Generación Nespresso
Me permito la licencia de tomar prestada esta expresión que leí hace tiempo al redactor del diario El País Francesc Miralles en la que define, mediante esta sencilla ejemplificación, la sociedad actual: “Todo lo queremos instantáneo. Antes, preparar un café en casa era un ritual que implicaba desenroscar la cafetera, llenar el filtro de café molido, volverla a cerrar, esperar a que el fuego hiciera emerger el café con un sonido inconfundible. Hoy ponemos una cápsula en la máquina y obtenemos en cuestión de segundos un café instantáneo” (2010).
Así, todo proceso que suponga un desarrollo duradero en el tiempo, tiende a “perder fuelle”, y muchas veces se olvida. Incluso en los medios actuales la tendencia es clara: un vídeo de YouTube debe ser de corta duración para que tengan éxito. Según un estudio realizado por el sitio TubeFilter sobre la red social mencionada del año 2017, los vídeos más vistos de esta plataforma son aquellos que duran entre 5 y 8 minutos.
De esta manera, como educadores, podemos diseñar actividades y propuestas con las características adecuadas para estas nuevas generaciones de lo “instantáneo”. Y, conociendo esta circunstancia, también considero fundamental educar en la pausa, en los logros a largo plazo y en aprender a disfrutar de los placeres duraderos: una larga siesta, un proceso de educación de una mascota o una relación para toda la vida.