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Lourdes Jiménez: "La escuela ahora debe estar a la altura, valorando el esfuerzo y no tanto los contenidos"

En esta entrevista, Lourdes Jiménez, Mejor Maestra de España 2019 en Primaria, nos habla de la nueva escuela que debemos crear, del esfuerzo de los profesores en esta enseñanza a distancia, de escuchar a los niños y niñas y de ser escuchados por las administraciones, de los miedos ante la reapertura de centros y de muchas cosas más.
Diego FranceschLunes, 1 de junio de 2020
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La maestra Lourdes Jiménez con algunos de sus alumnos, antes de la crisis sanitaria.

Lourdes Jiménez García es maestra de Educación Física y fue elegida Mejor Maestra de España 2019 de Primaria en los Premios Educa Abanca. Sigue la senda de la «escuela afectiva», una tendencia que va cobrando peso entre los maestros de las nuevas generaciones. Su propuesta personal es «despeinar el sistema y romper con la rigidez del libro de texto y la escuela de antaño».

¿Qué ha supuesto para ti ser Mejor Maestra de España 2019?

–Un empujón de motivación para seguir en el camino de la innovación y la puesta en práctica de metodologías que supongan despeinar el sistema y romper con la rigidez del libro de texto y la escuela de antaño: la que obliga a obedecer y no a pensar. Una oportunidad para conocer a cientos de maestros y maestras, que reman en el barco de la escuela afectiva, de los que aprender buenas prácticas. También una responsabilidad para seguir formándome y mejorando a diario.

¿Cómo podemos mejorar nuestras clases?

–Estando en continua formación, compartiendo buenas prácticas entre compañeros y compañeras, siendo autocríticos con nuestra praxis docente, abriendo la puerta a nuevas metodologías, no teniendo miedo a la experimentación de nuevas técnicas, teniendo muy claro que los protagonistas son los niños y niñas, que la escuela es suya y no nuestra y que, por ese motivo, debemos ofrecerles una enseñanza que les permita que se enamoren de su colegio. Debemos mirar más a menudo con ojos de niño y de niña. Abrir bien los ojos para ver todas las oportunidades que nos ofrece el contexto y las familias, grandes aliados de la escuela, recursos pedagógicos inagotables. Por último, no debemos olvidarnos de que nuestra actitud, empatía y alegría será contagiosa en nuestro alumnado. Creer en ellos y ellas, potenciar sus capacidades para descubrir sus talentos. Intentar proponer tareas que permitan al alumnado experimentar y jugar, tareas que conecten contenidos de distintas áreas.

¿Qué les falta a nuestras escuelas para ser mejores?

–Les falta reducir la ratio de las aulas, mejorar las infraestructuras espaciales, aumentar los recursos digitales, tecnológicos y materiales, invertir más en recursos humanos para lograr una mayor inclusión de las distintas capacidades. En las escuelas falta una ley educativa unificada, un gran pacto de Estado por la Educación. Falta que mimemos más a las competencias y apostemos más por la inteligencia emocional. Falta mayor respeto en la relación familia-escuela, trabajar juntos en lugar de darnos empujones. También sobran los docentes que no tienen vocación por este oficio. A pesar de que faltan cosas, es fundamental que haya maestros y maestras con ganas de apostar por la escuela del cambio, por contagiar en positivo a quienes les rodean, claustros que trabajen en equipo, con proyectos conjuntos que sorprendan, emocionen y hagan competente al alumnado, aprendiendo y pensando que sólo está jugando.

Es fundamental que haya maestros y maestras con ganas de apostar por la escuela del cambio, por contagiar en positivo a quienes les rodean

En este final de curso, ¿qué consejos darías a tus compañeros de profesión?

–No me atrevería a dar consejos a profesionales, compañeros y compañeras que son maravillosos y que en este tiempo han hecho lo imposible por llegar a su alumnado, reinventándose, formándose y creando una escuela virtual, sin instrucciones claras y sin antecedentes educativos previos de algo así, en un tiempo record. En primer lugar, les felicito por su compromiso educativo, por el sobreesfuerzo, por el tiempo extra dedicado, la atención individualizada. No debemos olvidarnos de que los docentes también han sido, junto a las familias, protagonistas de esta pandemia que ha parado nuestro país de un frenazo.

Como consejo, decirles que intentemos valorar a cada niño y niña desde la realidad social y familiar que está atravesando, teniendo en cuenta las desigualdades sociales, la brecha digital y las dificultades personales de cada familia, que en este momento están quedando más de manifiesto. Los contenidos teóricos deben preocuparnos menos que los emocionales. La escuela ahora debe estar a la altura, valorando el esfuerzo de los niños y niñas y no tanto los contenidos.

¿Cómo ha sido tu experiencia de teleenseñanza?

–Dura porque lo virtual nunca puede sustituir a lo presencial en el sentido emocional y manipulativo. Difícil porque cada realidad familiar es distinta y para llegar a todos los niños y niñas ha habido que adaptarse. También agotadora porque ha supuesto estar prácticamente todo el día con actividades relacionadas con la enseñanza, pero además ha sido muy enriquecedora y esperanzadora. He tenido tiempo de hacer cursos de formación, he aprendido mucho de esta situación y de la manera de recomponerse de ella que han tenido los niños y niñas, dándonos una auténtica lección a los adultos. Y esperanzadora porque he podido desarrollar infinidad de retos, juego virtuales y proyectos desde la distancia, teniendo un contacto diario con mis alumnos y alumnas y con sus familias, piezas clave para ello. Destacaría nuestra radio cole virtual, con la que llevamos emitidos casi cincuenta programas desde que comenzó este confinamiento.

¿Qué le pedirías a la ministra Celaá?

–Entiendo que está en una posición difícil, abordando una problemática nueva, toda una aventura educativa sin referentes previos. Aún así, le pediría sentido común, diálogo con el sector educativo: los maestros y maestras que a diario pisan las aulas; diálogo también con las familias. Más allá de eso, que sobre todo, antes de tomar ninguna decisión precipitada, piense en los niños y niñas, en los derechos de la infancia, en la importancia de sus emociones, del juego, del contacto con sus iguales, de la cercanía con sus maestros y maestras.

No me atrevería a dar consejos a profesionales, compañeros y compañeras que son maravillosos y que en este tiempo han hecho lo imposible por llegar a su alumnado, reinventándose, formándose y creando una escuela virtual, sin instrucciones claras y sin antecedentes educativos previos

¿Qué opinas de su reforma educativa?

–Siempre que hay una reforma educativa sin consenso y con prisas, dejamos muros a medio hacer y otros a medio derribar. Es cierto que la Lomce necesitaba de una revisión, que la escuela debe apostar más por las competencias, que hay aspectos que se deben modificar, que hay que quitarle peso a la burocracia… pero leyes educativas sin consenso entre partidos no son más que parches para nuestro sistema educativo que navega siempre en una sociedad que pone a la Educación como moneda de cambio de votos entre partidos. La Educación no se toca, la Educación debe ser la gran apuesta de la transformación social, debe ser, junto con la sanidad, la base de un país. Hasta que los políticos no comprendan esto, seguiremos cambiando de ley educativa antes de habernos adaptado a la anterior.

¿Son imprescindibles las TIC en la enseñanza actual o están sobrevaloradas?

–Yo pienso que imprescindible no hay nada, pero que son muy necesarias porque la competencia digital hoy en día abre puerta y brinda oportunidades. Quizá no es que estén sobrevaloradas, sino mal enfocadas. Debemos educar en unas competencias digitales buenas, que proporcionen herramientas útiles al alumnado.

¿Somos demasiado críticos con nuestra Educación?

–Sí, pero es que creo que las críticas, si son constructivas, siempre son positivas. Nuestra Educación tiene grandes cosas. Nuestro país tiene un sistema educativo muy bueno, con grandes profesionales a su servicio, que intenta a diario mejorar, pero eso no significa que no debamos pretender que sea cada vez mejor. La escuela no tiene recetas y debe estar abierta a nuevos métodos de enseñanza, a nuevas formas de aprendizaje, a mejoras, al avance.

La Educación no se toca, la Educación debe ser la gran apuesta de la transformación social, debe ser, junto con la sanidad, la base de un país

¿Que les pides a los padres de tus alumnos?

–Que empaticen más con la escuela al igual que los docentes intentamos empatizar a diario con las familias. Que se sientan parte protagonista del aprendizaje de sus hijos e hijas y que busquen siempre el diálogo afectivo con los maestros y maestras. Cuanto más respetuosa sea nuestra relación, más jugo le sacaremos a la Educación de los niños y niñas.

¿Cómo crees que será el próximo curso escolar?

–Quiero pensar que volveremos a una escuela presencial, aunque siendo realista tengo muchos miedos y dudas. Quiero que sea una escuela renovada desde la reflexión de lo aprendido en este periodo de confinamiento y aislamiento. Que si todo ha cambiado, la escuela también cambie: mime más las competencias y emociones e intente centrarse más en la calidad de sus tareas y menos en la cantidad de sus ejercicios.

Currículum vitae

Distinciones: Mejor Maestra de España 2019, en Primaria, Premios Educa Abanca. Bandera de Andalucía en 2019.

Algunos de sus lemas: «ApV» (Aprendizaje para la Vida). «Por apuntes no se puede enseñar a vivir». «La escuela no puede apagar estrellas».

Formación académica: Diplomada en Magisterio y licenciada en Ciencias de la Actividad Física y el Deporte.

Autora: Escritora de libros de pedagogía, risoterapia, poesía y cuentos infantiles. Articulista y conferenciante nacional e internacional. Es autora de proyectos de escuela muy innovadores, relacionados con la acción social y el aprendizaje servicio.

Redes sociales: Página de Facebook: Aprender pensando que sólo juegan. Lourdes Jiménez-maestra y escritora.

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Comentarios

  1. Noticias | Del 30 de mayo al 5 de junio - UCETAM
    4 de junio de 2020 06:53

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