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I Encuentro sobre Bienestar: abriendo espacios para construir la felicidad

El I Encuentro sobre Bienestar reúne en Madrid a profesionales de diferentes ámbitos para poner en valor la psicología positiva y la necesidad de educar en las emociones y su gestión para construir la felicidad.
Marta Peiro del ValleJueves, 20 de marzo de 2025
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Foto de familia de los ponentes participantes en el I Encuentro sobre bienestar organizado por el IEPP y Metrodora Education.

Bienestar. Felicidad. Introspección. Compartir. Psicología positiva. Emociones. Gestión. Equilibrio. Y educación: abrir espacios educativos para aprender a gestionar las emociones y lograr un mayor bienestar emocional (tanto niños -y no tan niños- como profesores).

Todas estas cuestiones se pusieron sobre la mesa este jueves, 20 de marzo, Día Internacional de la Felicidad, en el I Encuentro sobre Bienestar, organizado por IEPP y Metrodora Education. El título de la jornada, La felicidad se multiplica cuando se comparte, era toda una declaración de intenciones, cuya apuesta dobló Mara Jiménez, quien condujo el evento derrochando carisma, y cuya energía desbordante le hizo ganarse la complicidad del público desde el primer momento.

“La felicidad es bienestar. La felicidad comienza en una misma, pero se multiplica cuando se comparte, cuando nos nutrimos unos de otros”, aseguró la creadora de contenido, que no dudó al afirmar que “cuando se comparte, la felicidad se expande, y tiende al infinito”.

Psicología positiva para seres llenos de matices

La primera edición de este encuentro, del que muchos esperan ya noticias para los años venideros, comenzó con un repaso por la Historia de la psicología positiva. Este estuvo a cargo de Dafne Cataluña, fundadora del IEPP.

En dicho repaso, Cataluña destacó los trabajos de grandes autores, como Martin Seligman, Paul Wong o Marie Wissing, a la hora de investigar “las cosas que nos hacen felices y lo que sí funciona en las personas” y la promoción del bienestar y la felicidad. “La palabra felicidad es fundamental, pero nos hemos dado cuenta de que es muy difícil de medir, porque es un concepto muy subjetivo. Hay tantas definiciones de felicidad como personas en el mundo”, apuntó.

En su intervención, Cataluña destacó la importancia de analizar el malestar psicológico, y de tener en cuenta que “el ser humano es mucho más complejo de lo que nos podríamos imaginar, y entenderlo implica muchas variables”, como el entorno. En esta línea, habló de los trastornos de ansiedad, cuyo volumen ha aumentado un 10%, de las depresiones graves y de los suicidios.

La fundadora del IEPP, que se apoyó en las cifras del Reporte Mundial de la Felicidad, señaló que, mientras en 2012 España estaba en el puesto 22 de 156 países, en 2024 se encontraba en el 36 de 150. En este contexto, pidió “ser conscientes de que nos estamos evadiendo” de las situaciones y emociones desagradables, fundamentalmente a través de las pantallas.

Para romper con esta tónica, Cataluña apostó porque “se empiece a enseñar en el colegio el aprender a pensar, a tener mi propio criterio, el saber qué me va bien y no a mí”. “Pensar qué nos hace felices, que nos vamos todo el rato hacia la dopamina. Pongamos el foco en la conexión con las personas que queremos y en nuestra conducta, no nos dejemos llevar por lo que es más sencillo o tenemos más a mano”, consideró.

Método para impulsar el equilibrio en las fortalezas

Estas palabras inspiraron a muchos. Entre ellos a la conductora de la cita, que no dudó en compartir su propia experiencia con los asistentes, y emocionar con la misma. “Abrazar todo lo que soy es la única cosa por la que merece la pena luchar”, dijo, recordando una vida en la que el bullying y algunos trastornos han estado presentes. “Todos tenemos una historia, y, cuando se comparte, parece que duele un poco menos”, compartió.

Según Jiménez, “la psicología positiva ha demostrado que conseguimos mucho más cuando nos centramos en lo que somos buenos. No va de recetas ni de gurús, sino de ciencia y experiencia de método y rigor”. Así de contundente dio pie a la presentación del estudio Explorando la vitalidad como fortaleza.

El análisis, realizado por Juan Nieto, Dafne Cataluña y Borja Arribas, fue expuesto por Rocío Trillo, del IEPP, quien defendió la importancia de la psicología positiva para “estudiar el funcionamiento óptimo de las personas para ayudarlas a alcanzar nieves superiores de bienestar”.

Según este estudio, cuyo objetivo es examinar cómo el uso de la vitalidad tiene un efecto y cómo se relaciona con la ansiedad, la depresión y los afectos positivos y negativos, “un uso equilibrado de la vitalidad mejora el bienestar psicológico”. “A disfrutar de la vida con un uso equilibrado de nuestras fortalezas”, recomendó Trillo.

Buscando el sentido

Antes del descanso, Jesús Matos ilustró a los asistentes contando la historia de la especie humana haciendo breves paradas por “momentos en los que tuvimos que adaptarnos”. Así, el psicólogo viajó hasta hace 220 millones de años, cuando los primeros mamíferos demostraron un “abanico de emociones mucho más rico que el de otros seres” y un “cableado neuronal” con “toda una serie de áreas dedicadas a entender cómo nos sentimos los demás”.

Matos recordó que las emociones “tienen un componente evolutivo, una función: nos ayudan a adaptarnos”. Sin embargo, alertó de la existencia de algunas “que no son adaptativas”, que tienen que ver con el propio pensamiento. “No se crean todo lo que piensan”, sugirió. En este sentido, y en línea con las palabras de Cataluña, Matos valoró cómo “hemos aprendido a tratar nuestras emociones como si fuesen sartenes ardiendo: cuando noto incomodidad trato de soltar la emoción a toda costa”.

“La evitación emocional es como una gran presa con las compuertas cerradas: si llueve, el agua se acumula hasta que me desbordo. Si me permito sentir, tolerar el malestar, si abro mis compuertas, aunque llueva y el rio suba es mas difícil que nos desbordemos. Abran sus compuertas”, invitó a los asistentes.

Matos hizo una parada en la colonización de la Tierra y las relaciones entre primates. “Sin vínculos, nos morimos”, declaró. En este sentido, habló de la soledad no deseada y los problemas de salud mental. “La soledad es estresante, ataca al sistema inmune, provoca más muertes por enfermedad cardiovascular y cáncer”, dijo. Y concretó que uno de cada cinco españoles siente soledad no deseada a menudo, siendo el grupo de jóvenes entre 16 y 24 años los que más solos se sienten.

Matos concluyó su intervención poniendo el foco en la necesidad de encontrar un sentido para vivir. “Aquellos que no tienen un por qué, que no han encontrado un sentido a su vida, se dejan morir. Los que sobreviven son aquellos que tienen unas direcciones de vida que les permiten seguir afrontando la dificultad”, destacó. “La vida es complicada, pero si yo encuentro ese quién soy yo, ese propósito vital, va a ser mas fácil que en esos momentos difíciles ese porqué me ayude a trascender esas emociones”, insistió.

Antes de concluir su intervención, dejó un mensaje sobre el que reflexionar: “Si le damos la espalda a nuestras emociones, y no entendemos que no son buenas ni malas sino que dependen del contexto, que muchas veces los pensamientos nos juegan malas pasadas, y que la mejor manera de regular esas emociones es permitirnos sentirlas, vamos a tener niveles de bienestar más bajos”.

Construir el bienestar… desde las aulas

Tras dos talleres en los que los asistentes pudieron practicar el mindfulness y analizar sus fortalezas, llegó la mesa redonda que ponía el broche de oro al encuentro. En ella, bajo el título Felicidad y bienestar en un mundo acelerado: desafíos y soluciones, se debatió sobre los retos y estrategias para alcanzar el bienestar desde ámbitos como la psicología, la nutrición, la educación y las organizaciones.

Myriam Arenillas, psicóloga clínica especializada en terapia de pareja de IEPP, subrayó la «responsabilidad que tenemos cada uno para hacernos sentir bien”. “Ponemos el foco en el otro, en el hacer, en los logros, que son recompensas a corto plazo, porque si lo ponemos en nosotros y vemos que podemos responsabilizarnos de las cosas que nos ocurren o relacionarnos de una manera diferente con ellas…. Ese es el reto: mírate, qué puedes hacer tú”, señaló. En sus intervenciones, optó por considerar el bienestar emocional “como un proceso, y no como un fin”.

Por su parte, como representante educativa, Paloma Jover se centró en la importancia de “abrir un espacio” en los centros “para la educación para el bienestar, para la inteligencia emocional y temas que no tienen que ver con memorizar contenidos”, y recomendó a los adultos “mirar a los niños, escuchar, porque muchas veces les hablamos desde un punto que no conecta con ellos y solo desde ahí podemos llegarles”.

La docente y consultora especializada en literatura infantil y juvenil consideró que los más jóvenes identifican el bienestar “con el físico: renunciar a ser yo para encajar con el resto”. Por ello, dijo, “es muy importante poner la mirada en los docentes para cuidar a los niños”. En este sentido, alertó de que uno de cada tres profesores tiene ansiedad o depresión, en parte por la falta de tiempo, “uno de los mayores dolores de los profesores”. Por esto, aseguró, “lo que hacen es cumplir con el libro de texto, con los currículos escolares, y no les da tiempo a escuchar, mirar y construir”.

Tras una jornada llena de ideas, ilusión y ganas de celebrar desde un punto de vista positivo y esperanzador el Día Internacional de la Felicidad, Darío Assante, director general del IEPP, lanzó un último mensaje: “la felicidad se construye, son hábitos que tenemos que practicar en nuestro día a día”.

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