El 64,7% de los docentes de ESO quiere más capacitación en TIC

El futuro será digital y los docentes no se sienten seguros ante este reto. Así se desprende del último informe de la OCDE, Crecer en un mundo digital. Los profesores de Secundaria españoles que echan en falta más capacitación para afrontar este desafío suponen el 61,7% frente al 58,3% de media de la OCDE y lejos del 32,6% de los docentes del Reino Unido.

En comparación con otros profesionales de España altamente cualificados también los docentes muestran mayor preocupación. La OCDE la explica porque «la evidencia sugiere que es menos probable que comparados con otros trabajadores con Educación terciaria posean un alto nivel de competencias en resolución de problemas en entornos ricos en tecnología», si bien de este aspecto concreto no hay datos para España.

En lo que no hay diferencia es en el uso de herramientas digitales en el trabajo. Que las tecnologías están incorporadas a las aulas españolas lo corroboran los alumnos, pues cerca del 90% reconoce tener a su disposición en clase un portátil o tableta, aunque el porcentaje de los que realmente los usan es inferior, un 60%.

Montserrat Gomendio es directora del Centro de Competencias de la OCDE. Reconoce que hace tiempo que este organismo ha dejado de fijarse solo en el equipamiento tecnológico de las aulas: «En la mayor parte de los países el acceso a internet ya no supone un límite. La brecha está en la utilización». Gomendio ahonda en la idea de que la tecnología, por sí sola, no mejora el rendimiento de los alumnos: «Si no funciona el trinomio tecnología+formación del profesorado sobre cómo usar esa tecnología para mejorar el aprendizaje del alumnado+alumnos con competencia digital y en resolución de problemas la empeora».

Tampoco importa solo la competencia digital a la hora de hacer un uso complejo y diversificado de internet, como hace un 55% de la población en España, en línea con Portugal y muy lejos de las naciones que lideran el ranking: Noruega, los Países Bajos, Suecia, Luxemburgo y Finlandia rondan el 80%. «La capacidad de resolver problemas complejos, de pensamiento crítico o de trabajo en equipo son muy importantes», subraya Gomendio. «Un alumno con un alto nivel de rendimiento en PISA es capaz de encontrar las fuentes adecuadas, sabe cuánto tiempo detenerse en cada una de ellas y, por tanto, finaliza la tarea en el tiempo estipulado. Si su rendimiento es bajo no sabe dónde buscar, pasa demasiado tiempo en fuentes no fiables y, en definitiva, no es eficaz al resolver un problema en un entorno digital», expone.

Para Gomendio, es clave para España fijarse en las necesidades de entrenamiento que los profesores relatan, pero considera que hay otro reto aún mayor. De todas las cifras que recoge el informe, que se inserta en la campaña The future of the work, le preocupa especialmente el pobre nivel de competencias de la población adulta, de 16 a 65 años.

Si según la OCDE en un futuro próximo el 14% de los trabajos serán automatizados y el 32% cambiarán significativamente, esto se da de bruces con el 34,6% de adultos en nuestro país con bajas competencias cognitivas y digitales, frente al 17,1% de media de la OCDE. Son personas de 16 a 65 años con dificultades en comprensión lectora, matemáticas y resolución de problemas complejos en entornos digitales. Sobre todo en esta última, remarca Gomendio.

Para ella, debe hacerse un mayor esfuerzo para adaptar la formación de los adultos a las necesidades del mercado laboral presente y futuro. España, de hecho, supera a la OCDE en trabajadores que han participado en un curso en los últimos 12 meses: 47,7% frente a 42%, pero estos no les están capacitando para poder cambiar de empleo o asumir tareas más creativas en su mismo puesto cuando la digitalización así lo impone.

La OCDE considera que un nivel 3 en PIAAC, el PISA para adultos, es lo que convierte a una persona en «funcional» en una economía digital, «pero habrá una evolución pareja a la penetración de la digitalización. En la mayor parte de las competencias los ordenadores y la inteligencia artificial llegan hoy a un nivel 3. En un horizonte no muy lejano habrá que estar por encima para poder realizar las tareas no automatizadas. Lo que era suficiente hace 10 años no es suficiente hoy ni lo de hoy lo será en cinco años», pronostica Gomendio.

Para ella se trata de «lo ambiciosa que es España, pues no se pueden plantear metas elevadas en el modelo económico y social sin población preparada a nivel competencial, sin emprender a tiempo políticas para entrenar a los jóvenes para su incorporación al mercado laboral y a los adultos para su adaptación».

El profesor de Tecnología Educativa de la Universitat Jaume I de Castellón Jordi Adell se muestra, por su parte, muy crítico con este discurso «reduccionista» que contempla la Educación sólo como «capacitación técnica para el puesto de trabajo». «El relato sobre los robots asumiendo gran parte del trabajo humano no solo es recurrente sino que está diseñado para dirigir la Educación del mundo en la dirección que interesa al capital. No dudo que muchos puestos de trabajo serán asumidos por robots sino que no haya otra cosa que hacer que asumir acríticamente el futuro que nos vaticina la OCDE». Para compensarlo propone otro documento, también de la OCDE, sobre el futuro de la Educación y cómo esta debe hacer, entre otros, que los niños y niñas coloquen la colaboración por encima de la división y la sostenibilidad por encima de la ganancia a corto plazo.