Digna Couso, investigadora: “El enfoque competencial es muy exigente. El problema es que no se está aplicando bien”
En un evento celebrado en la sede del CSIC de Madrid expertos internacionales como Digna Couso, investigadora de la Universidad Autónoma de Barcelona, o Claudio Vanhees, investigador de la Universidad de Ciencias Aplicadas Thomas More de Bélgica, expusieron su punto de vista respecto al marco competencial en educación y el marco basado en el conocimiento, respectivamente.
Según Couso, el enfoque competencial es muy exigente pero el problema es que no se está aplicando bien. “Hay una interpretación errónea de enfoque competencial cuando se le identifica con un aprendizaje fácil”, afirma la investigadora. Por su parte, Vanhees explicó por qué es importante dar más peso al conocimiento en el currículo y cómo lo están haciendo varios países con el objetivo de mejorar la calidad de sus sistemas educativos.
Esta iniciativa, dirigida al profesorado de Primaria y Secundaria y promovida por el Instituto de Ciencias Matemáticas (ICMAT) y el grupo de trabajo en Educación Científica del CSIC (VACC-CSIC) en colaboración con la Comunidad de Madrid, el Ministerio de Educación y el European Research Council, persigue fomentar una reflexión sobre la educación científica en la actualidad. Las diferentes perspectivas presentadas sobre el enfoque competencial y el enfoque centrado en el conocimiento revelaron que ambos enfoques no son incompatibles, sino que se complementan.
¿Qué aporta y qué no el enfoque competencial a la educación?
Digna Couso es profesora en la Facultad de Ciencias de la Educación de la Universidad Autónoma de Barcelona (UAB), directora del Centro de Investigación en Ciencias y Educación Matemática y jefa de la Unidad en Educación Científica del Departamento de Didáctica de las Matemáticas y las Ciencias de la UAB. En el evento celebrado en la sede del CSIC en Madrid en el que participó junto a otros expertos del ámbito científico educativo defendió las ventajas del enfoque competencial del aprendizaje, a la vez que señaló los fallos que se están produciendo a la hora de llevarlo a la práctica. En contra de algunas opiniones, Couso explica que el enfoque competencial no desprecia el conocimiento, ni tampoco es más fácil que el modelo anterior. “El enfoque competencial es muy exigente. El problema es que no se está aplicando bien”, sostiene esta experta.
Para empezar, Couso explicó en qué consiste el enfoque competencial de la enseñanza recurriendo a una analogía: pensar en cabezas bien amuebladas en contraposición a cabezas muy llenas. “Esta metáfora define muy bien la esencia del aprendizaje por competencias, pues el enfoque anterior introducía muchos contenidos, a veces inconexos, a veces poco profundos y a veces, incluso, irrelevantes”. Para solucionar este problema, el enfoque del aprendizaje basado en competencias propone seleccionar menos contenidos e incluir aquellos más relevantes y que más potencial tienen. “Si la cabeza no tiene que estar muy llena de muebles, sino bien amueblada, hay qué pensar bien qué muebles se meten y los mejores serán aquellos que sirvan para muchas cosas: tienen que ser muebles versátiles. En este sentido, sabemos que hay grandes ideas de la ciencia que podemos aplicar a muchos contextos”.
Una vez seleccionados los contenidos más relevantes, uno de los objetivos del enfoque competencial se centra en que los alumnos aprendan a utilizar esos contenidos en contexto. Desde esta perspectiva, no basta con decir, repetir o declarar acríticamente el conocimiento, sino que se espera que el alumnado lo utilice en contextos reales o realistas. “Una de las cosas más importantes que aporta el enfoque competencial es que dota de sentido al aprendizaje, no solo con carácter instrumental o utilitario, sino también personal, social y transformador desde una perspectiva crítica”.
Una de las cosas más importantes que aporta el enfoque competencial es que dota de sentido al aprendizaje
"De lo que se trata, puntualiza la profesora de la Facultad de Ciencias de la Educación de la UAB, es de plantear un problema en situaciones reales y realistas cuya solución haga comprender a los alumnos qué utilidad tienen esos conocimientos determinados en el mundo. Sin embargo, la experta denuncia que esta premisa en muchas ocasiones no se está aplicando bien en las aulas, como ella misma ha comprobado en sus visitas a escuelas y centros educativos.
“A veces se plantean propuestas bajo la etiqueta de “competencias” cuando no hay ningún problema a resolver. Por ejemplo, proyectos sobre el universo en los que los alumnos tienen que buscar en internet información sobre su planeta favorito para hacer una presentación multimedia que incluya música y texto. “Esto no es competencial porque ¿qué contenidos estamos trabajando? No hay una pregunta problematizada que requiera conocimiento. Sí sería correcto, en cambio, que, a la hora de realizar el trabajo, el alumno pudiera dar respuestas a cuestiones como: ¿por qué puedo ver unas estrellas y no otras? ¿Cómo es posible realizar fotos del mundo de noche? Ese tipo de preguntas sí requieren de un dominio de conocimientos clave para responderlas”, aclara la investigadora.
A veces se plantean propuestas bajo la etiqueta de "competencias" cuando no hay ningún problema a resolver
"Además de aprender a utilizar los contenidos en contexto, “el enfoque competencial aumenta la demanda tanto cognitiva como social y afectiva de los conocimientos porque redefine qué es saber y qué es dominar un conocimiento”. Couso sostiene que hay una interpretación errónea del enfoque competencial cuando se le identifica con un aprendizaje fácil en contraposición al aprendizaje tradicional que se basaba en la memorización de contenidos. “Una cosa es lo que al final se acaba haciendo (como esos proyectos sobre el universo sin sentido) pero el aprendizaje por competencias requiere mucho más que repetir, enumerar o aplicar directamente un conocimiento. De lo que trata es de saber hacer, saber convivir, saber cuestionar, saber comunicar…”, explica la investigadora y remite a una de las primeras definiciones que circularon sobre este enfoque: capacidad de responder a demandas complejas. “Por tanto, el enfoque competencial no es más sencillo. Otra cosa es lo que en la práctica se está haciendo, pero para aplicarlo correctamente hay que ser capaces de ayudar a los alumnos a solventar una demanda compleja para lo que tendrán que combinar habilidades, prácticas, conocimientos, motivaciones y valores”.
Por otra parte, Couso aclara que el marco competencial también propone alternativas a la evaluación tradicional y en este sentido, también están surgiendo dificultades a la hora de aplicar bien este enfoque pues “es muy difícil saber si los alumnos son capaces de utilizar un conocimiento en contexto”. Esto requiere ir más allá de un examen corto con cálculos sencillos. Además, en el enfoque competencial evaluar no es solo la manera de conseguir que el alumno aprenda, sino que la evaluación es un objetivo de aprendizaje en sí mismo. “Queremos que el alumno sea capaz de autoevaluarse, que tenga metacognición y que pueda reflexionar sobre su aprendizaje”. Por ejemplo, es muy diferente plantear “define velocidad, aplica esta ecuaciónn, calcula…” que “diseña un experimento para determinar con qué velocidad media circulan los coches que van de casa a la escuela”. Aquí se comprueba como el sentido del enfoque competencia es mucho más exigente.
“Muchas veces no es que no se seleccione bien cuál es el contenido a aprender, sino que incluso, se obvia”, denuncia la misma experta y relata que en una ocasión, coincidió con una directora de un centro que le dijo: “Da igual lo que aprendan mientras lo hagan en grupo, de forma autónoma o con herramientas digitales”. “Esto no es verdad: no da igual lo que aprendan. En Ciencia hay unas ideas muy potentes y lo que se pretende es que todos los alumnos las aprendan en su escolarización básica. El objetivo del enfoque competencial es que el alumno aprenda a saber hacer en base a su conocimiento, pero en la práctica se está confundiendo con un simple “hacer” o las recurrentes “activities” “, sostiene Couso.
Para concluir, la investigadora resalta que el enfoque basado en competencias no es un modelo alternativo al enfoque basado en conocimientos (sino que es complementario) y añade que, en cualquier caso, sea cual sea el enfoque, sigue siendo importante seleccionar qué contenidos hay que aprender y a qué nivel, así cómo y de qué manera es mejor aprenderlos: “De lo que se trata es de elegir muy bien, porque la cuestión no es contenido sí o no, sino cuáles y cuándo”.
La revitalización del conocimiento
Por su parte, Claudio Vanhees, investigador de la Universidad de Ciencias Aplicadas Thomas Mor de Bélgica analizó por qué las estrategias de enseñar a los alumnos a pensar en profundidad no funcionan en la actualidad y propuso una vía más sólida para alcanzar este objetivo en el aula.
Vanhees, coautor del reciente libro Developing Curriculum for Deep Thinking. The Knowledge Revival (Springer-Nature, 2025), explicó que a lo largo de los años el papel del conocimiento en el currículo ha oscilado, como un péndulo, entre dos extremos, desde elementos de conocimiento visibles a otros prácticamente invisibles. “Revitalizado por las perspectivas democráticas y sociales contemporáneas estamos siendo testigos de un resurgimiento de la importancia del conocimiento en educación”, sostiene el experto.
En ese sentido, el conocimiento ha resurgido como un requisito previo para la mejora del aprendizaje, el desarrollo del pensamiento crítico y la resolución de problemas y para los avances en la comprensión lectora.
“Un currículo rico en conocimientos no solo constituye la vía más sólida para adquirir conocimientos y desarrollar habilidades cognitivas complejas, sino que también forma una palanca crucial para lograr oportunidades equitativas de aprendizaje para todos los alumnos”, apunta Vahees.
Según el investigador para lograr ese objetivo se requiere que el currículo incluya tres principios esenciales: dar un papel central a los conocimientos, coherencia y claridad. Vanhees ilustró como en distintos países se ha reorientado el curriculum hacia los conocimientos con la mirada puesta en alcanzar la excelencia en la calidad educativa.
- El evento Educación STEAM a debate: conocimientos y competencias se puede visualizar completo en el Canal CSIC Divulga de YouTube.