Héctor Martínez nos avanza los retos de metrodora, revolución educativa en Salud y Deporte

Héctor Martínez nos recibe en la sede de CESIF-metrodora para hablarnos de la situación actual de su grupo y de sus retos por delante. En el tercer aniversario de metrodora, hace balance de este tiempo bajo el paraguas de Magnum, y de la fase que se abre ahora bajo el tejado de Charterhouse, pero también reflexiona sobre la convivencia entre universidades públicas y privadas o sobre la dificultad para conseguir prácticas para los alumnos de FP de la rama sanitaria este curso.

El afán de metrodora es acompañar a la persona en su formación en salud y deporte desde que empieza una FP hasta que ya es un profesional en un hospital o en la industria farmacéutica, por ejemplo, y tiene que especializarse.
–Sí, metrodora tiene esa visión de la formación como un proceso que dura toda la vida, y que es, además, muy especializado. Como grupo educativo conceptualizamos todo el itinerario formativo –todas las etapas de formación de los profesionales sanitarios, sociosanitarios y deportivos– en diferentes realidades, especialidades y contextos para ofrecerles soluciones que cubran todas sus necesidades.

Esto no es fácil, ni se da de la misma manera en todas las profesiones sanitarias, pero sí que hay tres grandes etapas en la formación especializada en salud y deporte. Por una parte, está la Formación Profesional, un campo con mucho potencial en la formación de profesionales técnicos y por el que es posible empezar a prepararse.

Cada vez más alumnos inician su carrera con FP, porque es una formación de alta empleabilidad, en un corto tiempo, que les habilita profesionalmente y que en muchos casos es la puerta de entrada a la educación superior. Además, frente a las restricciones en el acceso directo a la formación universitaria, debido a la gran demanda de alumnos en relación a la oferta, hay dos opciones: la universidad privada o la FP como ruta de acceso a la formación superior.

La siguiente etapa, la de Educación Superior y el mundo universitario, es una formación central, muy relevante en nuestro grupo, porque funciona como puente y consolida al profesional. Aquí nosotros estamos haciendo una gran apuesta, con formación de grado y de posgrado.

Universidad y FP son dos realidades que conectan mucho. Así lo vemos nosotros, y en nuestros campus, en un mismo centro incluso, conviven la formación universitaria con la FP, con las especificaciones que marca la normativa, que obliga por ejemplo a tener accesos independientes. Nosotros creemos que es una vía de futuro, porque un alumno con una FP entra en un mundo de posibilidades, en el que la formación alimenta la especialización, más allá del contexto de la FP. De esta forma se conecta lo mejor de la formación práctica con una visión más rica de hasta dónde puedes llegar profesionalmente. No olvidemos que cada vez más universidades tienen FP.

Universidades privadas, se refiere.
–Sí. Aunque conceptualmente hay universidades que añaden FP como complemento con muy poca visibilidad, nosotros queremos que nuestra formación universitaria y de FP estén en pie de igualdad. Por ejemplo, vamos a lanzar un proyecto muy icónico con el Celta de Vigo, llamado Galicia Sport 360, en el que a partir de una iniciativa de un club de fútbol y de una comunidad autónoma va a representarse a la perfección el concepto de formación profesional y universitaria por el que nosotros apostamos.

Dentro de este proyecto, para generar un gran centro del mundo del deporte conectado con la salud –pues son mundos que van de la mano–, está prevista la creación de un ecosistema en el que convivan la ciudad deportiva del club, con un centro de formación de excelencia universitaria y de FP –que es el que vamos a operar desde metrodora– con otros elementos como una clínica deportiva, un colegio, residencia, hub de innovación, hotel o arena para la celebración de eventos, entre otros. Todo ello genera una comunidad que hace que la experiencia del alumno sea única.

Decía que metrodora engloba tres grandes áreas: FP, universidad y… ¿cuál es la última?
–Como decía, en el área de la Educación Superior, además de la formación universitaria de grado que impartimos en nuestros centros adscritos, también ofrecemos formación de posgrado a través de nuestras escuelas especializadas como: CESIF–metrodora, ISEP–metrodora, CIEP–metrodora o el (IEPP–metrodora). Centros con hasta 40 años de experiencia que son referentes en sus respectivas áreas y que forman a los profesionales de la psicología, farmacia, biotecnología, cosmética, alimentación, medicina estética o del bienestar. En todas estas escuelas de posgrado para profesionales es posible especializarse a través de másteres, cursos de especialista o de experto, microacreditaciones…

Por último, nuestro tercer nivel educativo es la Formación Continua, también importante para nosotros y en un rol diferente de complementariedad, con apuestas apuntando a segmentos concretos. Esta formación agrupa, a su vez, tres grandes mundos: el de los cursos de formación para actualizarse en alguna materia concreta, la formación para acceder a una especialidad –el EIR, el MIR, el FIR…– y la formación para oposiciones de acceso a empleo público –OPES.

En formación continua tenemos diferentes opciones formativas para fisioterapeutas, que tienen que actualizarse de manera permanente. Esto lo hacemos con fisiofocus–metrodora, una plataforma referente, con más de 10 años y 6.000 alumnos. También tenemos planeir–metrodora, nuestra escuela de preparación del examen de Enfermero Interno Residente (EIR), en la que hemos formado a los dos últimos números 1; y finalmente, en la preparación de exámenes, tenemos a Tropos–metrodora, para la formación de médicos especialmente orientada a la oposición para acceso al empleo público.

Estas son nuestras realidades, que cada vez vamos a intentar que conecten más y se integren progresivamente en nuestra formación universitaria. Por lo tanto, todo gira en torno a la formación universitaria.

¿Cuál es el peso a día de hoy de FP, universitaria y formación continua dentro de metrodora?
–En nuestro grupo el peso se divide aproximadamente en un 25% de FP, 60% de educación superior y 15% de formación continua.

¿Se inspiran en algún grupo nacional o internacional?
–Yo creo que lo que ha hecho metrodora –cómo se ha creado y desarrollado en tiempo y forma– es único. Hasta ahora, nunca se había construido un grupo educativo con esta dimensión y complejidad en tan corto espacio de tiempo. Son 22 centros educativos los que incorporamos en nuestros dos primeros años de vida, que hemos integrado y consolidado en el tercero. En España, claramente, no existe ni puede existir nada similar, porque, al final, metrodora es una suma de los mejores centros de formación especializada en salud y deporte que hay en España, y, por lo tanto, no puede haber otro metrodora, al menos no con los referentes de la formación en salud, bienestar y deporte.

Además, tenemos la suerte de iniciar una nueva etapa que va a permitirnos desarrollar sinergias con un grupo muy similar al nuestro en Francia, llamado Novétude. Se trata de un proyecto que nació hace cinco años, que también abarca todos los niveles educativos en el mundo sanitario y del deporte, y que tiene una dimensión parecida a la nuestra, con centros en Francia, Italia y Malta. Vamos a sumar fuerzas, Novétude y metrodora, para seguir desarrollando juntos nuestro modelo de grupo educativo especializado, en diferentes países y sistemas educativos, especialmente en Europa.

¿Y en América Latina?
–También. Nosotros ya tenemos una extensión en América, concretamente en México, con cuatro campus universitarios de Amerike donde participamos como accionistas y aportamos la experiencia que tenemos en el mundo de la salud, el deporte y la tecnología. Además, tenemos la ambición de abrir cuatro campus en 2026 y otros cuatro en 2029.

Más allá de este plan de crecimiento y expansión en México, tenemos casos, por ejemplo, el de ISEP-metrodora, en que el 70% de nuestros alumnos son hispanoamericanos. Nosotros queremos que este porcentaje cada vez sea mayor en las diferentes escuelas, ayudándolas en sus estrategias de internacionalización y con oficinas de promoción como la que tenemos en Colombia.

¿La apuesta es por la educación presencial u online?
–Somos mayoritariamente presenciales y queremos seguir siéndolo, pues entendemos que en muchos casos la formación especializada en el mundo sanitario y del deporte requiere la práctica y la interacción presencial. Nosotros queremos que nuestros alumnos conozcan y tengan la experiencia manual, práctica y de contexto. Esto como punto de partida.

Dicho esto, creemos que hay muchos elementos, etapas formativas, programas o incluso parte de programas que pueden virtualizarse. Por eso estamos desarrollando una línea virtual, que hoy en día puede pesar un 20% o 25%, no más, y que utilizaremos siempre y cuando cumpla con los estándares de calidad, de exigencia y de excelencia que estamos pidiendo en todos nuestros programas y centros.

¿Y la IA?
–Todo el mundo de la IA, la realidad aumentada y los simuladores tienen mucho recorrido. Por ejemplo, en la formación en ecografía estamos empleando simuladores, que también se usan en la formación de los médicos en los sistemas de las comunidades autónomas. Esto, llevado a la FP o la formación universitaria, es maravilloso. No vamos a renunciar a nada que nos permita marcar la diferencia en la formación técnica y humana de nuestros alumnos.

Entendemos que estamos en un momento prospectivo, entendiendo cómo aplicarlo, con prudencia y siendo muy realistas. Con la tecnología no hay que anticiparse ni llegar tarde, siempre hay una curva de aprendizaje, de maduración. Nosotros estamos teniendo jornadas de reflexión y ya hay aplicación práctica en procesos de contacto con el alumno o el candidato, relativos a la información, inscripción, matriculación… La IA facilita mucho la interacción. Permite responder 24/7 y ayudar al alumno en tiempo real.

Todo esto es transversal, para todos los sectores. En el aspecto educativo la estamos utilizando en apoyo a la creación de contenidos. Ahí el potencial es enorme, sin sustituir al experto, sino complementándolo. Algunas tareas de poco valor la IA las hace de manera mucho más eficiente. Por eso, mezclar la capacidad de la IA para la curaduría de información con el criterio y conocimiento del profesional permite obtener contenidos muy actualizados, con la máxima amplitud de información y procesados por un especialista que conoce el perfil del alumno y lo traduce a su nivel.

Con prudencia, hay que ir dando pasos. Porque, por ejemplo, en nuestro afán por traer alumnos franceses, italianos, etc. y viceversa, imagínate que puedas tener en un aula o en una plataforma a un alumno formándose y recibiendo el aprendizaje en su idioma, gracias a la IA, con la modulación del profesor, y además con toda la información complementaria que necesite.

Habla de no adelantarse, pero al apostar por salud, cuidados, bienestar y deporte, metrodora se anticipa de algún modo al reto demográfico y sanitario.
–Sí, tenemos un 44% de médicos que tienen más de 50 años, con lo que en los próximos 10 años habrá que reemplazar en torno a 80.000 que se jubilarán. Por otro lado, un médico tarda en formarse unos 12 años, de la formación pública salen 6.300 egresados cada año, y España es un país que está envejeciendo, con mayor esperanza de vida, mayor cronicidad, mayor expectativa de servicios sanitarios o sociosanitarios…

Para nosotros, que exista tal cantidad de médicos que van a jubilarse y a salir del sistema sin que haya una capacidad suficiente para reemplazarlo, es un reto de metrodora pero también es un reto país, un proyecto estratégico como país, que requiere una política de Estado. Así se lo hemos trasladado al presidente del Gobierno, entre otros.

No entendemos esa resistencia a que nazcan facultades de Medicina. Tenemos 12 solicitudes para formarse como médico por cada plaza disponible en la universidad pública y cuatro por cada plaza de enfermero. Es necesario hacer un redimensionamiento. Desde metrodora queremos apoyar y reforzar la formación de los mejores profesionales para cubrir el reto que tenemos como país.

Y esto tiene que llevar asociada una propuesta de calidad de empleo para retener a estos profesionales tan difíciles de formar. Un médico cuesta una cantidad ingente de dinero del presupuesto público, muchos años, y si se te va después de haber invertido en el MIR, que es el mejor sistema de especialización del mundo, es un desastre… Pero si cobra poco, trabaja mucho y la perspectiva es la precariedad laboral… Ese es el reto.

¿Hay muchas trabas administrativas a la hora de afrontarlo? No sé cómo les está afectando el convenio de la Consejería de Educación con el SERMAS para que los alumnos que vayan a hacer prácticas a hospitales públicos procedan, a su vez, de centros de FP públicos.
–Ese es un tema clave en el que abogo por superar determinados prejuicios ideológicos en relación a lo privado y lo público. Cada uno tiene su rol y pueden convivir de forma natural. Hay que entender el valor que aporta a la sociedad el desarrollo de proyectos formativos, como metrodora, por varios motivos: ampliamos las oportunidades para el estudiante; generamos talento, lo que enriquece al país; atraemos talento internacional que viene a formarse con nosotros –hay un estudio reciente del ICEX del impacto que tiene el estudiante internacional que viene a estudiar a España–; y además favorecemos que nuestras ciudades de referencia se posicionen como hubs educativos internacionales, en competencia con París o Londres, donde, por ejemplo, el número de universidades públicas o privadas es cinco o 10 veces superior al de Madrid. Todo ello, sin detraer recursos de los presupuestos públicos.

Creo que hay pocos elementos objetivos para no fomentar la formación privada y máxime en el mundo sanitario. Pero eso no está pasando en las comunidades autónomas. Nosotros tenemos proyectos para desarrollar centros universitarios en España, en distintas geografías, y vemos que hay limitaciones, obstáculos y resistencias, sobre todo por el ruido mediático que se genera y no porque haya una razón objetiva de fondo.

Vimos una manifestación en Madrid hace poco sobre las universidades privadas, y hablaban de privatización de la educación. No hay ninguna privatización. Los centros privados no cogen un recurso público y lo privatizan. Es una formación que nace privada, con recursos privados, que asume un riesgo y que complementa el sistema formativo público. Las universidades públicas, que financiamos con los impuestos, tendrían que competir en dar una formación de excelencia que las llevara a los mejores rankings internacionales, como el de Shanghai, etc., cosa que no está pasando.

Este curso estará resultando complicado conseguir prácticas para el alumnado de FP, que, además, tiene que hacerlas desde el primer curso.
–La voluntad política está bien, pero tiene que partir de un contexto real. El alcance de un modelo dual en la formación profesional tiene que tener una gradualidad. En este momento la dualidad en FP sanitaria es del 1%. Ese es el punto de partida.

El sistema sanitario público tiene el mandato de solo recibir a alumnos de la FP pública, que son el 65%, lo que quiere decir que les queda un 35% de capacidad sin cubrir. No sé si hay una razón para esto, más allá de “lo público con lo público”, pero es necesario compatibilizar al alumno de lo público y de lo privado.

Con la FP Dual hay que incrementar el número de horas y anticipar las prácticas, que antes eran en segundo. En el caso de la formación sanitaria, tres meses de formación no son suficientes para que el alumno pueda incursionar en el entorno práctico de un hospital, porque no está preparado. En este caso es un elemento no natural.

Además, el sistema cada vez es más complejo. Por ejemplo, antes podías desplazar a un alumno a otras comunidades para hacer las prácticas, pero esto cada vez es más restrictivo. Es decir, yo me formo en Santander y puedo hacer las prácticas en Santander o de Erasmus en Europa; sin embargo, no puedo realizarlas en Asturias ni en ninguna otra comunidad autónoma.

En FP no todo vale, tiene que regularse en función del mercado. Hay que supervisar y mejorar la Inspección para que con las prácticas no se traslade el problema al alumno, como ha sucedido en la formación pública.

Ustedes han tenido que reducir el número de alumnos este curso.
–metrodora FP tiene una altísima demanda de alumnos de radioterapia, de imagen para el diagnóstico y laboratorio, y hemos tenido que autolimitarnos para garantizar que todos nuestros alumnos sigan recibiendo las mejores prácticas. También sabemos que hay grupos que no hacen esto y que luego trasladan el problema al alumno.

Recuerdo que hace un año los alumnos de la pública se manifestaban porque decían que los centros privados pagaban a los hospitales para que cogieran a sus alumnos para las prácticas. Y a raíz de eso se firmó el citado convenio con el SERMAS.
–Nosotros hemos trabajado siempre de la mano de los mejores centros públicos y privados, porque formamos a nuestros alumnos para cubrir las necesidades reales y actuales de estos centros. Históricamente hemos tenido convenios con los mejores hospitales y centros públicos y privados, donde nuestros alumnos han sido siempre muy valorados. Sin embargo, ahora los centros públicos no pueden recibir alumnos de centros privados. El sistema puede tener buena intención, pero no es realista. Habría que respetar la ley de oferta y demanda para garantizar que ponemos a disposición de la sociedad y de los enfermos a los profesionales mejor formados.

¿Cómo está actualmente la oferta pública-concertada-privada en FP?
–La pública sigue teniendo un porcentaje importante. Si no recuerdo mal, está cerca del 60%, aproximadamente. Después están las concertadas, que también tienen un peso importante; y donde está produciéndose el mayor crecimiento es en la privada, especialmente en la privada online.

Sin embargo, yo creo que la privada online va a tener cada vez más barreras de crecimiento. Hasta ahora su expansión se ha visto favorecida por las diferencias regulatorias entre comunidades autónomas, que han propiciado cosas como que determinados centros no hayan tenido un número limitado de plazas o que hubiera comunidades que podían arrancar las clases en septiembre y febrero, mientras que el resto solo podían hacerlo en septiembre…  Estas variables han permitido un crecimiento rápido a los operadores de las comunidades menos restrictivas. No obstante, ya hay voluntad política de armonizar la normativa en España, con lo que estos fenómenos de alta escalabilidad creo que no van a darse de la misma manera.

metrodora cumple tres años, y justo cambia de manos, de Magnum a CharterHouse. Parece un buen momento para extraer conclusiones.
–Ha sido una etapa maravillosa. Magnum ha hecho una labor extraordinaria al entender y acompañarnos en la selección de los centros y hacer posible todas estas integraciones con la financiación suficiente y con todo el know-how de lo que suponen estas operaciones. Esto es un proyecto educativo y quienes lo llevamos venimos del mundo educativo, pero el complemento financiero es lo que nos permite hacer realidad este sueño.

Hemos cubierto etapa, hemos conseguido este hito de 22 centros, 21.000 alumnos, 600 empleados en tres años; y ahora metrodora entra en un nuevo ciclo de expansión, de la mano de CharterHouse, que incorpora la posibilidad de generar un grupo educativo paneuropeo, sumando nuestras fuerzas a las del grupo Novétude, donde no fusionamos sino incorporamos el know how y la experiencia de ambos, con la visión que cada uno tenemos de nuestro mercado. Vamos a trabajar juntos, ambicionando el desembarco en otros países, bien de manera orgánica o a través de adquisiciones.

El cambio de socio de referencia viene en el mejor momento para impulsar la senda de crecimiento de metrodora, y además darle el componente internacional que eleva nuestra visión, para pensar en un ámbito que hasta ahora veíamos que no estábamos preparados para abarcar, pero ahora sí. Este mercado global paneuropeo está lleno de posibilidades: Italia, Francia… y nosotros podemos ser esa plataforma para vehiculizar toda la demanda no cubierta a través de nuestro grupo.

¿Cuáles son sus retos?
–Queremos consolidar nuestra posición en FP, a través de metrodora FP, que apuesta por la máxima calidad profesional y humana. No es un crecimiento de volumen y de escalado, sino un crecimiento eficiente, sostenible y de excelencia. Creceremos en la medida que tengamos las mejores prácticas y los centros más avanzados; y aportemos más valor al alumno, al tejido productivo, al paciente y a la sociedad.

También vamos a hacer una gran apuesta de crecimiento y expansión en la Educación Superior. Igual que hacemos el proyecto del Celta de Vigo, tenemos la ambición de poner en marcha al menos cinco centros universitarios en España, siguiendo el modelo de especialización Salud y Deporte como centros adscritos. Y esto debe llevarnos en estos cinco años a duplicar el tamaño. El Celta de Vigo es un socio estratégico e intentaremos, en la medida de lo posible, que todos los proyectos donde desembarquemos tengan esa entidad colaboradora que marque la diferencia y dé una singularidad al proyecto.

¿Cuándo verá la luz el proyecto Galicia Sports 360?
–Si todo va bien, con las autorizaciones del proyecto, que además es de interés autonómico, la idea es que en el 2026-27 estemos en disposición de iniciar académicamente los programas tanto de Formación Profesional, como universitaria.

¿A qué obedece el interés de los fondos de inversión por la educación? ¿Ha tocado techo?
–Yo creo que va a seguir porque España sigue siendo un polo de atracción de inversión extranjera, en particular en la educación. Si además a esto le sumamos la salud, tenemos un vector de mucha mayor atracción. La educación da al inversor rentabilidad y visibilidad por la recurrencia en los ingresos; y luego está la apuesta por España, que tiene talento y es uno de los principales destinos para estudiantes internacionales de Erasmus. En definitiva, bajo mi punto de vista seguirá habiendo inversión en educación, pero cada vez más selectiva.