La adicción al móvil deriva en múltiples enfermedades
Con la cuarentena, los menores han aumentado el tiempo que pasan delante de una pantalla, ya sea por motivos educativos o de entretenimiento. Ante esta situación, cada vez son más los adultos que se interesan por las aplicaciones y sitios web que visitan sus hijos, así como por el tiempo que destinan a la utilización de dispositivos electrónicos.
Pasar las horas enteras pegados a una pantalla, puede tener consecuencias muy negativas en la salud física y mental de los alumnos. En un estudio sobre el tiempo de uso del móvil, Puntronic.com hace un repaso a todas estas nuevas patologías que están apareciendo como consecuencia de un uso excesivo:
- FOMO
Este acrónimo, que viene del inglés fear of missing out –miedo a perderse algo–, está relacionado sobre todo con las redes sociales, y lo sufre casi el 70% de los usuarios de estas redes. Quienes padecen este síndrome sienten una necesidad constante de mantenerse conectados e informados de todo lo que hacen sus amistades o lo que ocurre en su ciudad, pero no por un temor irracional a la desinformación, sino porque no quieren que nadie pueda pensar que se han perdido algo que dice o hace alguno de sus amigos, una noticia interesante, que otras personas puedan hacer cosas más divertidas o populares o miedo a quedarse fuera por no haber compartido alguna campaña viral. Otra manifestación del FOMO consiste en sufrir ansiedad por no tener el smartphone más nuevo del mercado.
- Nomofobia
Este otro neologismo viene del acrónimo en inglés no-mobile-phone phobia, y su patología principal es el miedo a la desconexión: que se nos agote la batería, no tener suficiente cobertura, que se nos estropee el móvil y, sobre todo, el temor a salir a la calle sin llevarlo encima normalmente por haberlo olvidado en casa.
- Vibranxiaety
También conocida como “vibración fantasma”, se trata de un error del cerebro que está alerta a las señales exteriores, y que tiene como origen la obsesión o dependencia por el sonido o vibración del móvil. Es decir, pensamos que hemos oído sonar o vibrar nuestro smarthphone cuando no lo ha hecho. Y esto se produce porque las notificaciones del teléfono provocan una respuesta emocional positiva que hace que el cerebro genere dopamina, que es el neurotransmisor que se ocupa del placer, la motivación o el deseo.
- Insomnio tecnológico
La luz azul que emiten estos dispositivos inhibe la secreción de melatonina, que es la hormona que favorece la conciliación del sueño. Por lo tanto, cuando se usan móviles y tablets antes de irse a dormir, la somnolencia desaparece y se producen episodios de insomnio.
- Phubbing o ningufoneo
El ningufoneo o phubbing es una de las señales inequívocas de que la persona padece una adicción al smartphone –o al menos una relación muy insana con el aparato–. El término hace referencia a ningunear o ignorar a otros y el entorno donde se encuentran por estar concentrados en el móvil. Este fenómeno puede causar aislamiento social, depresión, deterioro de las relaciones interpersonales y baja autoestima.
- Tendinitis y otras lesiones
Desde hace algún tiempo, las consultas de traumatología han detectado un aumento de casos de pacientes con tendinitis en los pulgares de ambas manos debido a que el uso excesivo de estos aparatos obliga a adoptar una posición forzada y con tensión. Los móviles también provocan dolores de cuello, brazos y espalda por adoptar posturas inadecuadas.
- Daños en los ojos
Mirar una pantalla retroiluminada daña la retina de forma progresiva y produce sequedad, visión borrosa, fotofobia y dolor de cabeza. Lo más dañino es mirar estas pantallas a oscuras o durante muchas horas seguidas.
- Efecto Google
Si dependemos totalmente de Google u otros buscadores para todo lo que hagamos o hablemos en el día a día, nuestro cerebro deja de recordar información porque sabe que tenemos la posibilidad de acceder a ella fácilmente en cualquier momento.
La mejor forma de evitar estas patologías es educar en un uso responsable de los dispositivos. Un ejemplo es el proyecto Sé genial en internet, fruto de la colaboración entre Google, Policía Nacional, el Instituto Nacional de Ciberseguridad (Incibe) y Fad, para ayudar a familias y a educadores a fomentar en los menores buenos hábitos que les permitan desenvolverse en internet de manera respetuosa, crítica y responsable. Consiste en un sitio web de acceso gratuito compuesto de juegos educativos diseñados por expertos en seguridad digital y recursos para familias y educadores.
También existen aplicaciones como Samsung Kids, que no son solo un sistema tradicional de control parental, sino una manera de permitir a los hijos explorar y conectar con el mundo en un entorno seguro. Espacios digitales de este tipo son la mejor manera de incentivar la creatividad y la imaginación a través de la tecnología, e incluso pueden ayudar a desarrollar capacidades intelectuales y aprender a controlar las emociones.
De total acuerdo. No lo ué nunca y ahoira ni en un Banco atienden «porque no puede abrir su cuenta con su celular», premédicas que van a usar solo celulares anulando las tarjetas que hasta ahora se usan. Etc. Soy terapista vocal, y cada vez la gente habla menos y peor. Y no soy optimista pensando que esto se va a obligar y terminaremos todos robóticos, como ya se dice desde hace tiempo. Y sin la libertad de elegir qué hacer…