El cambio climático, ¿una nueva asignatura?
La escuela tiene el desafío de convertirse en motor de cambio hacia un modelo más respetuoso con el medio ambiente.
La ministra de Educación, Isabel Celaá, anunció el pasado mes de diciembre que baraja incluir una asignatura sobre la lucha contra la crisis climática en los centros educativos españoles. La noticia llegaba en plena Cumbre del Clima (COP25) celebrada en Madrid del 2 al 13 de diciembre, dentro de un debate entre estudiantes y cinco ministros de distintos países organizado por Unicef. Y sigue la estela del Gobierno italiano, que hace unos meses comunicaba que el próximo curso todos los niveles educativos de la enseñanza obligatoria contarán con esta nueva disciplina.
Con la Cumbre del Clima, son muchas las cuestiones y retos que se han debatido a nivel político para revertir la situación de emergencia medioambiental del planeta. Pero la COP25 también ha propiciado la confluencia de diferentes agentes sociales y expertos de distintos ámbitos para trabajar en un gran foro global en el que uno de los puntos en común ha sido la importancia de la Educación. La Educación de la ciudadanía para cambiar desde este mismo instante hábitos de consumo que nos están conduciendo al desastre.
Pero también a los hombres y mujeres del futuro, los jóvenes, para que no perpetúen modos de vida que nos están llevando, según los científicos, a un punto sin retorno. En esa Educación, la familia y la propia sociedad tienen un peso vital. Pero la escuela tiene también el desafío de convertirse en motor de cambio hacia un modelo más respetuoso con el medio ambiente.
Los datos señalan que esta preocupación ya está en los centros en todos los niveles
Los datos señalan que esta preocupación ya está en los centros en todos los niveles donde muchos alumnos y profesores están llevando a cabo acciones de concienciación y de cambio de hábitos de consumo. Así lo reflejaba un estudio elaborado por Ecoembes con la colaboración de MAGISTERIO a partir de una encuesta a 349 docentes españoles.
La primera conclusión de este informe es el enorme interés que muestran los profesores por estos contenidos, cuya importancia sitúan por encima de los relacionados con el emprendimiento, las artes y expresiones culturales, y al mismo nivel que la digitalización y la ciencia y la tecnología.
No es casualidad que, fruto del movimiento mundial por la crisis climática –cuyo rostro más visible es el de Greta Thunberg–, hayan surgido colectivos ligados al mundo educativo como Fridays for Future Spain o Teachers for Future Spain.
¿Qué papel tienen los colegios e institutos españoles en todo esto? ¿Deben replantearse el sistema educativo español los contenidos educativos para acercarse a esta nueva realidad? ¿Podría hablarse de una asignatura de cambio climático en España similar a la italiana? ¿Qué aprenden actualmente los escolares sobre cambio climático en las aulas de nuestro país? ¿Es suficiente? Sobre todas estas cuestiones hablan diferentes colectivos e instituciones consultadas.
“Personalmente creo que es una equivocación plantear crear una nueva asignatura cada vez que hay una preocupación social o un tema conflictivo; me parece que son anuncios muy impactantes para protagonizar un titular en la prensa, pero si se quiere un cambio real, tiene que ser mucho más profundo que todo eso”, señala Raimundo de los Reyes-García, presidente de Fedadi, quien asegura no obstante que sí existe una inquietud real en los centros educativos sobre esta realidad y que ya se está trabajando de forma transversal por iniciativa de los propios docentes y alumnos, porque las aulas son permeables a las preocupaciones que hay en el exterior de los muros del colegio.
“Lo que habría que hacer es actualizar y revisar los currículos de las materias, porque la cuestión del cambio climático y del medio ambiente se abarca en diferentes niveles por parte de distintas asignaturas en la enseñanza obligatoria, pero es posible que esos contenidos se hayan quedado obsoletos; es un problema muy generalizado que está ocurriendo con distintas asignaturas”, añade De los Reyes-García.
En este sentido, asegura, tiene que existir una voluntad política a nivel estatal o autonómico para estudiar si es un tema lo suficientemente importante como para que lo que se revise es qué tratamiento y qué enfoque se le da en los currículos actuales y si procede actualizar los currículos.
En medio de este debate sobre una asignatura específica sobre cambio climático, se encuentra Italia, que se ha convertido en el primer país en incorporar una asignatura sobre el cambio climático. Esta nueva materia se impartirá una hora a la semana (33 horas en total cada curso) y tendrá como objetivo concienciar a los alumnos de todas las etapas educativas sobre la situación actual, según explicó el ministro de Educación italiano, Lorenzo Fioramonti, quien además señaló que el mensaje de sostenibilidad será transversal a todas las asignaturas.
La disciplina pretende incorporar la agenda climática de la ONU en todo el plan de estudios y que en un principio se impartirá como parte de Educación para la Ciudadanía, que también será obligatoria desde el próximo curso. La noticia de esta nueva asignatura llegaba poco antes de que el Parlamento Europeo aprobara la declaración de la emergencia climática, convirtiéndose en el primer continente en reconocer la situación.
El cuidado del entorno se trabaja en todos los cursos
Si se revisa el currículum educativo de Primaria y de Secundaria, el cuidado del medio ambiente y el cambio climático son aspectos que, según ha podido comprobar MAGISTERIO, se trabajan en prácticamente todos los cursos y a lo largo de varias asignaturas.
Tomando como ejemplo el currículum andaluz (cada región puede mostrar algunas modificaciones), en el caso de Primaria, esta temática no solo está en Ciencias Sociales y Ciencias Naturales, sino que se imparten en otras menos “afines” como la primera y segunda Lengua Extranjera o Educación Física.
En el caso de Secundaria, se habla de las consecuencias de la huella humana en la naturaleza en diferentes asignaturas troncales, como Biología y Geología de 4º de la ESO, donde aparece un tema específico de Ecología y medio ambiente. Pero también se dan estos contenidos en Economía o en Tecnología, además de en otras materias como Cultura Científica.
“Queremos que estos contenidos, que efectivamente sí se están dando en algunos cursos y materias, se amplíen a todas las etapas educativas, y no solo en clase, sino que la preocupación medioambiental trascienda los libros y se desarrolle en otros espacios del centro educativo”, explica Mª Carmen Morillas, portavoz de la Ceapa, desde donde tampoco se ve con buenos ojos crear una asignatura en un horario lectivo que ya tiene “mucha carga teórica para los niños”, cuando lo que se quiere es precisamente que tomen conciencia, “no examinarlos de otra cosa”.
“El huerto, el patio del recreo, el comedor educativo… todos estos espacios pueden ser un lugar para tratar el medio ambiente, la alimentación saludable, sostenible, ecológica y de proximidad, formar a los niños para que sepan valorar los recursos que tenemos y que sepan que son finitos, como el agua o el papel”, afirma Morillas.
Para Miriam Leirós, coordinadora de Teachers for Future Spain, la clave no es una asignatura de cambio climático, sino una nueva competencia para la sostenibilidad, que fuera además evaluable al igual que el resto de competencias clave como la competencia digital o de comunicación lingüística. “Creemos que en el futuro va a ser tan importante para los jóvenes adquirir competencias de comunicación lingüística como tener una alfabetización medioambiental”, asegura.
Leirós cree que el sistema educativo español debería ser ambicioso en este asunto y no quedarse en el cambio climático, sino hacer cambios que muestren a los niños que no se trata de un hecho aislado, sino que está relacionado con el tipo de consumo existente para que se desarrolle una sensibilización.
Una transformación que, según Leirós, pasa también por la forma de actuar de los propios colegios, con ecoauditorías para reducir el consumo, algo “que aún está en una fase muy primaria” o para que los recreos estén libres de envases, algo por lo que este colectivo está luchando este curso con el programa Recreos residuo zero.
Desde Unicef, Ignacio Guadix, responsable de Educación de la entidad, asegura que “lo que se enseña en las escuelas debe conectar con la vida, y la vida de los niños y los jóvenes de hoy va a estar ligada al cambio climático”. En cuanto a que se cree una nueva asignatura, considera un error “sobrecargar un currículum que ya es bastante extenso”; pero el hecho de que se cree una nueva competencia tampoco es, en su opinión, la mejor opción para implicar a los alumnos, “que es al final de lo que se trata”.
El respeto al entorno, indica Guadix, enlaza muy bien con competencias ya existentes, “como la competencia social y ciudadana”. “Hay dinámicas y metodologías de aprendizaje diferentes que pueden tener mejores resultados si lo que queremos es un compromiso real de los estudiantes con el cuidado al medio ambiente; y son nuevas fórmulas que van más allá de examinar a los niños de otra cosa”, afirma. De momento, el debate sigue abierto en una realidad que es cada vez más global y urgente.
Muy interesante, puede ser un tema a debatir la educación social pero necesario.