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Dossier Espacio para el análisis y la reflexión

¿Qué le pides al liderazgo? Rumbo y síntesis

Para unos profesionales para los que el rumbo parece trazado externamente, resulta extraña su necesidad. A simple vista parece que lo tenemos dado. Pero no es cierto en este momento.
Lourdes Bazarra y Olga CasanovaJueves, 5 de diciembre de 2024
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© PHILIP STEURY

El lenguaje es un detector de búsquedas. No sabemos si a nuestros lectores les pasa también. Pero en tiempos de interrogantes, escuchar la palabra que permite entender qué sucede o las palabras que indican la dirección en la que queremos ir, es como encontrar una llave que abre puertas. Y ventanas. Y paisajes. El lenguaje no resuelve, pero sitúa y da sentido.

Eso nos sucedió en Málaga durante una sesión de consultoría personalizada con Equipos Directivos. Y vino de la mano de la brújula que utilizamos siempre para situar la reflexión y el trabajo que queríamos poner en marcha en los próximos encuentros.

Mientras poníamos en zapatillas la respuesta a dos de los puntos cardinales: ¿dónde estamos? y ¿a dónde vamos?, las Arcix dijimos dos palabras que sonaron en la sala como un faro que colocara el para qué de las piezas de la brújula. Ahora estaréis seguro con esa tensión de a ver cuánto tardaremos en decirlas. Pues va a ser nada porque aquí las tenéis:

  • Rumbo
  • Síntesis

Hoy sí que es una pena grande no veros mientras leéis porque así sabríamos qué han provocado al otro lado de la página.

¿Por qué estas dos palabras pueden conectar tanto, no sólo con Equipos Directivos sino también con Equipos Institucionales y con Profesores? A ver si respondemos a la pregunta. Vamos con la primera palabra, vamos con…

RUMBO

Para unos profesionales para los que el rumbo parece trazado externamente, resulta extraña su necesidad. A simple vista parece que lo tenemos dado. Pero no es cierto en este momento. Cuando hablas con Directivos y con Profesores, más que rumbo de lo que hablamos es de otra palabra que también empieza con R: Ruido.

Decía el latín que el rhumbus es el ángulo que tomamos en nuestro viaje. La primera parte de la definición te da una tranquilidad que nos va a quitar de golpe la segunda parte. Porque ese ángulo o rumbo no es más que una de las muchas partes en las que podemos dividir una dirección. Es decir, que el rumbo es la vía por la que elegimos culminar una dirección. Y hay múltiples rumbos para una misma dirección. Así que, lo que te da flexibilidad también te desorienta. Entonces, ¿cómo voy?

Frente a la dirección, que es un trazo, el rumbo es el dibujo que vamos haciendo para alcanzarla. No es extraño que los marinos llamasen Rosa de los Vientos al símbolo que muestra las direcciones en las que se divide el horizonte para la navegación y la cartografía. Visualmente, parece una brújula y ayuda a orientar mapas. Cada dirección incluye los puntos cardinales y sus subdivisiones, permitiendo un detalle exacto en la navegación.

La Rosa de los Vientos de una Institución, de un Centro, es una de las responsabilidades clave de Liderazgo. Estamos llamando rumbo a esta obsesión por legislar en lugar de pensar y construir. Estamos llamando rumbo al exceso de gestión y administración. Todo ese ruido pone más difícil al Liderazgo establecer un rumbo y facilitar y acompañar a sus equipos hacia su logro.

Liderar un rumbo implica desarrollar una visión que no se deje empañar por el peso, tantas veces absurdo, de la vida cotidiana en la escuela. Algo no va bien cuando crecen más la presión y la fatiga administrativa que el compromiso por eliminar todo lo que impida o haga ineficiente que los alumnos tengan una experiencia profunda y enriquecedora del conocimiento, de su interacción con la propia vida, con la de los otros.

Comentábamos con los Directores de Málaga que la verbalización, la visualización, la experimentación del rumbo con los equipos de su Centro es ahora una de sus labores y compromisos más importantes con sus profesionales. Y también con alumnos y padres.

Generalizar no suele gustarnos, pero es verdad que detectamos que la fatiga postcovid puede transformarse en pasividad, replegamiento de los profesores en su aula, en su experiencia. En insatisfacción.

En la dirección y acompañamiento de equipos, la fase de insatisfacción es una de las que a veces resolvemos desde el miedo. Sin embargo, a las Arcix es la que más nos interesa. Tendemos a abandonarla porque es en la que los problemas se hacen más tangibles. Pero cuando, en lugar de abandonarla y volver a lo seguro, decidimos mantener el rumbo y comprender qué impide avanzar, descubrimos que es la fase clave que permite que demos un salto exponencial en nuestro propio aprendizaje.

Esta es la fase en la que el Liderazgo muestra de manera más clara su sentido de servicio y acompañamiento. ¿Cómo lo hacemos?

-Parando y retomando sentido: ¿cuál es el rumbo? ¿Por qué y para qué?

-Escuchando activamente con la mente enfocada no a la queja ni a la excusa, sino a solucionar y mejorar

-Redefiniendo con el equipo metas y responsabilidades asumidas por todos para alcanzarlo

-Aportando significado a las tareas

-Potenciando experiencias de aprendizaje, desarrollo de competencias, confianza en nuestra profesionalidad y capacidad para transformar errores y carencias en autopistas de mejora

-Utilizando evidencias que nos permitan ver resultados y actuar sobre ellos para seguir avanzando

Retomar sentido, aprender de los errores, generar nuevas soluciones. ¿Qué os parece si hacemos un pequeño ejercicio de reflexión? ¿Tenéis cerca un papel? ¿Podríais escribir, pensando en vuestra Institución, vuestro Centro, vuestro Equipo, cuál es:

La DIRECCIÓN que ha elegido el viaje del aprendizaje en vuestro Centro

¿Qué RUMBO es el que habéis elegido?

¿Cuánto ocupa vuestra respuesta? Aquí es donde hacemos entrar a la segunda palabra que llenó de sentido nuestra mañana de trabajo con nuestros Directivos: cuando hay rumbo claro hay SÍNTESIS. Porque un discurso genérico, sin aterrizar, es un discurso que aún está organizándose, pensándose.  Es un análisis, no es un rumbo.

Síntesis es una palabra curiosa. Los griegos la compusieron a partir de otras dos:

Synthesis = Syn -Junto 

+Thesis – Colocación

Sintetizar es poner las cosas justas para formar un todo coherente. Sintetizar el rumbo es eliminar lastre. Sintetizar es claridad. Es situarse en lo nuclear. Abandonar el ruido y colocarse en lo que da sentido. Porque nuestra profesión nos sigue apasionando y comprometiendo, y lo merece.

Hace 8 años, mientras escribíamos La escuela ya no es un lugar, teníamos la consciencia de que era necesario poner orden en la selva. La escuela movía sus ganas de aprender, de enriquecer su propia sabiduría, con una intensidad apasionante pero, a veces, también reactiva y con una simultaneidad que no conseguíamos hacer eficiente. Ese viaje ha sido, es magnífico. Pero el movimiento no sirve por sí mismo. Su valor está en lo que construye, en lo que crea y aporta. Rumbo y síntesis.

«El verdadero viaje de descubrimiento no consiste en buscar nuevos paisajes sino en mirar con nuevos ojos»

(Italo Calvino)

Hace uno días en una tienda de Madrid uno de los libros que había en la sección de niños se llamaba El libro de las habilidades olvidadas. Y nos hizo pensar mucho sobre rumbos, sobre la Rosa de los Vientos que dibujan. Sobre mirar con nuevos ojos. Aún estamos en ello. Nos vemos pronto. Seguimos pedaleando

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