"La idea de que el techo de cristal del sistema es la calidad de su profesorado es incompleta"

El Proyecto Atlántida nació como grupo empeñado en “la mejora de las instituciones educativas de forma continua más allá de los procesos de reforma”. Más de dos décadas después ha logrado seducir a la Fundación Cotec manteniendo su discurso a favor de la incorporación de las competencias pero con posturas cada vez más científicas.

Atlántida y Cotec pilotan la Red por el Diálogo Educativo (Rede), que pretende encarar desde la pluralidad reformas pendientes como la profesión docente o el currículo: “Se ha producido una modificación sustancial de la cultura relevante de nuestra época que nos obliga a trasladar esas transformaciones culturales al contenido escolar”, proclama Pepe Moya. Hablamos con él y con Florencio Luengo, fundadores de Atlántida, al hilo de la publicación de su libro Capacidad Profesional Docente (Anaya).

Ustedes crean el concepto de Capacidad Profesional Docente.
–(J.M.) Llegamos a él a través de la investigación hace dos años. Se vincula al concepto de capital profesional de Hargreaves y Fullan, que proponen definir nuevas estrategias de mejora de los centros educativos a partir de él.

¿Qué le añaden?
–(P.M.) La experiencia de la red Combas, que compartía soluciones de las comunidades para incorporar las competencias clave. Vimos que los centros que mejor respondían a ese reto tenían unas ciertas características: Hacían un uso efectivo de sus competencias institucionales, se tomaban en serio la elaboración de proyectos curriculares, contaban con una cultura muy colegiada –un gran grupo de profesores trabajaba en común en el diseño y elaboración de tareas– y se esforzaban por integrar las competencias desde distintos modelos de enseñanza.

¿Por qué es importante la Capacidad Profesional Docente o CPD?
–(J.M.) Porque los centros tienen unas condiciones estructurales similares, que garantizan las administraciones. Centros de una misma etapa comparten currículum, pero su índice de CPD (ICPD) es diferente, cada uno tiene un perfil. La idea de que el techo de cristal de un sistema educativo es la calidad de su profesorado es incompleta. Para nosotros, es la CPD, esto es, la relación entre las competencias profesionales individuales, las institucionales, la gestión del conocimiento y la cultura escolar.

Extremadura se ha convertido en su laboratorio.
–(J.M.). Sí, con una muestra de 85 centros dentro del programa CPDEx hemos podido comparar cómo con un mismo índice socioeconómico y cultural (ISEC) dos centros pueden tener distinta CPD. Y creemos que si esta es buena compensa un ISEC bajo.
—(F.L.). Hemos visto también cómo uno de los puntos menos valorados es cuánto aprenden los profesores unos de otros, lo que refrenda las investigaciones internacionales. Pero a la vez hay centros con una nota altísima en este ítem que pueden convertirse, por tanto, en patrones del cambio.

¿El ICPD orienta la mejora?
(J.M.). –Sí, si el nivel de desempeño en las competencias profesionales individuales es muy alto pero su ICPD es bajo significa que alguna cosa no está funcionando bien en el resto de dimensiones (cultura, gestión del conocimiento…).

¿Los incentivos serían individuales o de centro?
–(F.L.). Institucionales. Hoy hay muchas propuestas de evaluación que enfatizan la necesidad de fiscalizar qué hace el profesor, con incentivos individuales. No estamos en esa línea, ligada a la competitividad más que a la colaboración. Creemos que se debe incentivar a los centros, con medidas para apoyar el plan de mejora resultante de esa foto, tras una autoevaluación comprometida y coordinada. No se trata de hacer desaparecer la responsabilidad individual, sino de fortalecer la individual y la colectiva. Y el incentivo podrían ser 10 horas extra para un plan que ese centro ha elaborado para lidiar con el fracaso en 1º y 2º de ESO, por ejemplo.

¿Hace falta más autonomía?
—(J.M). Ampliar la autonomía una y otra vez no es ninguna garantía. Si se amplía pero no está respaldada por un ICPD suficiente los resultados en lugar de mejorar pueden empeorar.

¿Cuál ha sido su relación con la Administración en este proceso?
–(F.L.). El apoyo de la Consejería de Extremadura ha resultado fundamental. Allí coincidimos con Cotec y empezamos a trabajar juntos. Atlántida tiene una relación peculiar con las administraciones: Cuanto no lo tienen claro estamos alrededor para convencerles y si lo tienen claro nos llaman, como sucedió en Combas con Eduardo Coba desde el CNIIE.

–(J.M.). Necesitamos de la Administración. Por ejemplo, para contrastar el ICPD con el rendimiento y el ISEC de una muestra significativa de centros más allá de las que tenemos en Extremadura, Madrid o Granada. Es nuestro reto ahora.

¿Cuál es el reto de Rede?
–(F.L.). Ser una red con presencia de grupos muy diferentes hablando de temas centrales en educación y buscando un discurso común. Quizá no sea posible un gran acuerdo, pero sí consensos sobre cuestiones básicas como el modelo educativo o la docencia.
Quizá Atlántida en algún momento, por su afán de que se trabajaran las capacidades o procesos, pudo no visibilizar la importancia de los contenidos, generando desasosiegos. Se trata de buscar un noviazgo permanente en cuestiones como esta. Hoy hay demasiada gente enquistada en los contenidos y una vanguardia ligada a los procesos y las competencias que debería revisar la importancia de todo. Estamos obligados a entendernos.

• Capital profesional. Michael Fullan y Andy Hargreaves acuñan este término, en el que se inspiran Moya y Luengo, en 2014. En el libro del mismo nombre, de la editorial Morata, plantean la necesidad de potenciar la responsabilidad profesional colectiva para luchar contra el creciente debilitamiento de la profesión docente.
• CPDEx. Es el programa puesto en marcha en Extremadura con el apoyo de Atlántida y Cotec. La Consejería sigue apostando este curso por él, ya en solitario y con nuevo nombre: Centros que Aprenden Enseñando.
• El manual. ¿Puede alguien leerse el libro de Moya y Luengo, rellenar el cuestionario y ponerse manos a la obra? “Puede ser un motivador, pero es necesario que se inicie una reflexión en el conjunto de la institución para que se pueda provocar la mejora basada en la práctica”, reconoce Luengo.