fbpx

Recursos educativos

Cómo mejorar la concentración y el rendimiento académico con consejos basados en la neurociencia

Muchos niños tienen dificultades para concentrarse en clase o cuando hacen los deberes en casa. Esto genera frustración en los niños, pero también en los padres y en los profesores, que buscan la mejor manera de ayudarles. Afortunadamente, la neurociencia ha identificado algunas estrategias efectivas para mejorar la atención y el rendimiento escolar.
Nuria PascualMiércoles, 19 de marzo de 2025
0

Evidencias científicas sugieren que adaptar las horas de inicio de las clases a los ritmos biológicos de los adolescentes mejora su rendimiento académico y comportamiento en clase.

El aprendizaje no es solo cuestión de esfuerzo; también depende de cómo funciona nuestro cerebro. La neurociencia ha permitido conocer con mayor profundidad los procesos cognitivos que intervienen en la concentración, la memoria y la atención, aportando herramientas para optimizar el rendimiento académico.

Estos avances permiten diseñar métodos de enseñanza y hábitos de estudio que se alinean mejor con el funcionamiento del cerebro, logrando que los niños aprendan de manera más eficiente y sin generar estrés innecesario. En este artículo, exploraremos consejos basados en estos estudios científicos para ayudar a los niños a mejorar su rendimiento académico de manera efectiva y natural.

Adaptar las horas de estudio a los ritmos biológicos

Los niños y adolescentes tienen ritmos biológicos que afectan a su capacidad de atención. Lograr una mayor sincronización entre los horarios escolares y los ritmos circadianos de los estudiantes es fundamental para mejorar el rendimiento.

Evidencias científicas sugieren que adaptar las horas de inicio de las clases a los ritmos biológicos de los adolescentes mejora su rendimiento académico y comportamiento en clase. Por ejemplo, el estudio europeo SHASTU reveló que la capacidad de atención de los estudiantes es mínima entre las 8:00 y las 10:30, aumentando después de las 11:00. Se recomienda priorizar asignaturas físicas y creativas por la mañana y dejar las troncales para momentos de mayor concentración. Esta adaptación redujo en un 50% los problemas de conducta y mejoró el rendimiento escolar en un punto de media. En casa habría que organizar el estudio en los momentos en que estén más atentos, evitando tareas complejas cuando están más cansados. ​

 Hacer actividad física regular

El ejercicio físico aeróbico beneficia las capacidades cerebrales tanto en niños como en adultos. Personas con una actividad física semanal más intensa presentan una mejor memoria y mayor flexibilidad y velocidad de procesamiento de información mental. Incluso 30 minutos diarios de actividades como caminar, andar en bicicleta o correr pueden mejorar el tiempo de reacción y la velocidad de procesamiento de la información en el cerebro. Esto se debe a que la actividad física genera BDNF, una proteína que aumenta la plasticidad neuronal, facilitando la formación de nuevas conexiones sinápticas y mejorando el aprendizaje. ​

Fomentar la lectura

En la era digital, la exposición constante a textos breves en plataformas como TikTok e Instagram puede afectar la capacidad de lectura prolongada y profunda. Para contrarrestar esto, es esencial promover la lectura de textos complejos, lo cual mejora la concentración y la comprensión lectora. La estrategia a seguir en este caso sería crear un ambiente lector tanto en la escuela como en el hogar e integrar la lectura en todas las áreas educativas. La idea es aprovechar el enriquecimiento que proporciona la lectura.

 Aplica técnicas de estudio adecuadas

  • Práctica espaciada: Distribuir las sesiones de estudio en el tiempo en lugar de concentrarlas en un solo momento. Esta técnica permite a los estudiantes conservar mejor la información y mejorar su rendimiento académico.
  • Autoexplicación: Pedir a los niños que expliquen con sus propias palabras lo que han aprendido, ayuda a fijar los conocimientos.
  • Metacognición: Esta técnica se refiere a ayudar a los niños a ser conscientes de su propio proceso de aprendizaje. Por ejemplo, si un estudiante nota que se distrae rápidamente, puede probar distintas estrategias como hacer pausas cortas o estudiar en un ambiente más tranquilo.

El sueño mejora el funcionamiento cognitivo y la memoria

El sueño es crucial para la consolidación de la memoria y el funcionamiento cognitivo óptimo. Los estudios científicos más recientes sobre el sueño y la vigilia coinciden en que este descanso tiene un efecto significativo en el aprendizaje y la memoria. Por lo tanto, es fundamental que los estudiantes mantengan horarios regulares de sueño y aseguren una cantidad adecuada de descanso para mejorar su concentración y rendimiento académico.

Controla el uso de la tecnología

El uso excesivo de dispositivos electrónicos puede afectar la capacidad de concentración y la memoria. Es esencial controlar el uso de la tecnología, especialmente durante las sesiones de estudio, para minimizar distracciones y promover una atención sostenida en las tareas académicas. Fomentar momentos sin tecnología, como la lectura o juegos de mesa, puede ayudar a mejorar la concentración de los niños.

 Aprendizaje activo y motivación

El cerebro aprende mejor cuando está comprometido con la tarea. En lugar de solo leer o escuchar, los niños pueden aprender mejor si participan activamente: hacer resúmenes, responder preguntas, enseñar lo aprendido a otra persona o realizar experimentos. La neurociencia destaca que el cerebro aprende mejor cuando está motivado y emocionalmente involucrado. Por ello, es importante que los docentes utilicen metodologías que fomenten la interacción, el entusiasmo y la conexión con el material de estudio, lo que conduce a un aprendizaje más significativo y duradero.

Establecer rutinas y patrones de aprendizaje

La neurociencia sostiene que el cerebro es muy sensible a patrones y repeticiones. Si un niño estudia siempre a la misma hora y en el mismo lugar, su mente se preparará automáticamente para concentrarse. Por ejemplo, si cada tarde después de la merienda dedica 30 minutos a repasar matemáticas, esta rutina le ayudará a concentrarse mejor y captar más conocimiento en esa materia.

Aplica estrategias de enseñanza basadas en el funcionamiento cerebral

La neurodidáctica, es una estrategia de enseñanza que fusiona la neurociencia, la educación y la psicología. Propone la aplicación de estrategias y metodologías de enseñanza basadas en el funcionamiento cerebral. Considera aspectos cognitivos, afectivos y sociales para mejorar la motivación, el compromiso y el rendimiento académico de los estudiantes. Una aplicación de estos principios sería usar actividades variadas, como juegos educativos, material visual o aprendizaje a través de proyectos.

Fomentar la autoevaluación y la reflexión

Para ayudar a los niños a evaluar su propio progreso puede mejorar su motivación y rendimiento. Una forma de hacerlo es pedirles que al final del día reflexionen sobre qué aprendieron, qué les costó más y cómo podrían mejorar. Otra técnica útil es hacer listas de objetivos semanales y revisar al final de la semana cuántos se lograron. Esta estrategia, respaldada por la neurociencia, permite a los estudiantes identificar sus fortalezas y áreas de mejora, promoviendo una mayor autorregulación y autonomía en su formación académica.

Mejorar la concentración y el rendimiento académico no siempre requiere soluciones complicadas. A veces con pequeños cambios en los hábitos diarios, es posible optimizar el aprendizaje de los niños. Aplicando estas estrategias, padres y profesores pueden contribuir a que los estudiantes desarrollen mejores habilidades de atención y memoria, favoreciendo un proceso educativo más eficaz y satisfactorio.

0
Comentarios