“No podemos olvidar que el móvil es un ordenador muy potente”
John Vamvakitis es el director de Google for Education International, responsable de liderar equipos de ventas, desarrollar estrategias comerciales e identificar nuevas oportunidades de crecimiento. Vamvakitis visitó nuestro país para conocer, de primera mano, el trabajo que se realiza en los colegios con los materiales digitales de Edelvives y la herramienta G Suite de Google. En esta entrevista comenta los pros y contras de la implantación de la tecnología y los cambios que deben producirse en los centros.
¿Qué tipo de herramientas digitales necesitan hoy los alumnos?
—No te voy a hablar de ninguna herramienta en concreto, porque son un mero apoyo a las capacidades que necesitan los estudiantes a día de hoy. Por ejemplo, los alumnos necesitan trabajar en un entorno colaborativo y las herramientas pueden ayudar a favorecerlo. Pero prefiero no hablarte de ninguna en concreto, porque todas cambian de la noche a la mañana. Es como la tecnología, que se queda obsoleta a los dos días de empezar a utilizarla. Lo importante es dar las herramientas que favorezcan esas destrezas que necesitan los estudiantes del futuro.
Cada vez hay más herramientas personalizadas, que llevan a una enseñanza más individualizada
"¿Esas herramientas deben utilizarse de forma puntual o tiene que haber un cambio radical del aula?
—No puede ser un tsunami que llegue a las aulas ni tampoco pequeños cambios; mejor algo que esté en un territorio intermedio, porque las herramientas están en constante evolución. Lo bueno es que cada vez hay más herramientas personalizadas, y eso te permite, en un aula de 30 o 40 alumnos, ofrecer una enseñanza más individualizada para cada uno de ellos. Este, en teoría, debería ser el primer paso, que muchos ya aducen que es un cambio radical.
Creo que lo mejor que ha hecho España es atreverse a innovar en las aulas
"¿Cómo ves la Educación aquí en España? ¿Necesita avanzar más en el tema tecnológico?
—En cuanto a los profesores, siempre hay posibilidades de mejora, de estar más familiarizados con el uso de las tecnologías, pero no solo aquí en España, sino también en países como EEUU o Suecia. Incluso Japón podrías deducir que es uno de los países más avanzados desde el punto de vista tecnológico, pero también allí los profesores tienen que estar más familiarizados y cómodos con el uso de las tecnologías en el aula, lo que les permite poco a poco ganar cierta experiencia, y en ese momento compartirla con el resto de los alumnos. En cuanto a la situación en España, me ha sorprendido mucho el nivel de desarrollo tecnológico que hay en las aulas. He de decir que sobre todo estoy hablando de los centros privados, que son los que más visito, y no sé si a nivel público las escuelas estatales están tan bien equipadas desde el punto de vista tecnológico. Yo viajo muchísimo, voy a distintos países con la misión de Google, y España sale muy bien parada en este sentido. Creo que lo mejor que ha hecho es atreverse a innovar.
Lo que permite la tecnología es ir midiendo los conocimientos del alumno de forma gradual y continua
"¿Debe cambiar también la forma de evaluar?
—Igual la forma es lo que tiene que cambiar, el propio examen en sí mismo, para que sea un proceso mucho más gradual y acumulativo donde, gracias a las tecnologías, se pueda ir midiendo poco a poco el progreso del alumno, en vez de hacer un examen de repente donde se decida en un solo día quiénes son los buenos y quiénes los malos, y de ahí ya no haya punto de retorno. Eso sí, aunque el examen cambie, tiene que seguir valorando esos conocimientos y destrezas que han adquirido los alumnos. Lo que permite la tecnología es ir midiendo los conocimientos de forma gradual y continua, en vez de esperar a que acabe el trimestre y hacer un examen.
Me impresiona ver las imágenes en EEUU de los chavales dejando el móvil antes de entrar a clase
"¿Qué opina sobre la prohibición del móvil en clase?
—Es verdad que muchas escuelas a día de hoy lo intentan evitar por las distracciones que pueden suponer para el alumno. A mí incluso me impresiona ver las imágenes en EEUU de los chavales dejando el móvil antes de entrar a clase. Es verdad que supone un desafío para los profesores y para todo el equipo directivo que gestiona un centro educativo, pero no podemos olvidar que los móviles son ordenadores muy potentes. Cualquier móvil actual hace 20 años hubiera sido el ordenador más potente y más aplastante del planeta. Sin embargo, estamos prohibiendo el uso de esa herramienta a nuestros alumnos. Es curioso que por un lado queremos invertir mucho en hardware y empoderar a nuestros alumnos en el uso de las tecnologías en las aulas, y no tenemos dinero para gastarlo en ordenadores, y sin embargo todos los chavales tienen un smartphone y no les dejamos utilizarlos. Esa es la contradicción. Creo que la respuesta no pasa por prohibir, porque al fin y al cabo esas herramientas son tan poderosas que habría que moldearlas a nuestro gusto, adaptar y permitir el uso de estos dispositivos en las aulas a nuestra conveniencia.