Actitud y compromiso
Hoy comienza una nueva etapa de mi colaboración con el periódico MAGISTERIO tras año y medio publicando reportajes y entrevistas en sus páginas y webs. Mi agradecimiento a todos los compañeros del equipo de redacción por su trabajo y ayuda hasta llegar aquí, y mi gratitud a los lectores que nos seguís. Como sabéis este es el medio educativo más antiguo de España, fundado en 1866. Lo conocí durante mi etapa de estudiante universitario y siempre tuve la ilusión de ser parte de esta casa. En esta columna digital que inauguramos a partir de esta semana quiero brindaros mis reflexiones a partir de las experiencias que tengo como profesor universitario desde una perspectiva humana y universal. Mis dos vocaciones, el periodismo y la docencia, que se dieron la mano allá por el curso 1996-97, cuando el Dr. Bienvenido Gazapo me dio la oportunidad de dar clases a mis propios compañeros a raíz de un trabajo de investigación sobre la Edad de Plata de la Cultura Española.
Y hoy quiero ofreceros una meditación sobre los comportamientos variados de los estudiantes que encaran el Trabajo Fin de Grado. Ya a finales del curso pasado, junto a dos profesoras de la URJC y de la UCM, formé parte de los Tribunales de TFG. Y en el pasado mes de julio dos alumnas contactaban conmigo comentándome la posibilidad de dirigirles sus trabajos de fin de carrera. La disposición, la capacidad de trabajo y la comunicación cercana de ambas está siendo fundamental para que cada una a su ritmo y según sus circunstancias vayan llevando a buen puerto sus respectivos proyectos.
La disposición, la capacidad de trabajo y la comunicación cercana está siendo fundamental para llevar a buen puerto sus respectivos proyectos
Es una pena que una de ellas, Diana Tovar, que está haciendo un serio trabajo de investigación sobre la publicidad en la industria alimentaria, por escasas décimas no haya podido optar a recibir una beca para este proyecto del Ministerio de Educación. Una vez más, personas competentes, responsables y trabajadoras se quedan en nuestro país al margen de una ayuda por una cuestión cuantitativa. Cuando todas las circunstancias decisivas de la vida, como mostró Julián Marías, son cualitativas.
En España sigue habiendo una jerarquía numérica a la hora del acceso a la universidad o a cuestiones como la que os estoy narrando, cuando en realidad lo que ha de primar es la vocación y capacidad de trabajo de la persona. Y en la concesión de una beca o no, además del expediente académico, el interés, la ilusión, el compromiso y la trayectoria que ese ser humano venga demostrando durante su Grado, Máster o Doctorado.
La experiencia ajena y propia nos permite ir a lo largo de la vida distinguiendo “los ecos de las voces”, como nos enseñó Antonio Machado. Y es que también durante estos días otros estudiantes me han escrito para que les dirigiera sus TFG. Tras comunicarles con respeto, compromiso y seriedad mi disponibilidad para ayudarles en esa tarea, no he vuelto a saber nada de ellos. Como comprenderéis, este no es el mejor camino ni la actitud ni el proceder que puede llevar a buen puerto cualquier proyecto. La comunicación bidireccional, el cumplir con unos protocolos, la constancia y la coherencia para hacer frente a los retos que cada uno se marca y en el que se implica a terceras personas, son decisivos no solo para culminar de forma notable un TFG sino para cualquier cuestión humana.