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¿Nos regalas tu error?

Ana Municio
Licenciada en Psicopedagogía y maestra
26 de febrero de 2020
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“No he fracasado, solo he encontrado 10.000 maneras de que no funcione”. Thomas Edison

Hace tiempo, dando vueltas a cómo introducir la Educación Emocional en el aula con una profesora de Matemáticas de Secundaria y Bachillerato, nos dimos cuenta de que aceptar el error como parte del aprendizaje era una buena forma de hacerlo.

A partir de esa reflexión, “¿nos regalas tu error?”, se convirtió en una pregunta que abría un momento emocionante en mi aula de matemáticas, en un ejercicio de metacognición compartido, los alumnos (de Primaria) revisaban en equipo sus cálculos o ejercicios y se hacían conscientes de en qué habían fallado cada uno, haciendo un listado de “Voy a estar atento a…”.

El feedback que se produce entre los alumnos en estas situaciones genera un ambiente en el que el error deja de ser algo que ocultar o un problema para su calificación, y lo convierte en una oportunidad de mejorar todos, porque la alerta que surge en uno, sirve a los demás.

Favorecer el feedback en el proceso de aprendizaje permite que cada alumno aumente sus posibilidades de dar lo mejor de sí mismo, y no solo eso, permite que los alumnos se acostumbren a recibir críticas constructivas y a expresarlas de manera positiva, una habilidad que sin duda les ayudará en su vida real.

El feedback que se produce entre los alumnos en estas situaciones genera un ambiente en el que el error deja de ser algo que ocultar o un problema para su calificación, y lo convierte en una oportunidad de mejorar todos

De boca de la gran maestra Loli García escuché por primera vez el concepto “Mentalidad de Crecimiento “ (Carol Dweck), y fue uno de esos constructos que, de repente, dan sentido a muchas cosas.

A partir de ahí, empecé a reflexionar sobre la forma de dar feedback a los alumnos, porque incluso el feedback positivo puede hacer que desarrollen una mentalidad fija (el éxito depende de mis cualidades y de nada sirve que me esfuerce). En cambio, un feedback que se centre en el cómo se ha llegado al éxito de una ejecución, facilita en el alumno dos cosas muy importantes: la primera saber que puede hacerlo si pone su esfuerzo en ello, la segunda y más importante, que nuestras cualidades no delimitan los retos a los que podemos enfrentarnos, siempre puedo aprender a hacerlo.

En este sentido, recomiendo leer el libro de Alfredo Hernando o seguir el blog de Santiago Moll con los que podrás seguir profundizando en este concepto, que da sentido al paradigma educativo en el que se aplican metodologías activas en el aula, y sobre todo, da sentido a la evaluación formadora que se centra en el proceso y pone la evaluación en manos de la persona evaluada, y de sus compañeros, además de la del profesor, en una evaluación 360º educativa para aprender a valorar, reflexionar y analizar su propio aprendizaje.

Para saber más:

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