Los idiomas abrazan la transformación digital
La tecnología es un apoyo pedagógico que contribuye a proveer material práctico de aprendizaje, a la enseñanza personalizada, dota de feedback sobre los progresos del alumno e introduce elementos de motivación en el aprendizaje. Entre los grandes focos de desarrollo tecnológico aplicados a la enseñanza de idiomas podemos mencionar el uso del big data, la disponibilidad global 24/7 y la universalización del acceso a recursos gratuitos de aprendizaje.
Sara Cantelar, responsable de Marketing Digital de Cambridge Assessment English en España y Portugal, explica que “el big data aporta la capacidad de recoger grandes cantidades de datos y tiene aplicaciones muy significativas en aspectos de la enseñanza como la evaluación”. Y pone como ejemplo el test multinivel de inglés Linguaskill, que “permite utilizar numerosas muestras de textos escritos y orales y ajustarlas al comportamiento de cada candidato para definir su nivel exacto de inglés”.
El big data ayuda a la creación y manejo de corpus lingüísticos muy completos y continuamente actualizados. Además, la digitalización también se está utilizando para incrementar la seguridad en los certificados, gracias a tecnologías como el blockchain, de cara a evitar falsificaciones. La tecnología digital registra en tiempo real el proceso de aprendizaje y mide el rendimiento y el aprendizaje tanto dentro como fuera del aula. Aquí es donde la tecnología realmente marca la diferencia y puede ser transformadora.
Uno de los grandes problemas a la hora de aprender idiomas, sobre todo en adultos, es la dificultad de sacar tiempo para el estudio y la práctica de la lengua. Por ello, el acceso global 24 horas durante siete días que aporta la tecnología permite un aprendizaje totalmente adaptado a las posibilidades del estudiante. “Éste puede diseñar su plan de refuerzo de estudio sin límites en función de sus horarios y desde cualquier lugar en que se encuentre”, indica Cantelar.
Por otra parte, internet es un verdadero hervidero de recursos gratuitos de aprendizaje del inglés que permiten la práctica de las habilidades lingüísticas y una interacción real con otros estudiantes o hablantes a través de las redes sociales. Este hecho puede convertir la comunicación en inglés en una posibilidad universal si se utilizan con la suficiente metodología y si se sabe escoger los recursos que ofrecen calidad de aprendizaje. En este sentido, Cantelar advierte de que “es importante tener claro que la fuente de la que emanan tiene una trayectoria seria y científica en lo referente al aprendizaje de idiomas”.
La evaluación ya no se limita a los entornos de pruebas formales. Las actividades basadas en tareas dentro y fuera del aula pueden proporcionar una valiosa retroalimentación sobre el desempeño a los alumnos, ayudándoles a planificar su itinerario de aprendizaje. Además, las posibilidades que permite la Inteligencia Artificial (IA) aplicada a los contextos de evaluación son, ya a día de hoy, extraordinarias.
Como explica Roisin Vaughan, gerente de Estrategia de Educación Superior y de Adultos Cambridge Assessment English (Universidad de Cambridge) –aquí puedes consultar la entrevista que le realizamos–, “al proporcionar comentarios de rendimiento individualizados, las pruebas soportadas por la IA pueden mantener la motivación al ayudar a los alumnos a identificar sus fortalezas y áreas de mejora, a la vez que reducen la carga que pesa sobre los maestros”.
La IA también está conduciendo a una mayor eficiencia y ahorro de costes asociados a las pruebas a gran escala, ya que ayuda a reducir su coste de generación y corrección. Por último, la tutoría on line es otra tendencia creciente, especialmente en países como China, donde hay escasez de profesores de idiomas formados.
En cuanto al nuevo rol del profesor, Vaughan cree que el reto es comprender cómo la tecnología influye en el aprendizaje, de modo que podamos utilizarla de la mejor manera posible para un aprendizaje eficaz y ayudar a aliviar la carga administrativa que pesa sobre los profesores