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El poder de 'Avatar' para conectar emociones y aprendizaje gana el Premio Espiral

"Avatares en la tierra en un viaje a lo desconocido" es el proyecto que se alzó con la Peonza de Oro en la XVIII edición del Premio Espiral. Tomás García Ruiz, su creador, explica en esta Entrevista Magisterio cómo fusionó la narrativa de este filme con estrategias gamificadas y metodologías activas para inspirar y motivar a sus alumnos.
Mireia PorteroJueves, 30 de enero de 2025
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Tomás García Ruiz, creador del proyecto "Avatares en la tierra en un viaje a lo desconocido", durante su discurso como ganador de la Peonza de Oro del Premio Espiral. ®MIREIA PORTERO.

La XVIII edición del Premio Espiral ha puesto de manifiesto cómo la creatividad y la innovación educativa pueden transformar la experiencia de aprendizaje. El mejor ejemplo de esto es Avatares en la tierra en un viaje a lo desconocido, proyecto de Tomás García Ruiz que se alzó con la Peonza de Oro gracias a una metodología innovadora basada en la película Avatar.

El trabajo, con un enfoque que prioriza la empatía, la diversidad y la sostenibilidad, fusiona la narrativa de este filme con estrategias gamificadas y metodologías activas para inspirar y motivar al alumnado. Desde el uso de herramientas digitales hasta la integración de metodologías como el ABP, el flipped learning y el pensamiento crítico, esta experiencia educativa se erige como un modelo inspirador que conecta el currículo con los intereses y emociones de los estudiantes.

En esta Entrevista Magisterio, su creador cuenta cómo logró conectar con sus estudiantes, fomentando la autorregulación y el aprendizaje significativo, y cómo su propuesta ha impactado en el desarrollo personal y académico de sus alumnos, demostrando que la educación puede ser un motor de cambio y conciencia social.

Preparación y desarrollo del proyecto

¿Cómo surgió la idea de tu proyecto ganador? ¿Qué te inspiró a desarrollarlo?
–Cada vez que inicio un nuevo curso y aún no conozco bien al alumnado considero fundamental realizar una evaluación inicial. Esta no se limita solo a medir los conocimientos curriculares, sino que también busca profundizar en aspectos más personales, como los intereses, las motivaciones y la dinámica de cohesión del aula.

Con este enfoque, una de las herramientas clave que empleo es el mapa de empatía, que me permite descubrir qué tipo de historias atraen a los estudiantes, qué contenidos suelen ver, escuchar y practicar en su día a día. Este proceso resulta revelador y me ofrece información valiosa sobre cómo conectar con ellos y qué narrativa puede resonar mejor.

A través de este ejercicio identifiqué ciertos elementos que captaban particularmente su interés: la aventura, la fantasía y la naturaleza. Así, al proponer una temática inspirada en Avatar, se encendió una chispa de emoción en el aula. Los estudiantes no solo se sintieron identificados con los valores de la película, como la conexión con la naturaleza, sino que también vieron en ella una oportunidad para vivir una experiencia única, llena de magia, retos y aprendizaje.

Fue esa conexión lo que inspiró el desarrollo de un proyecto que integrara todos esos elementos, creando una experiencia gamificada que no solo fomentara el aprendizaje, sino que también conectara emocionalmente con cada uno de los estudiantes.

¿Cómo estructuraste el proyecto desde su concepción hasta su implementación en el aula?
–La estructura del proyecto se basó en dos pilares fundamentales que guiaron tanto su concepción como su implementación. El primer pilar es el rosco de aprendizaje, una secuencia de aprendizaje inspirada en el ABP (Aprendizaje Basado en Proyectos) y desarrollada por NIUCO, que tuve la oportunidad de conocer y aprender a implementar gracias a Chema Lázaro.

Este enfoque permite organizar el aprendizaje en diversas fases, comenzando con una fase de motivación, seguida de una fase de construcción de conocimientos y culminando con la consolidación de los mismos. De este modo, al combinar este enfoque con la taxonomía de Bloom o la taxonomía SOLO, según el nivel de desarrollo cognitivo de los estudiantes, podemos diseñar experiencias didácticas altamente efectivas, además de atender a la diversidad.

El segundo pilar en el que me apoyé fue la secuencia del viaje del héroe. Esta estructura narrativa clásica me permitió organizar el proyecto de manera que resultara atractiva y significativa para los estudiantes. A través del viaje del héroe pude vincular las etapas del aprendizaje con momentos de tensión, descubrimiento y superación, lo que hizo que la experiencia fuera más envolvente.

Este enfoque facilitó el logro de los objetivos de aprendizaje y promovió diversas experiencias emocionales en el alumnado, creando un vínculo afectivo con el contenido y favoreciendo dinámicas de juego que enriquecieron el proceso.

Además, el proyecto fue cuidadosamente ajustado a las necesidades emocionales y curriculares del alumnado. Mediante una observación continua y un análisis reflexivo, pude adaptar el enfoque a las características específicas del grupo. El objetivo principal fue fomentar la motivación intrínseca por el aprendizaje, promoviendo una mayor autorregulación y facilitando un aprendizaje profundo y significativo que les permitiera conectar los conocimientos con su vida cotidiana y sus propios intereses.

¿Qué recursos y herramientas utilizaste durante el proceso de desarrollo?
–Un aspecto clave fue el uso de las TIC, que me ayudaron a hacer la narrativa más realista. Con diferentes plataformas y aplicaciones pude hacer que los personajes cobraran vida e interactuaran de manera dinámica con los estudiantes. Además, usé Genially para crear un juego personalizado, una herramienta que, con la ayuda del equipo de SandBox Educación, mejoré con nuevas funcionalidades para hacer la experiencia más envolvente y atractiva.

El proyecto no solo se centró en crear una experiencia inmersiva, sino que también consideró la diversidad, asegurando que todos los estudiantes pudieran participar y aprender activamente. Para ello utilicé recursos y estrategias adaptadas a las necesidades de cada discente, como materiales multisensoriales y actividades multinivel. Por consiguiente, esto permitió que todos los estudiantes pudieran acceder a los contenidos según sus características y necesidades.

La evaluación fue clave para medir el progreso y ayudar a los estudiantes a aprender y reflexionar sobre su trabajo. Usé varios métodos de evaluación, como rúbricas y observaciones continuas, para dar feedback constante y fomentar un aprendizaje significativo y autorregulado. De esta manera, los estudiantes pudieron identificar sus fortalezas y áreas de mejora, lo que les ayudó a tomar control de su propio aprendizaje.

Seguimiento de la rúbrica

¿Cómo utilizaste la rúbrica del Premio Espiral para guiar el desarrollo de tu proyecto?
–No utilicé la rúbrica del Premio Espiral como base para desarrollar el proyecto, ya que preferí centrarme en las necesidades específicas del alumnado, adaptando las propuestas a sus intereses y ritmos de aprendizaje.

Sin embargo, al analizar detenidamente la rúbrica que acompaña al Premio Espiral, debo reconocer que es una herramienta extremadamente útil que puede servir de guía a muchos docentes para evaluar la calidad de sus proyectos. Cualquier iniciativa educativa que cumpla con los criterios establecidos en esta rúbrica puede considerarse un proyecto bien fundamentado y con un alto potencial pedagógico.

Además, creo firmemente que la rúbrica del Premio Espiral no debe ser vista exclusivamente como un instrumento para participar en este tipo de premios, sino que es una herramienta de reflexión valiosa para todos los educadores.

Su uso no solo permite evaluar de manera objetiva y estructurada el trabajo realizado, sino que también invita a los docentes a reflexionar sobre su práctica pedagógica y a mejorar continuamente sus propuestas didácticas. Constituye un recurso esencial para quienes buscan innovar en sus enfoques educativos y garantizar que estos sean realmente efectivos para el aprendizaje de sus estudiantes.

¿Hubo algún aspecto de la rúbrica que te resultara particularmente desafiante o motivador?
–Para mí, uno de los mayores retos dentro de los criterios de la rúbrica del Premio Espiral es atender la diversidad de manera inclusiva. Cada aula está compuesta por estudiantes con características, intereses y necesidades diversas, lo que hace que no todas las propuestas sean igualmente efectivas para todos. El Diseño Universal para el Aprendizaje (DUA) nos ofrece un marco útil para abordar esta diversidad, pero requiere adaptaciones constantes y una reflexión continua sobre nuestras estrategias.

Atender la diversidad de manera inclusiva no es un proceso sencillo ni automático. Implica esfuerzo, innovación y un conocimiento profundo de cada estudiante para diseñar experiencias que favorezcan su desarrollo. La inclusión debe ser un enfoque integral que trascienda el currículo y abarque todos los aspectos de la enseñanza.

Para mí, como docente, la mayor satisfacción es ver a los estudiantes superar sus dificultades y lograr objetivos que no imaginaban posibles. Estos momentos de crecimiento, tanto académico como emocional, validan nuestra labor educativa. Al integrar la inclusión de manera genuina, no solo transformamos el futuro de los estudiantes, sino también el de toda la comunidad educativa.

Detalles del proyecto

¿En qué consiste exactamente tu proyecto ganador? Describe sus objetivos y metodologías.
–Este proyecto, que desarrollé el curso pasado, es un trabajo gamificado cuyo principal objetivo fue establecer una conexión significativa con mi alumnado que incrementara su motivación, fomentando su compromiso con el aprendizaje y abordando diversas necesidades, competencias y elementos curriculares. Mediante esta iniciativa se da especial relevancia a la lectoescritura en inglés, una habilidad que fue identificada como una necesidad fundamental en la evaluación inicial.

Además, este proyecto tiene como propósito dar una finalidad al aprendizaje de los estudiantes mediante un desafío inicial: ¿seremos capaces de sensibilizar a nuestra comunidad para promover un aprendizaje más sostenible por el medio ambiente?

Es importante resaltar que en este proyecto no solo se implementaron técnicas de gamificación y ABP (aprendizaje basado en proyectos), sino que también se aplicó un cóctel metodológico. En este sentido, se dio un especial énfasis al trabajo cooperativo, al flipped learning (aprendizaje invertido) y al aprendizaje basado en el pensamiento.

Realmente creo que un diseño didáctico adecuado es crucial para generar un impacto significativo en el aprendizaje del alumnado. Para ello es esencial evaluar y evidenciar los aprendizajes adquiridos por los discentes, así como analizar el nivel de motivación que ha generado todo el enfoque pedagógico.

¿De qué manera tu proyecto pone en el centro al alumno y cómo promueve su participación activa?
–El diseño de este proyecto se sustenta en fomentar la autonomía, la toma de decisiones y la iniciativa del alumnado. Cada vez que inicio el curso con un grupo nuevo de estudiantes es común que lleguen con la costumbre de realizar tareas mecánicas, en las que el docente les indica paso a paso qué deben hacer, a través de fichas o actividades, sin que el alumnado tenga la oportunidad de reflexionar sobre su propio proceso de aprendizaje ni de ejercer la libertad de tomar decisiones.

En este contexto, a lo largo de la implementación de este proyecto, se ha otorgado especial relevancia al desarrollo de estrategias de evaluación formativa, tal como afirma Neus Sanmartí, quien destaca que la evaluación debe estar al servicio del aprendizaje del alumnado. Uno de los principales objetivos de la evaluación formativa es que los estudiantes tomen conciencia de sus errores, los perciban como oportunidades para mejorar y reconozcan sus áreas de desarrollo.

Para lograr este objetivo es crucial que los alumnos aprendan a autoevaluarse, analicen ejemplos concretos, integren los objetivos de aprendizaje y reflexionen a partir del feedback recibido. Este debe responder a la siguiente pregunta: ¿Cómo puedo avanzar en mi aprendizaje?

A lo largo del proyecto han surgido diversas preguntas, como: ¿Dónde puedo encontrar la información adecuada? ¿Qué texto debo leer? ¿Cuál es el texto apropiado para enfrentarme según mi nivel? No solo eso, sino que el alumnado ha tenido la posibilidad de elegir el producto final con el que concluiría el proyecto, lo que les ha permitido planificar los pasos a seguir y analizar ejemplos de otros productos. Todo ello fomentando un constante diálogo en los equipos base.

Impacto en el alumno

¿Qué cambios observaste en tus alumnos durante y después de la implementación del proyecto?
–Los cambios que se produjeron comenzaron desde la misma introducción del proyecto gamificado. El alumnado sabía que durante el primer trimestre estaba preparando una sorpresa relacionada con la narrativa de Avatar. Por lo tanto, cuando comenzó, los estudiantes estaban nerviosos e ilusionados.

Pero no solo eso: a lo largo del proyecto el alumnado fue desarrollando motivación intrínseca por su aprendizaje, ya que las estrategias de evaluación formativa les ayudaban a tomar conciencia de sus errores y áreas de mejora. Una de las evidencias de esto fue que, al terminar la descripción de su Avatar, parte del alumnado quería hacer una descripción de sus mascotas. No solo eso, sino que, de forma autónoma, elaboraban borradores y seguían los procesos que habíamos trabajado en clase.

Realmente creo que este proyecto cumple con los tres pilares fundamentales para el desarrollo de la motivación intrínseca según Deci y Ryan: autonomía, competencia y relación. En este sentido, puedo afirmar que, poco a poco, el alumnado se fue convirtiendo en estudiantes autodeterminados.

Además, al calcular el tamaño del efecto en relación con el aprendizaje del inglés, obtuve un valor de 1,5. Esto significa que las metodologías aplicadas tuvieron un impacto altamente significativo en el aprendizaje del alumnado. En consecuencia, los estudiantes experimentaron una mejora notable en su nivel de inglés.

¿Cómo crees que tu proyecto ha influido en el desarrollo personal y académico de tus alumnos?
–Mi alumnado disfrutó de todo el proceso de aprendizaje, adquiriendo autonomía, iniciativa para realizar tareas abiertas y favoreciendo el desarrollo de la autorregulación. Además, trabajamos mucho las habilidades interpersonales a través del trabajo cooperativo, ya que los conflictos que surgían los trataba como oportunidades de aprendizaje y no como un problema. Di mucha importancia a las pautas de comunicación asertiva, así como a la estructura de las actividades cooperativas con el objetivo de enseñar al alumnado a cooperar.

A nivel curricular hubo una mejora muy significativa en su nivel de inglés, y la experiencia del proyecto les permitió aprender los contenidos de ciencias de una manera profundamente significativa. Principalmente, los contenidos de ciencias se trabajaban de forma espiral, lo que significa que los contenidos se repetían de diferentes maneras, favoreciendo una práctica espaciada y deliberada, permitiendo que los estudiantes reforzaran sus aprendizajes de forma progresiva, con intervalos estratégicos que optimizaron la internalización de los contenidos.

Experiencia de la gala

¿Cómo viviste la experiencia de participar en la gala de entrega del Premio Espiral?
–El simple hecho de ser nominado al Premio Espiral ya representa un reconocimiento enorme al esfuerzo y dedicación. Sin embargo, recibir la Peonza de Oro es un honor que trasciende las palabras. Cuando anunciaron que mi proyecto había sido galardonado con este premio, me secuestró una emoción tan profunda que resulta difícil traducirla en palabras: una mezcla de alegría, orgullo y gratitud inmensa.

Además, jamás olvidaré las palabras que me dedicó Elvira Fernández, una persona a quien admiro profundamente, no solo por su profesionalidad, sino también por su calidad humana. Aunque nuestras interacciones han sido pocas, siento un cariño especial hacia ella, y su reconocimiento hizo que este momento fuera aún más significativo e inolvidable.

¿Qué emociones y recuerdos te llevas de ese día?
–Son emociones y recuerdos que conservaré toda mi vida. Podría destacar que experimenté una mezcla de ilusión, alegría, incredulidad, emoción y muchas más sensaciones que son difíciles de explicar con palabras. Incluso después de todo este tiempo, de vez en cuando sigo mirando el diploma y revivo ese momento tan especial con gratitud y nostalgia.

Beneficios y aplicaciones en el día a día

¿De qué manera ha impactado este reconocimiento en tu práctica educativa diaria?
–Ha reforzado mi motivación por seguir creciendo como docente con el objetivo de que el alumnado logre aprendizajes significativos y disfrute de una experiencia positiva en su proceso de enseñanza-aprendizaje. Continuaré investigando sobre evidencias educativas y reflexionando críticamente sobre mi práctica docente, con el propósito de mejorar mi intervención educativa y contribuir al desarrollo integral de mi alumnado.

¿Has tenido la oportunidad de compartir tu proyecto con otros docentes o instituciones? ¿Cómo ha sido esa experiencia?
–El proyecto también fue elegido como una de las 35 mejores experiencias educativas en SIMO. Por consiguiente, tuve la oportunidad de explicar y mostrar el proyecto en IFEMA Madrid durante una hora. Además, debido a que el proyecto fue galardonado con la Peonza de Oro, me invitaron a un congreso de innovación educativa en Pamplona y tuve oportunidad de hablar sobre esta experiencia educativa. Asimismo, el centro educativo donde estoy asignado dispondrá de la memoria de la experiencia para aquellos docentes que les pueda servir de inspiración.

Innovación y futuro

¿Qué importancia tiene la innovación educativa para ti y cómo la aplicas en tu trabajo diario?
–La innovación educativa abarca todas aquellas transformaciones metodológicas que generan un impacto significativo en el aprendizaje del alumnado. Desde mi punto de vista hay tres pilares fundamentales para la innovación educativa: poner en el centro el aprendizaje del alumnado, desarrollar una práctica docente crítica y basarse en la investigación educativa para implementar propuestas metodológicas verdaderamente innovadoras.

Me mantengo en constante formación y reflexiono de manera crítica sobre la intervención educativa que llevo a cabo con mi alumnado. Además, me interesa medir el tamaño del efecto de las propuestas metodológicas en su aprendizaje y reflexionar sobre las acciones educativas que puedo implementar para mejorarlo. También valoro mucho recibir feedback del alumnado y analizar su nivel de motivación a lo largo del curso mediante formularios Likert, una herramienta que me proporciona información valiosa para ajustar mi práctica.

Asimismo, considero que los siete climas de aula definidos por John Hattie son fundamentales para garantizar que el alumnado aprenda más y se sienta cómodo y motivado en clase. En este proceso, el feedback del alumnado al docente se convierte en una herramienta esencial para la mejora continua.

¿Tienes planes de desarrollar nuevos proyectos en el futuro? Si es así, ¿puedes adelantarnos algo sobre ellos?
–Sí, siempre estoy en constante reflexión para analizar posibles cambios que introduzcan mejoras o ajusten el proyecto a la realidad de mi alumnado. El proyecto aún está por definir, pero estoy desarrollando una nueva gamificación basada en la narrativa de Jumanji que conecta mucho con los intereses de mis alumnos.

Además, he estado reflexionando sobre los diferentes elementos, mecánicas y dinámicas de juego que voy a introducir, basándome en los siete placeres del jugador, así como en los diferentes tipos de jugadores que existen en el aula. Por otro lado, otras tendencias, como Octalysis o el modelo MDA para el desarrollo de experiencias gamificadas, me han resultado fundamentales para analizar qué elementos de juego incluir y favorecer la motivación de mi alumnado.

Consejos y recomendaciones

¿Qué consejo le darías a otros docentes que desean participar en el Premio Espiral Internacional?
–Les aconsejaría que no desarrollen un proyecto solo con el propósito de presentarlo a un premio, sino que lo diseñen poniendo en el centro a sus estudiantes, reflexionando sobre cómo puede transformar y enriquecer su aprendizaje. La clave está en crear experiencias educativas significativas que impacten positivamente en su desarrollo integral y en sus competencias. Una vez que el proyecto haya demostrado ser exitoso y cuente con evidencias claras de su impacto, entonces sí, podría ser una gran oportunidad presentarlo al Premio Espiral.

Participar en este premio va mucho más allá de recibir un reconocimiento. Representa el reconocimiento de que el proyecto es un modelo inspirador que otros docentes pueden tomar como referencia. Asimismo, es una oportunidad para compartir prácticas innovadoras y experiencias que sirvan de guía y estímulo para la comunidad educativa.

El verdadero valor de participar en el Premio Espiral no radica en ganar, sino en promover una cultura de colaboración, abrir nuestras aulas y contribuir colectivamente a la mejora de la calidad educativa, demostrando que juntos podemos marcar una diferencia significativa en el aprendizaje de los estudiantes.

¿Qué crees que es lo más importante para desarrollar un proyecto educativo innovador y exitoso?
–Como he mencionado anteriormente, considero que lo más importante es centrarse en el aprendizaje del alumnado, estar bien formados y conocer lo que dice la evidencia en educación. Además, es fundamental reflexionar de manera crítica sobre nuestra práctica docente. Después, debemos atrevernos a salir de nuestra zona de confort para desarrollar propuestas pedagógicas nuevas que quizá no hayamos implementado antes.

En mi caso, en este proyecto quise dar especial importancia al desarrollo de la autonomía, la responsabilidad individual y la atención a la diversidad. Por ello, el proyecto culminaba en diferentes productos finales, todos con un mismo objetivo: concienciar a nuestro entorno sobre la importancia de llevar una vida sostenible. Hubo momentos en los que dudé, pensando que quizá era demasiado ambicioso o que mi alumnado no tendría suficiente autonomía para llevarlo a cabo. Sin embargo, también reflexioné: si yo no creo en mi alumnado, ¿quién lo hará? Por consiguiente, decidí sacar adelante esta propuesta, guiando a mi alumnado en la planificación y organización del proyecto.

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