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Un tercio de la vida de los adolescentes ocurre en un entorno digital

El 93% de los adolescentes considera que debería cambiar sus hábitos actuales de uso de la tecnología.
Alejandra PazMartes, 10 de diciembre de 2024
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©ADOBE STOCK

La relación de los más jóvenes con las pantallas y el entorno digital se ha convertido en un tema central para familias, profesorado y para la sociedad en general. En este contexto la Fundación Orange y Save the Children, junto a GAD3, han llevado una investigación para comprender las oportunidades, riesgos y desafíos a los que se enfrentan la infancia y la adolescencia en esta nueva era digital.

Con más de 2.500 entrevistas a padres y madres, adolescentes, profesores y población en general, el estudio Infancia y adolescencia en entornos digitales se ha desarrollado en varias fases.

Andrés Conde, director general de Save the Children: "

El entorno digital aporta grandes ventajas a los niños, niñas y adolescentes, pero también implica riesgos. Analizar y entender cuáles son sus mayores retos nos ayuda a trabajar para garantizar que sus derechos estén también protegidos en el universo digital.

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Tiempos de consumo

El 93% de los adolescentes encuestados considera que debería cambiar alguno de sus hábitos actuales en el uso de las pantallas. Las medidas más mencionadas por los mismos para hacer un uso más saludable de la tecnología son: reducir el tiempo de conexión, dedicar más tiempo al deporte, y no dormir cerca de un dispositivo digital.

Por otra parte, el 14% de los adolescentes afirma que sus progenitores usan el móvil o las plataformas digitales más que ellos con una media de entre 4 y 5 horas al día. Algunos padres y madres admiten que en ocasiones son un mal ejemplo frente a sus hijos en cuanto a hábitos de uso de la tecnología.

Narciso Michavila, presidente de GAD3: "

Los retos afectan, por primera vez en la historia de la humanidad, a todas las generaciones, no hay un camino previo de experiencia que seguir.

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Por ello los expertos participantes en el informe recalcan la importancia de reflexionar sobre el comportamiento propio para luego poder adoptar límites y hábitos equilibrados, contribuyendo a educar a la infancia y adolescencia desde lo cotidiano.

En cuanto a qué dedican los más jóvenes su tiempo digital encontramos: chatear con amigos (más del 90%) y actividades relacionadas con el ocio o entretenimiento, destacando ver vídeos o series y jugar online. Esto demuestra que el entorno digital se ha convertido en un espacio fundamental de socialización para los más jóvenes, aún sabiendo que su uso excesivo desencadena ciertos efectos negativos físicos y emocionales como son: problemas de sueño, bajo rendimiento académico o sedentarismo.

Riesgos digitales y su percepción

La gran mayoría de la población es consciente de los riesgos del entorno digital y comprenden que la protección de la privacidad es muy importante. El 62% de los menores asegura entender qué tipo de información comparte en las plataformas digitales. Sin embargo, más de la mitad de los adolescentes y adultos afirma no conocer cómo proteger su información personal en Internet. Y el 46% de los adolescentes se muestran preocupados por su huella digital.

Las medidas que adoptan los adolescentes para proteger su información en redes sociales son muy similares a las que adoptan los adultos: no compartir información personal, mantener sus cuentas en modo privado o no aceptar solicitudes de desconocidos, entre otras.

Controles parentales

Las madres de niños, niñas y adolescentes afirman mayoritariamente que supervisan y vigilan toda la actividad de sus hijos e hijas en Internet, además de acompañarlos en el uso que hacen de este medio. En cambio, los padres destacan en mayor medida su rol como resolutores de dudas relacionadas con Internet y por ser quienes hablan sobre los riesgos digitales, aunque sin llegar a controlar lo que hacen.

El 61% de los progenitores usa herramientas para supervisar las acciones de los más pequeños, aunque esto no es tan efectivo como parece, ya que el 60% de los adolescentes sabe cómo saltárselos. Los expertos concluyen que ante esta situación es importante que los padres y madres estén preparados para saber cómo afrontar este tipo de desafíos.

Por otro lado, el sharenting es una práctica que consiste en que los adolescentes aparezcan en las redes sociales de sus familiares, y que causa que el 16% de los adolescentes crean que sus progenitores comparten mucha información sobre ellos en redes, siendo 1 de cada 4 los que se sienten incómodos ante esta situación.

Inteligencia Artificial en el ámbito educativo

El estudio concluye que, como herramienta educativa, la IA es poderosa, pero se debe incrementar la vigilancia y acompañamiento por parte de los padres y profesores para que su utilización sea eficiente, ética y no dañe el desarrollo cultural e intelectual, así como la creatividad, de los niños, niñas y adolescentes. Además, la IA debe entenderse como un factor de apoyo, es decir, como un complemento y no como un sustituto del aprendizaje.

También se refleja en el informe que se ha de inculcar en los y las jóvenes un pensamiento crítico y ético, despertando interés por el origen de la información que se usa en las tareas escolares y la necesaria verificación de datos, no dando por hecho que toda la información que procede de la IA está correctamente planteada.

Recomendaciones para un uso responsable de la tecnología y la protección de la infancia

Según las conclusiones extraídas del informe, y teniendo en cuenta las opiniones de los expertos consultados, la Fundación Orange y Save the Children proponen una serie de recomendaciones para hacer un uso responsable de la tecnología, con especial foco en su utilización dentro del entorno familiar.

  • Hacer cambios en los hábitos digitales en la famila: tanto padres, como madres y adolescentes.
  • Definir horarios de uso: limitar el tiempo y fomentar la desconexión digital con actividades analógicas.
  • No utilizar los dispositivos como “chupete tecnológico”.
  • Reflexionar sobre la privacidad de la infancia y adolescencia: mantener las cuentas en modo privado, evitar compartir datos sensibles y evitar conversaciones con desconocidos.
  • Medidas de control: estas no deben sustituir a un acompañamiento por parte de las familias y deben estar adaptadas a la edad de los niños y niñas.

En definitiva, la Fundación Orange y Save the Children pretenden contribuir con este ejercicio a mejorar la situación actual de la infancia y la adolescencia en los entornos digitales, proponiendo actuaciones prácticas y sencillas, accesibles para todos.

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