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Antonio Huertas: “Con las fundaciones empresariales la rentabilidad económica es prosperidad para todos”

Las fundaciones empresariales refuerzan su papel como agentes de cambio social apostando por un impacto real.
José Mª de MoyaJueves, 24 de abril de 2025
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Mesa redonda: "Retos y oportunidades para las fundaciones empresariales" ©JOSÉ Mª DE MOYA

“Una fundación empresarial no es solo una entidad filantrópica. Es una forma de compromiso estructural, duradero y transformador con la sociedad”. Así abrió Antonio Huertas, presidente de Fundación MAPFRE, el Simposio Europeo de Fundaciones Empresariales, que reunió en Madrid a más de 150 representantes del sector, instituciones europeas, académicos y responsables políticos para celebrar el 50º aniversario de la fundación.

A su lado en el acto inaugural, la ministra de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones, Elma Saiz, reivindicó el papel de las fundaciones como motor de transformación social. “Las fundaciones empresariales son una palanca para avanzar en inclusión social”, afirmó, antes de señalar con énfasis: “La inclusión no es un concepto abstracto, es una forma concreta de transformar vidas”.

Huertas remarcó la doble función de las fundaciones con alma empresarial: generar riqueza y redistribuirla desde una base ética. “La rentabilidad económica se transforma también en una más y mejor prosperidad para todos”, dijo. Citó como ejemplo que casi la mitad de los empleados de MAPFRE en España son accionistas voluntarios: “Eso es pertenencia. Eso es propósito compartido”.

Hacia una colaboración estructural

Durante su intervención, Elma Saiz anunció la puesta en marcha de un Fondo de Impacto Social con 400 millones de euros, destinado a apoyar proyectos impulsados por fundaciones, empresas sociales y entidades del tercer sector. “Las fundaciones tienen aquí una oportunidad de innovar y colaborar”, aseguró.

También destacó el papel del Ingreso Mínimo Vital como política estructural de inclusión: “Ha llegado a tres millones de personas, casi la mitad menores de edad. Las fundaciones pueden ayudarnos a mejorar su aplicación y seguimiento”.

Huertas cerró la jornada con una declaración que resonó en el auditorio: “Las fundaciones empresariales también hacen Europa. Nuestro compromiso con los valores europeos —libertad, igualdad y solidaridad— es firme”.

Fundaciones europeas: la aportación estructural

Uno de los debates más densos y reveladores fue el desarrollado en la mesa redonda titulada “El valor que aportan las fundaciones empresariales”, moderada por Hanna Surmatz, responsable de políticas de Philea y coordinadora de la red europea de fundaciones empresariales. En este espacio intervinieron figuras clave del pensamiento y la práctica fundacional en Europa.

Desde Alemania, Michael Redbrake, jurista de la Robert Bosch Stiftung y director de la German School Academy, explicó cómo en su país las fundaciones empresariales no solo son instrumentos filantrópicos, sino estructuras de gobernanza estables: “Separar claramente lo empresarial de lo fundacional ha sido clave. La empresa genera recursos, la fundación los dirige a fines de interés general”.

Desde Dinamarca, Søren Staugaard Nielsen, director de la Ramboll Foundation, compartió el modelo nórdico: “Una fundación propietaria da estabilidad a la empresa y protege su vocación social. Eso crea sostenibilidad a largo plazo”.

El representante de la King Baudouin Foundation de Bélgica, Ludwig Forrest, defendió que estas entidades “son sostenibles por definición, porque no persiguen fines lucrativos y reinvierten en la comunidad”. En su intervención, subrayó que “la gobernanza debe basarse en la misión, no en el capital”.

El español Alberto Emparanza, catedrático de Derecho Mercantil en la Universidad del País Vasco, fue el encargado de presentar los avances en el diseño de una futura ley europea para fundaciones empresariales. “El objetivo es crear un marco opcional que reconozca su especificidad, sin imponer un modelo único, pero sí ofreciendo seguridad jurídica y estímulos adecuados”, explicó.

Inteligencia artificial: tecnología con ética

La ponencia conjunta de Microsoft, a cargo de Paco Salcedo, presidente de la compañía en España, y David Hurtado, responsable de innovación, se centró en el papel de la inteligencia artificial como herramienta al servicio del tercer sector.

Salcedo planteó una reflexión inicial potente: “La inteligencia artificial puede ser una herramienta clave para la inclusión social”. Defendió una tecnología que empodere a las organizaciones sociales y permita mejorar la toma de decisiones con datos precisos y en tiempo real.

Hurtado mostró ejemplos concretos de uso de IA para gestionar solicitudes, automatizar informes de impacto o detectar oportunidades sociales mediante lenguaje natural. “Estamos convirtiendo la exploración de datos en una conversación. La IA no solo debe medir impacto: debe amplificarlo”, afirmó.

“La IA debe ayudarnos a medir y amplificar el impacto social” – David Hurtado (Microsoft)

Vocación de permanencia, impacto real

En el coloquio dedicado a “Retos y oportunidades para las fundaciones empresariales”, participaron voces muy reconocidas del sector fundacional español. Luis Prendes, director de Fundación Telefónica, destacó que su entidad ha evolucionado hacia un modelo más centrado en las personas: “Nos guía una idea clara: construir un mundo más humano conectando vidas. No basta con poner tecnología, hay que poner también humanidad”.

Elvira Vega, Directora General de Fundación MAPFRE, destacó que  “en estos 50 años, la Fundación MAPFRE ha crecido de manera significativa, movilizando no solo recursos, sino también a toda la sociedad civil para impulsar proyectos de impacto social. Hoy en día, la Fundación trabaja en 29 países y se organiza a través de cinco áreas de actividad, con un fuerte enfoque en la inclusión y el desarrollo social, especialmente en sectores más vulnerables”

Pedro León y Francia Ramos, al frente de Fundación KPMG, centró su intervención en el empleo como instrumento de inclusión. “Nuestro gran reto en España es el desempleo, especialmente en colectivos como personas con discapacidad o mujeres de entornos vulnerables. La empleabilidad transforma vidas y da sentido a lo que hacemos”.

Por su parte, Alberto Durán, vicepresidente de Fundación ONCE, aportó una cifra elocuente: “Cada año invertimos más de 140 millones de euros en proyectos de inclusión. Esa capacidad existe porque el modelo fundacional se basa en un compromiso profundo con la sociedad”.

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