Tomasa Hernández (Aragón): "Los jóvenes cada vez pierden más capacidad de atención, solo aguantan la brevedad que ofrece TikTok"

La entrevista se promete al menos franca, si es que es posible pedirle franqueza a un político. La consejera no tiene empacho en reconocerse una «consejera novata». Y es que Tomasa Hernández es una intrusa, no viene del sector educativo y eso es difícil de perdonar por quienes tenemos muy a gala (demasiado, en mi opinión) ser unos sesudos profesionales de la Educación (sic).

Por el contrario, la «consejera novata» derrocha frescura y humildad en muchas de sus respuestas… «Sobre esto que me preguntas no he reflexionado lo suficiente», responde sin complejos. Y, quizá por eso, algunas de ellas rezuman más sabiduría y sentido común que las de esos otros responsables políticos que se lo saben todo.

Me da pie a la primera pregunta. Fue recibida con cautela por no venir del sector educativo, ¿cómo se lo tomó?
–Bien, fue la primera crítica que tuve, que no venía del mundo docente. Evidentemente, no vengo del mundo docente. Mi mundo es el judicial, primero fui letrada en la Administración de Justicia y luego magistrada, y evidentemente para mí no era un mundo fácil, no es un mundo que conociera. Pero aunque no lo conocía sí que había pensado siempre que el Departamento de Educación era muy importante, una responsabilidad muy grande. Por eso, he venido con la mejor disposición de conocer los problemas que afectan al Departamento y a solucionarlos.

En todo caso, en las Cortes defendí que, igual que para ser crítico de cocina no hay que ser cocinero, pienso que para ser consejero de lo que sea no hay que proceder necesariamente del sector.

En todo caso, ha sabido rodearse de gente que sí pertenece al sector…
–Sí, los directores generales son todos del sector educativo, todos han sido docentes o inspectores o relacionados con el mundo de la Educación. Todos.

La segunda “bienvenida” fue la marea verde por los recortes en Educación… Dice que no es cierto porque ha habido un incremento de 200 profesores.
–Más de 200. Unos 240 o 250 cuando ha acabado el proceso de escolarización…

… sin embargo, CSIF fue el único sindicato que les apoyó. Habló de motivaciones políticas por parte del resto de sindicatos, ¿lo comparte?
–Cuando yo me hice cargo del Departamento me encontré un acuerdo al que se había llegado con tres centrales sindicales… Sin embargo, cuando se les llamó para ratificar el acuerdo, se negaron todos, excepto CSIF. Y es que entendían que la elaboración de los cupos y las instrucciones de inicio de curso conllevaban recortes.

Lo estudié, me asesoré con la gente que las había elaborado y corregí alguna instrucción que ellos entendían que suponían recortes… de hecho, no tuve ningún problema en reconocer que esa instrucción concreta hacía una interpretación incorrecta. En cuanto al resto, no ha habido ningún recorte.

Entonces entendí que ellos en realidad no quieren llegar a ningún tipo de acuerdo con un Gobierno del PP. Esa es a la conclusión a la que he llegado y no entiendo otra motivación.

¿En qué consistía el acuerdo?
–Los acuerdos eran de reducción de horas y de incremento salarial. Se reducía una hora en Secundaria y otra hora en Primaria. Y para los mayores de 55 otra hora y para los mayores de 60 otra hora. Una reducción de horas que, evidentemente, tiene un coste económico. Este acuerdo suponía un incremento presupuestario de 120 millones de euros que al final serán 126 millones. No parece lógico hablar de recortes cuando a la comunidad está invirtiendo más dinero. Por eso yo creo que tienen otras motivaciones que no son meramente las mejoras salariales y de condiciones de trabajo para los docentes.

¿Van a seguir en pie de guerra?
–Yo creo que sí porque solo pudimos firmar con CSIF. Y firmé porque la decisión del Departamento es cumplir con el acuerdo para que los docentes no sean los peores pagados de España, como van diciendo por ahí. El incremento salarial supone que alcanzarán la media nacional cuando se les empiecen a aplicar los incrementos del acuerdo a principios del año que viene (este año solo cobran las tutorías) dejarán de ser los peor pagados del país.

¿Lo eran?
–Hasta ahora lo eran. Es un hecho. Era una situación que viene arrastrándose. Nunca había habido un acuerdo con estas condiciones económicas con ningún Gobierno, con incrementos del 4% y a los directivos del 7%.

Cambiemos de tercio. Aragón siempre ha apostado por la digitalización, de hecho acabáis de celebrar el Congreso Tech&Love. Pero, ¿no detecta un cierto hartazgo entre el profesorado? 
–Sí, es así, en el congreso de IA por un lado reconocemos los beneficios de la tecnología, la digitalización, la IA… que sin duda traerá beneficios, pero también traerá riesgos. Se trata de formar a los docentes en el uso de la tecnología y, en concreto, en la buena utilización de la IA para que ellos sigan siendo el centro del sistema educativo. No podemos despersonalizar la educación, necesitamos que el docente siga siendo el referente.

La tecnología en sí ni es buena ni es mala. Como cualquier avance de la civilización, dependerá del uso que hagamos las personas de ella. En el campo educativo hay que ser todavía más cauto porque tratamos con niños.

¿Aquí está prohibido el uso del móvil en las aulas?
–Sí, el año pasado se dictó una instrucción restringiendo su uso en las aulas. Únicamente se puede utilizar para fines pedagógicos y con el liderazgo del profesor en el aula.

Algunos profesores nos dicen que es un poco ingenuo lo del uso pedagógico. Dicen que tú le das un móvil a un chaval de 12 años y lo usará para lo que le dé la gana… 
–Es que es eso, el móvil es una ventana al mundo. Tú le das un móvil a un niño y le estás dando una ventana para que vea lo que quiera.

Por eso tenemos el programa Controla tu red, con Fundación MAPFRE, que logramos que llegue a 12.000 alumnos y ahí se les advierte de los riesgos. Yo creo que empiezan muy jóvenes, hay que enseñarles que hay cosas que no son buenas, que el desenganche de un móvil no es cuando lo apagas, que dura un tiempo, y que luego ya no estás centrado en el estudio, estás despistado… y el ciberacoso. Hay tantos riesgos de los que hay que advertir…

Eso sí, tenemos que educar todos como sociedad. Aunque prohíbas el uso del móvil en el aula si en casa estamos sentados en una mesa y estamos con el móvil, sin mirarnos a los ojos… Por eso, ese programa con Fundación MAPFRE incluye formación para los docentes y para las familias. Es muy importante que todos vayamos en la misma dirección.

La semana pasada se publicó un nuevo estudio que revela que el acceso a la pornografía se produce ya desde los 8 años. ¿Habría que prohibir el acceso?
–Yo soy antiprohibición. Las normas prohibitivas han de ser las mínimas. Lo que hay es que educar en la responsabilidad.

Los niños desarrollan un sentido innato. De pequeños somos muy desinhibidos pero vamos creciendo, nos entra la vergüenza y vamos tapándonos. ¿Por qué nos tapamos? Porque vemos que vivir en sociedad comporta límites y hay cosas que puedes hacer cuando estás formado pero que te perjudican cuando no tienes esa formación.

¿Nada de prohibir, entonces?
–No soy partidaria de prohibir nada, soy partidaria de educar en todo. Las propias plataformas son las que tienen que evitar que accedan los menores, igual que los bancos han de tener sistemas de seguridad y si te roban el dinero hackeándote la cuenta deben responder.

Hay que obligar a las compañías a tener filtros, protecciones y, si no, sancionarlas. Que adopten las medidas para que solamente los adultos puedan acceder. Es mejor exigirles una regulación que prohibir. Siga haciendo porno, pero, si lo difunde en la red, debe cumplir estos requisitos y, si no, no puede hacerlo.

¿Ve una correlación entre la sobreexposición a pantallas y los problemas de salud mental entre los menores?
–Sí, los expertos van por ahí. Hay trabajos de psiquiatras que observan una relación entre el acceso temprano con problemas de conducta.

Hicimos una encuesta al profesorado hace unos meses, y 9 de cada 10 profesores consideraban TikTok nocivo para el desarrollo emocional de los chavales, ¿lo comparte?
–Cada vez pierden más capacidad de atención… Solo aguantan la brevedad que ofrece TikTok. Los jóvenes de hoy no aguantan una charla de una hora. Se les dan contenidos, mensajes, cada vez más breves, abrevian el vocabulario, todo, hasta límites que yo creo que les generan dificultades para desarrollar ideas. Quieren exámenes tipo test, no preguntas largas.

En mi época en los exámenes teníamos que desarrollar un tema: El Renacimiento, ¿cuántos folios? 18 ¿Cuántas horas? 2. Ahora…

Otro de los debates es esa dicotomía entre una enseñanza enfocada a adquirir competencias o conocimientos…
–Son dos patas de la misma mesa. No se pueden desgajar. Son dos sistemas de aprendizaje: la exposición y el descubrimiento. Son complementarios.

Evidentemente, si no tienes los conocimientos, las competencias te va a costar mucho más adquirirlas. En cambio, cuando tienes los conocimientos las competencias las adquieres muy rápidamente si no tienes ningún problema de interiorizar lo que has conocido.

Hay que mojarse…
–Yo he dado clases como profesora asociada en la universidad y descubres que das la teoría, los conocimientos, y la correa de transmisión entre lo explicado en clase y lo que luego les preguntas en un caso práctico, por algún motivo, se ha roto. Sin embargo, es muy rápido volver a ensamblar esa cadena si se saben la teoría, porque puede ser que simplemente tengan un concepto erróneo o una mala asociación de dos ideas, pero en cuanto entienden la relación, resuelven el caso.

Sin embargo, si tú les das el caso solo y les dices «búscate la vida y descubre la solución» invertirán cuatro días en algo que en dos horas habrían descubierto con un conocimiento previo. Esto es lo que yo he experimentado.

Más debates: jornada continua o partida. No sé cómo están los centros en Aragón…
–La mayoría de la pública tiene jornada continua. Solo deben de quedar unos siete u ocho centros con partida. Y la concertada, todos partida.

¿Y qué le parece a la consejera?
–Yo he leído la opinión de la OCDE acerca de que es mayor el rendimiento para los niños con jornada partida, que aprovechan más la jornada. Yo no lo tengo experimentado, pero me fío de las conclusiones a las que hayan llegado… Ahora bien, es evidente que los centros que ya están en jornada continua es muy difícil que quieran revertir la situación.

En Madrid están intentándolo.
–Pero para los nuevos centros, ¿no?

… también intentan revertir algunos.
–A veces se elige el centro por el tipo de jornada que hay. Donde hay partida, concilian mejor los padres. Y en la continua, concilia mejor el docente.

Pero por encima de a quién beneficie, ¿no habría que velar por el interés del alumno?
–Hay que intentar hacerlo convenciendo de que es por el bien del alumno, si nos fiamos del estudio de la OCDE, que yo desconozco cómo se ha realizado y qué muestra de población han estudiado… Podría servir para abrir un poco el debate.

Ya, pero ¿usted de que sería partidaria?
–Pues de abrir el debate, de analizarlo… [se ríe]. Hay unos cuantos centros que están votando continua o partida, miraré muy bien qué votan esos centros.

Eso sí, a la concertada le conviene que la pública sea continua porque los eligen a ellos por la jornada.

Razón de más para abrir el debate si queremos una pública de calidad, ¿verdad?
–No es lo que se reivindica. Para mí, como Administración educativa, el centro es el alumno, lo educativo. A mí me gustaría analizar si eso es así o no. ¿Por qué la Comunidad de Madrid ha hecho tanto caso a este informe de la OCDE? Yo solo conozco las conclusiones y Madrid se ha lanzado en picado.

Otra cuestión que también se ha planteado en Madrid es devolver 1º y 2º de la ESO a los CEIP. Hay cierto consenso sobre que la transición a los 12 años es muy prematura y ahí también la concertada juega con ventaja competitiva. A los 12 años un crío está muy crudo… 
–Pues sí, evidentemente son muy jóvenes. No es lo mismo un chico de Secundaria de 4º que de 1º.

En Aragón tenemos un tipo de colegios públicos integrados con Infantil, Primaria y Secundaria, los CPI. Educativamente funcionan bien, aunque a veces tienen problemas de gestión, porque son muy grandes…

Pero en Madrid, además, pretende integrar el primer ciclo de la ESO en algunos CEIP con espacios…
–No nos lo hemos planteado porque los últimos centros públicos en Zaragoza son integrados y tenemos los bachilleres en otro lado… Pero allí donde el espacio no diera para tenerlo todo integrado podría ser una solución.

Toca hablar de Formación Profesional. He visto que celebran un congreso en diciembre, Feel Power…
–Sí, es un congreso de FP bilingüe, internacional, va a venir gente de fuera a hablar de lo que se hace en otros países en FP, porque hay que dar visibilidad a que la FP hoy no solo es ya de calidad, sino que está al mismo nivel que el bachillerato y la universidad.

Creo que aquí ha superado a la universidad.
–Sí, un ‘sorpasillo’ de unos 500 alumnos.

¿Y piensa que el sorpaso irá a más?
–Yo creo que sí.

¿Eso es bueno?
–Esta pregunta es comprometida. Aunque ahora todo el sistema educativo es muy flexible y hay pasarelas, tampoco la finalidad es que el bachillerato o la universidad queden como algo minoritario o elitista.

Es una opción de las muchas que hay, ni mejor ni peor. Debe haber distintas opciones de vida que uno elija profesionalmente, sin que ninguna resulte perjudicada. Que la universidad quede para una élite no sería bueno tampoco para el país. Hay que buscar un equilibrio.

Parece que es complicado gestionar las prácticas de la FP…
–Con la nueva Ley nacional las prácticas ya no son al final del curso sino que empiezan ya en al comienzo del curso. Las plazas evidentemente son las que son, tienes que contar con las empresas y, es cierto, que estamos teniendo dificultades.

Hay que verlas como un primer contacto con la empresa. El que ha elegido Robótica el primer cuatrimestre tampoco va a a ser un operario más de la empresa, eso es evidente.

¿Son remuneradas?
–En la FP intensiva sí. En la general, no. Están dados de alta en la Seguridad Social pero no cobran. Y todo esto se gestiona desde este Departamento, en concreto, desde la Dirección General de FP.

Terminemos con política nacional. ¿Qué tal la relación con la ministra de Educación?
–Es que es la portavoz del Gobierno y, claro, a la portavocía de un Gobierno nacional hay que dedicarle mucho tiempo…

¿Deberíamos tener una ministra a jornada completa?
–Pues dada la importancia que tiene la Educación, aunque sea una materia transferida, es evidente que sí… El Ministerio todavía es el eje conductor y a través de la Educación también tenemos que vertebrar.

Por cierto que fue del programa que el Ministerio anunció a bombo y platillo de refuerzo de Lengua y Matemáticas.
–Pues que iban a ser 500 millones y se han quedado en 95.

¿De los 500? Esto sí que es un recorte…
–Efectivamente, eso sí es un recorte. Nos lo comunicaron la última semana de julio. La ministra no asistió a esa Conferencia Sectorial porque estaba en París, en los Juegos Olímpicos, y se excusó. Tampoco se nos dijo si con estos 95 millones terminaba el programa, ni si cada año iban a destinar fondos, ni qué duración iba a tener la formación… porque no tenían elaborado el programa. De hecho, tendría que haber empezado, pero en septiembre todavía estaban haciendo el programa.

En nuestra comunidad autónoma en competencia matemática y lingüística no quedamos del todo mal en PISA con respecto al resto de comunidades autónomas. Evidentemente todos podemos mejorar, excepto el que está en primer puesto. Queremos mejorar no solamente en matemáticas y comprensión lectora sino también, por ejemplo, en ciencias porque que salimos un poco peor.

Más promesas. ¿Qué sucedió con las Unidades de Acompañamiento y Orientación contra el fracaso escolar?
–Pues que se nos comunicó que suprimían el programa cuando dejó de venir dinero de Europa.

Nosotros no decimos que los fondos europeos tengan que seguir viniendo, pero el Estado adquiere unos compromisos en Educación y adquiere la responsabilidad de que eso se mantenga. Con el año fiscal en desarrollo nosotros no teníamos capacidad de reacción presupuestaria, así que lo que hicimos fue incluirlos en proyectos nuestros, como el programa AUNA, para seguir cumpliendo esta función con nuestros recursos.

Pero se echa de menos en el Ministerio la convicción de asumir como propio ese proyecto y de liderarlo. Es lo que debe hacer el Ministerio y no escudarse en que es un proyecto que viene de Europa.