La dislexia, un trastorno del aprendizaje invisible
Integrantes del Colegio de Logopedas de Madrid y de las asociaciones Madrid con la Dislexia y Despega Dislexia Madrid. BEATRIZ GÁMEZ JAREÑO
Los expertos hablan de la dislexia como un trastorno invisible. “Es algo que a simple vista no se ve, pero la dificultad de aprendizaje está ahí”, explica la presidenta del Colegio Profesional de Logopedas de Madrid, Cristina Municio. “Lo primero que hay que aclarar es que la dislexia no es una enfermedad y por lo tanto no se cura”, subraya la coordinadora de la Comisión de Educación del Colegio Profesional de Logopedas de Madrid, Sara Serrano; es decir, se trata de una dificultad específica del aprendizaje de origen neurobiológico que afecta en el aprendizaje de la lectura y escritura y no está relacionada con la inteligencia en general.
Hoy en día, la dislexia es uno de los trastornos más conocidos y paradójicamente no se sabe realmente lo que es porque falta mucha formación de calidad. “Desde la escuela e incluso muchos profesionales logopedas tienen interiorizados una serie de mitos sobre la dislexia”, aclara Serrano. Asimismo, la sociedad no acepta que este trastorno sea una dificultad de aprendizaje y al final a este tipo de alumnos “se les tacha de vagos”, afirma Municio. Estos estudiantes van creciendo con el estigma de vagos cuando en realidad “son inteligentes, pero tienen una dificultad muy concreta que deben trabajar”, matiza Serrano.
Desde la escuela e incluso muchos logopedas tienen interiorizados una serie de mitos sobre la dislexia
"Por otro lado, la dislexia se debe diagnosticar cuanto antes para poder intervenir, puesto que según explican desde el Colegio Profesional de Logopedas de Madrid “hay una clara evidencia de que la intervención temprana tiene resultados”. Así, un logopeda es el profesional mejor formado en el diagnóstico, evaluación e intervención de los procesos del lenguaje. Sin embargo, esta figura no se encuentra en los centros educativos públicos y a día de hoy se trata de una terapia privada. “Deberíamos estar en los centros, por un lado, para que se igualen los recursos y, por otro lado, porque ofrecemos una solución a la dislexia”, reivindica Municio.
Hay una serie de señales de alerta que deben de tener en cuenta tanto el profesorado como las familias. En términos generales, en Infantil genera un rechazo al aprendizaje de la lectura y la escritura. En Primaria, coexiste con otros problemas, sobre todo atencionales y conductuales y puede convertirse en fracaso escolar. En Secundaria, ya no quieren saber nada del aprendizaje y están fuera del sistema educativo. En Bachillerato, genera una tremenda ansiedad y trastornos psiquiátricos porque llevan interiorizada una muy mala experiencia de aprendizaje.
En este sentido, la dislexia está relacionada con el abandono y el fracaso escolar, puesto que “son niños que trabajan el doble que sus compañeros, sus resultados académicos son más bajos a lo esperado para su trabajo y muchos interiorizan pensamientos negativos asociados a las tareas académicas”, comenta Serrano.
Contar qué es la dislexia o las señales de alerta es algo muy sencillo. Sin embargo, vivir y experimentar este trastorno de primera mano es algo muy distinto. Madres y padres que de repente son conscientes de que algo les pasa a sus hijos y se ponen manos a la obra para averiguar qué es. La noticia llega siempre como un jarro de agua fría: “Su hijo tiene dislexia”. No obstante, el camino que han recorrido hasta conocer a ciencia cierta el diagnóstico no ha sido fácil.
Por todos estos motivos, surgió la asociación Madrid con la Dislexia, cuya vicepresidenta es María Sanz-Pastor, y Despega Dislexia Madrid, cuya presidenta es Ana Olivares. Ambas asociaciones pretenden ayudar en todo lo que puedan a las familias que tengan dudas, se encuentren perdidas y no saben cómo abordar la dislexia de sus hijos. “Madrid con la Dislexia está formada por 160 familias. Todo es sin ánimo de lucro y ninguna persona es especialista para que nadie haga negocio con esto”, señala Sanz-Pastor.
Desde esta asociación saben que detectar este trastorno no es sencillo, pero que es necesario. Por eso, reclaman un marco jurídico que garantice la igualdad de oportunidades, becas para que estos estudiantes puedan tener su terapia de logopedia; así como que estos alumnos tengan más tiempo para las tareas, que no se tengan en cuenta las faltas de ortografía en la EvAU o que se valore más el proceso que los resultados porque “un estudiante con dislexia está más cansado y trabaja más”, subraya Sanz-Pastor.
Finalmente, desde el Colegio Profesional de Logopedas de Madrid explican que la coordinación es fundamental tanto con la escuela como con las familias. “Considero que hay que hacer pedagogía con las familias, ya que cuanto más sepan mejor van a ayudar. Además, nuestra responsabilidad es informarles de manera adecuada en todo el proceso, sobre la intervención, la parte emocional y social y sobre la escuela”, concluye Serrano.
Soluciones
Logopedas y asociaciones de dislexia reclaman que se potencie un diagnóstico precoz, que se destinen más recursos y que se cree un marco jurídico que ampare a estos alumnos.