse”, añade Pérez, resaltando que la IA no reemplazará a los docentes, sino que se utilizará para mejorar la calidad educativa y motivar al alumnado.

A lo largo de este curso participarán 18 centros de todas las provincias de Castilla y León, seleccionados por su implicación en actividades TIC, su experiencia en formación y su apertura a la innovación. Los docentes de estos centros han recibido formación presencial a cargo del experto Jorge Sánchez Asenjo, que los ha guiado en la investigación sobre el uso de la IA en educación para saber qué son las IA, cómo afectan al entorno educativo, al profesorado, al alumnado o a las familias, qué posibilidades tienen en Educación, como integrarlas en la metodología, hasta donde llega la ética y los peligros que puede tener su uso.  “La clave es cómo utilizarla para favorecer el aprendizaje y mejorar las competencias de los estudiantes”, señala Sánchez Asenjo.

Cada centro trabajará con Copilot, la herramienta central del proyecto, junto con una selección de otras herramientas de IA adaptadas a sus necesidades y nivel educativo. Estos centros desarrollarán un proyecto de investigación en el que utilizarán las herramientas más adecuadas para su contexto y etapa educativa.

El principal objetivo de Lab-IA es mejorar la adquisición de competencias por parte de los estudiantes y personalizar el aprendizaje. Según Stella Pérez, la IA puede ser una herramienta valiosa para adaptar el contenido a las distintas formas de aprendizaje de los alumnos, permitiendo que cada uno progrese a su propio ritmo. Además, proyectos como la creación de canciones, empresas o sistemas para gestionar el trabajo diario demuestran el potencial de la IA más allá del tradicional libro de texto.

La aplicación de la IA también tiene el poder de aumentar la motivación y la participación de los estudiantes, que a menudo se sienten más interesados en proyectos innovadores y tecnológicos. «Estos proyectos novedosos aumentan la asistencia y la participación de los alumnos», afirma Pérez.

A lo largo del curso, los docentes y estudiantes probarán distintas herramientas de IA y evaluarán su efectividad. «Vamos a testarlas, ver cuáles son útiles para ciertos perfiles de centro y cuáles no», explica Rafael Calles. Por ejemplo, una herramienta de desarrollo textual que sea útil en Primaria, podría no ser adecuada para Secundaria, donde los alumnos ya tienen un nivel más avanzado de lenguaje.

La evaluación será clave para determinar qué herramientas son más efectivas en función de las necesidades de cada centro y proyecto. En mayo, se celebrará una jornada en la que los centros presentarán los resultados de sus proyectos y compartirán las herramientas que han funcionado mejor en el aula.

Aunque las herramientas de IA ofrecen numerosas ventajas, también es importante recordar que el docente debe supervisar siempre el trabajo generado por la IA. «La última palabra la tiene el profesor. La IA puede dar respuestas incorrectas o incongruentes, pero es el docente quien decide si esas respuestas son válidas para el aula», destaca Miguel Ángel Robledo, director del CRFPTIC. La formación en el uso responsable de estas herramientas será esencial para evitar el exceso de confianza y asegurar que la IA se utilice de manera ética y eficaz.

El proyecto Lab-IA no solo busca mejorar el aprendizaje de los estudiantes, sino también preparar a los docentes para un futuro donde la inteligencia artificial será una herramienta común en el aula. Al empoderar a los profesores y darles las habilidades necesarias para usar la IA de manera adecuada, el proyecto está contribuyendo a una educación más moderna, adaptada a las necesidades de cada alumno y motivadora para todos.

En Lab-IA, los docentes son los protagonistas de la investigación, probando y analizando las herramientas de inteligencia artificial que marcarán el futuro de la educación.

A través de este proyecto, el CRFPTIC pretende no solo mejorar la calidad educativa, sino también formar a los docentes para que se enfrenten a los retos de un mundo cada vez más digital y automatizado.

Al final, la IA será una herramienta al servicio del profesorado, ayudando a incrementar la creatividad, motivación y eficacia en el aula.