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David Rabadà: "El pedagogismo sólo es una ideología como lo es el barcelonismo, el comunismo o el nazismo"

Según David Rabadà, autor de 'Educación basurizada', el cáncer de las pseudociencias se ha instaurado en nuestra enseñanza exterminando el ascensor social de la formación pública. Hoy, más que nunca, "vemos cómo la enseñanza ya no garantiza que los humildes puedan alcanzar estudios superiores", dice este profesor. En los últimos meses ha surgido mucha literatura sobre educación que, o bien critica las pedagogías vigentes, o bien pregona soluciones milagrosas.
Diego FranceschLunes, 17 de marzo de 2025
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David Rabadà, autor de 'Educación basurizada'.

Quizás vaya siendo hora de simplemente explicar «qué sirve realmente para que nuestros alumnos adquieran conocimientos reales y duraderos». Para ello hay quienes dicen que hay que invertir mucho en educación, pero eso no implica inmediatamente ni una mejor calidad educativa ni igualdad social permanente, puesto que el problema no es sólo «cuánto se invierte en educación, sino el tipo de educación en la que se invierte». Otros hablan de «probar diferentes pedagogías, pero la mayoría de ellas ya han sido experimentadas sin demostrar mejoras universales».

Puede que a veces las ideas más sencillas sean las más efectivas. Es decir, «lo bueno, bonito y barato existe». Para ello hay que buscar entre los tratados científicos y en la experiencia de muchos profesores, todo ello para darse cuenta de que la enseñanza eficaz no se halla ni en los métodos pedagogistas ni en los modelos de organización escolar, sino en el método científico experimental y en las pruebas y errores didácticos antecedentes. De esta manera nos daremos cuenta de que la enseñanza con eficacia probada resulta muy distinta de la educación con demagogia aplicada. Y eso es lo que pretende David Rabadà con su último libro, Educación basurizada.

¿A qué denominas el ‘cáncer de las pseudociencias’ y por qué crees que está afectando a la situación educativa actual?

–​La metástasis está en el pedagogismo, que no pedagogía. La pedagogía es una disciplina de conocimiento que de aplicarse con lógica y seriedad puede resultar útil para la práctica docente, pero el pedagogismo sólo es una ideología como lo es el barcelonismo, el comunismo o el nazismo, y convendremos que no es lo mismo la ciencia de la ecología que la postura del ecologismo ya que muchos ecologistas no poseen grandes conocimientos en ecología, sobre todo cuando la política, otra ideología, se pone por medio. Dicho lo anterior se comprende que quienes trabajan en las llamadas Ciencias de la Educación defienden su disciplina como ciencia, pero la educación en sí misma, no es tanto una disciplina científica como una suma de métodos que aprendemos para enseñar mejor en clase. A veces estos métodos los adquirimos bajo prueba y error de la tradición, otros los obtenemos de la experiencia de los buenos docentes y finalmente los inferimos de métodos científicos que estudian nuestro comportamiento y actividad cerebral, pero el pedagogismo reinante en nuestras leyes educativas, y entre las mal llamadas Ciencias de la Educación, no reviste prueba alguna de eficacia comprobada y se ha vuelto un cáncer que destruye nuestra enseñanza bajo sus prejuicios e intereses.

En este sentido, ¿la educación ha dejado de ejercer la función de ascensor social que siempre ha desempeñado?

​–Sin una buena transmisión de conocimientos nuestros alumnos ya no aprenden y se dinamita el ascensor social de la educación pública. Como decía Gregorio Luri, si a los pobres no les damos conocimiento en las escuelas, los abandonamos a las puertas de ésta. En fin, que, si cada vez enseñamos lo mínimo, la escuela pública se convertirá en un servicio asistencial. Para que la enseñanza gratuita resista frente a la privada exigente, primero hay que evitar degradar la enseñanza pública. Y es que el niño no va a la escuela a divertirse más que aprender, sino al revés.

Para que la enseñanza gratuita resista frente a la privada exigente, primero hay que evitar degradar la enseñanza pública. Y es que el niño no va a la escuela a divertirse más que aprender, sino al revés

En tu opinión, ¿se han impuesto pedagogías o pseudopedagogías contrarias a la tarea docente o contraproducentes con la enseñanza y el aprendizaje?

–​Rotundamente sí. Ello no es una hipótesis, no es ninguna teoría, es un hecho corroborado por distintos marcadores internacionales como PISA y TIMMS por ejemplo. Dicho de otra manera, imaginen que el director de la NASA quiere despedir a todos sus astrofísicos y científicos para sustituirlos por astrólogos y futurólogos que solo quieren estafar al personal, pero no investigar. Con tanta imaginación anterior, ¿qué pensarían? Pues que ministro y directores gobiernan una asociación de iluminados, es decir, una secta. Pues eso mismo le está pasando a nuestra educación. Quien la gobierna son una secta de curanderos y astrólogos que imponen sus creencias sin demostración científica alguna. ¿Qué? ¿Que no me creen? Pues están de suerte. Primero porque los resultados de PISA han dejado bien claro que con estos dirigentes y asesores educativos no vamos bien, mejor dicho, no vamos, o peor aún, vamos atrás. Y segundo porque llevo más de treinta años vinculado a la educación y he conocido personalmente a algunos miembros de esta secta.

¿Hemos ido demasiado lejos con las nuevas metodologías como el flipped learning, la Educación por proyectos, la gamificación etc. y los resultados no han ido en la buena dirección?

​–Primero hay que aclarar que muchas de estas metodologías no son nuevas y lo segundo es que todas ellas defienden la creencia de que el niño puede aprender por sí mismo sin la necesidad del profesor docto y especialista. A esto lo llamaron poner el alumno en el centro de la educación, pero realmente lo que hicieron fue dejarlo abandonado y vaciado de docentes expertos y conocedores de saberes. Es decir, la capacidad innata de los alumnos de aprender por sí mismos sin la necesidad de profesores especialistas, el llamado alumnocentrismo bajo el constructivismo​, el aprendizaje basado en competencias​, proyectos y ámbitos, ​es algo falaz y jamás demostrado científicamente. En parte cada nueva ley de educación durante la democracia ha defendido este alumnocentrismo como un circo electoralista sin un compromiso social férreo, pero con la falaz promesa de que la educación por competencias será lo más moderno y mejor a aplicar, algo por cierto falso ya que procede de ideas economicistas de décadas anteriores, es decir, nada de innovación educativa, sino plagio ​económico. Ha resultado de lógica previsible que muchos docentes se hayan opuesto a estas creencias pedagogistas desde la reforma de la LOGSE hasta su actual hermana LOMLOE.​ Además, ¿qué hace un concepto económico como las competencias gestionando nuestra educación?

¿Crees que se ha hecho creer a los padres que la tecnología y estas metodologías supuestamente innovadoras iban a proporcionar soluciones milagrosas en cuanto a resultados escolares?

–Gracias a ingentes cantidades de dinero se ha hecho creer en estos milagros educativos a padres, madres, docentes y a políticos ignorantes. Sólo vean el reportaje La Nueva Escuela que la Caixa y la Fundación Bofill pagaron y colgaron en Filmin, y en donde parece que toda esta idea que el alumno puede aprender por sí mismo, sin memorizar, por proyectos, eligiendo su manera de aprender y demás milagros sin demostrar, devenga un mensaje mesiánico.

¿Qué piensas de la educación competencial? Algunos dicen que no se está aplicando bien, por eso no hay avances en esa línea…

​–Desde la educación por procedimientos, conceptos y actitudes de los 90, se ha llegado a la educación por proyectos, competencias y ámbitos del 2000. Este paso vino con promesas álgidas desde la política afirmando que las competencias iban a resolver todos los problemas educativos. En ello los expertos educativos no se cansaron de predicar que la educación por proyectos, por competencias y por ámbitos iba a mejorar los aprendizajes de nuestros alumnos al ser la innovación más moderna del mundo, pero la realidad de los hechos y de las evidencias científicas mostró todo lo contrario. Y es que, con muy buenas palabras, inteligente propaganda y una campaña mediática, se prometió que el aprendizaje por competencias salvaría la educación nacional, pero todo ello devino una moda homeopática que causó muy malos resultados en PISA, sobre todo en los publicados en 2023, y mal me pese, en la comunidad que más propaganda expandió de las competencias, Cataluña. Al final las comunidades autónomas que practicaron una enseñanza más tradicional y menos competencial, obtuvieron buenos resultados en los informes PISA, en cambio las comunidades más vanguardistas quedaron muy por debajo de la media. Añadamos que la educación por competencias dice que formará a los alumnos para los trabajos desconocidos del mañana, pero el problema es cómo formar para lo que no se sabe. Y convendremos que querer saber a saber sin saber qué saber, es un saber de sabiondo. Lo sintomático es que los competencialistas apenas mencionan la palabra conocimiento y ellos saben que es un modelo educativo sin demostración científica. Cómo decía Xavier Massó en su libro El Fin de la Educación, la memoria por sí sola es ciega, pero la inteligencia sin memoria está vacía.

Quienes gobiernan la educación son una secta de curanderos y astrólogos que imponen sus creencias sin demostración científica alguna

¿Mejorar la inversión educativa es necesario, pero no suficiente?

–Hay quienes dicen que hay que invertir muchos recursos en educación, pero ello no implica inmediatamente ni una mejor calidad educativa ni igualdad social permanente puesto que el problema no es solo cuánto se invierte en educación, sino el tipo de educación en la que se invierte. Si invertimos en pedagogismos alumnocentristas y sus competencias, proyectos y ámbitos, alimentaremos la metástasis que sufre nuestro sistema educativo.

¿Cuál es para ti la enseñanza eficaz, basada en la ciencia y no en creencias?

–En el aula las técnicas de enseñanza a utilizar deben provenir de la tradición histórica contrastada, de la confianza en docentes experimentados y de la ciencia empírica demostrada, es decir, de didácticas eficaces, pero no de hipótesis sin contrastar. Por lo tanto, hay que huir de los métodos que no tienen ni garantía científica, ni garantía de la tradición, sino que son humos ideados por la intuición y la creencia sin eficacia probada. En todo ello las aulas no son una reunión de iguales, sino un espacio en donde se encuentra quién más sabe, el docente, con quien menos sabe, el alumno. Sus respectivos derechos y obligaciones son totalmente distintos, por lo que no es una reunión de iguales. Las pedagogías que defiendan tal igualdad mezclan el maestro con el aprendiz. Es decir, el aula, como ocurre en la mayoría de las obligaciones, no debería ser una democracia, pero sí un laboratorio de ideas para poseer conocimientos y criterio, un mundo en el que se aprende a pensar en función de unas cogniciones previas. Y el docente debe ser el centro de todo ello y no el alumno, es decir, es el maestro quien debe dominar la didáctica y contenidos de su especialidad y el alumno quien debe aprender de todo ello. Cabe encumbrar y enaltecer la figura social del docente y no considerarle un igual entre los alumnos. Respeto, esfuerzo y estudio deben ser parte de los pilares que compartan docentes y alumnos. En ello no hay que temer la distancia educativa dado que esta fortalece los tres pilares anteriores.

¿Cómo interpretas los malos resultados de la enseñanza en Cataluña?

–Pues con el constructivismo de la LOGSE de los 90 en donde ya se insinuaba la educación por competencias. Esta luego se afianzó con fuerza por Cataluña durante el 2018 bajo la consejería de una economista neoliberal, Meritxell Ruiz, por aquel entonces consejera el Departamento de Educación de la Generalitat de Cataluña. Con la promesa que aquello era la solución por moderno e innovador, luego pasó a España para consolidarse y cristalizar en la LOMLOE. El mensaje era que los ABC, los aprendizajes basados en competencias, iban a resolver todos los problemas educativos del país. Hoy en día esta nueva manera de evaluar a nuestros alumnos está haciendo estragos entre nuestros institutos. La principal razón es que la política la impuso sin pruebas ni orientaciones claras. No lo duden, es una estafa nacional para todas las familias españolas.

En el aula las técnicas de enseñanza deben provenir de la tradición histórica contrastada, de la confianza en docentes experimentados y de la ciencia empírica demostrada, es decir, de didácticas eficaces, pero no de hipótesis sin contrastar

¿Qué opinas de informes como PISA y las políticas educativas que emanan de la OCDE?

–Hoy día una de las mayores entidades económicas, la OCDE, defiende los proyectos, las competencias y el alumnocentrismo como recetas universales e imprescindibles para la educación. Cabe preguntarse entonces, ¿qué hace la economía internacional metiendo las narices en la educación de nuestro futuro? También hacen lo mismo algunos bancos y fundaciones privadas pagadas por los primeros. Incluso, y cobrando de fondos públicos, muchos personajillos innovadores siguen criticando la enseñanza memorística, la disciplina y el uso de libros de texto para reafirmar que ellos llevan la razón, pero con la triste noticia que la historia les dice todo lo contrario. Poner a los alumnos en el centro del sistema educativo con la creencia que aprenderán ellos solos y por sí mismos, es algo que suena muy bien pero que olvida lo científico y deja al docente docto fuera del foco de la enseñanza sin tener en cuenta el valor de los conocimientos a aprender, sino las lamidas competencias para preparar a los alumnos para los trabajos del mañana que no sabemos. Además, no hay estudio científico con datos contrastados que demuestre la suposición anterior. A lo sumo la OCDE, y en su informe de 2016, afirmaba sin aportar dato alguno ni evidencia científica, que el 65% de los chavales actuales trabajará en oficios que todavía no han sido inventados, afirmación totalmente sí inventada. Como vemos de cultura y método científicos, tanto la OCDE como su comprado pedagogismo, van descalzos, o peor todavía, sin pies ni cabeza. Cómo decía Andreu Navarra en su libro Razón y Demolición, la Europa neoliberal de hoy bombardea sus propios sistemas educativos para que no haya sabios en su reino.

¿Estamos a tiempo de revertir la situación?

–En la enseñanza se producen procesos asimétricos en los que quien más sabe, enseña más que aprende, y quien menos sabe, aprende más que enseña. Es decir, hay que abandonar el alumnocentrismo del hacer feliz al alumno, algo defendido, que no demostrado, por el pedagogismo, y adoptar el profecentrismo que ha demostrado su eficacia probada. Por lo tanto, un buen cuerpo docente debe estar formado por maestros y profesores instruidos, que dominen ampliamente su especialidad y la didáctica de esta, que sepan crear la autoridad y la confianza con sus alumnos, y que finalmente ostenten un dominio excelso de la expresión escrita y oral. La falsa pedagogía ya lleva mucho tiempo malogrando la educación nacional. Si aniquilamos su cáncer podremos revertir la situación.

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Comentarios

  1. José Martínez
    18 de marzo de 2025 09:36

    Es curioso que un tipo que los artículos más reaccionarios en la prensa reaccionaria pontifique en su entrevista/publirreportaje sobre educación e ideología. La suya le resulta invisible, por lo visto. Su discurso se parece como dos gotas de agua al programa de educación de Vox. ¿Objetivo? Demonizar el marco pedagógico progresista y la educación pública, integral, laica, inclusiva, crítica y democrática. En resumen, trumpismo de pueblo. Me parece que no compraré su panfleto.

    1. David Rabadà i Vives
      20 de marzo de 2025 06:59

      Estimado José Martínez, el discurso aquí presente no es de ultraderecha, ni yo mismo me acerco políticamente a tal ideología, más bien todo lo contrario. En igual sentido debo decir que este discurso lo comparten personajes de la izquierda como uno de los fundadores de Podemos, Carlos Fernández Liria, u otros escritores alejados de la ultraderecha como Olga García, Enrique Galindo, Andreu Navarra, Damià Bardera, Xavier Massó, Miguel Ángel Tirado, Héctor Ruiz, Alberto Royo y Gregorio Luri entre muchos otros. Es normal desear clasificar a la gente entre derechas e izquierdas, pero eso no debe alejarnos de un análisis sereno y objetivo de lo que ocurre en nuestra educación sin mezclar ideologías políticas en ello. Si todavía yo le parezco de ultraderecha puede consultar la hemeroteca y verá mis tendencias muy alejadas de tales tesituras.