Un futuro modelo híbrido que reduzca la brecha digital
El smartphone familiar ha sido la única herramienta de conexión para muchos alumnos. © AYUDA EN ACCIÓN
Cuando se cerraron los centros educativos el pasado mes de marzo y la enseñanza se trasladó al ámbito doméstico, se puso de manifiesto una serie de limitaciones muy importantes, sobre todo en contextos de vulnerabilidad: estudiantes que no tienen acceso a internet o a un dispositivo adecuado, o que tienen que compartir un solo dispositivo para toda la familia.
El confinamiento sacó a la luz dos realidades de nuestro país: la brecha digital y lo poco preparado que está nuestro sistema educativo para la formación on line. Cuando se suspendieron las clases, colegios e institutos tuvieron que adaptarse y buscar –dentro de sus posibilidades– diferentes soluciones para que todo el alumnado pudiera continuar con sus estudios.
Ahora mismo tenemos la certeza de que el próximo curso nos vamos a enfrentar a un modelo híbrido, que combine la enseñanza presencial con la virtual. Y precisamente esa certeza tiene que hacer que nos anticipemos a todas esas limitaciones que viven muchos alumnos en sus hogares. Es una gran oportunidad de adelantarse y evitar la brecha social.
“La equidad debe ser nuestro mayor objetivo y la inclusión tiene que ser real y eficiente”, afirmó Rosa Llorente, directora del Colegio “Ramiro Soláns” de Zaragoza, durante el webinar La comunidad educativa frente al Covid-19. Retos y aprendizajes, organizada el pasado 27 de mayo por la ONG Ayuda en Acción.
Para ella, “la inclusión solo es posible cuando los centros educativos ofrecen estrategias de participación, de apoyo emocional y de innovación que permitan llegar a todos, para que cada persona de esa comunidad educativa se sienta valorada, cuidada y querida”.
No puede haber calidad educativa si no lleva intrínsecamente asociada el concepto o principio de la equidad
"También Carles López, presidente de la Plataforma de Infancia, advirtió que esta crisis del Covid-19 no está afectando a todos los estudiantes por igual: “Ciertos alumnos son especialmente vulnerables y esta situación de crisis sanitaria les ha afectado y les va a afectar de cara al futuro”.
Y recordó a aquellos colectivos que a veces se nos olvidan y que sufren más las consecuencias de esta crisis, como los estudiantes con discapacidad, con necesidades de apoyo educativo o la población gitana, en los que el abandono llega casi al 50%. “Tenemos que detectar a ese alumnado con dificultades y poner las medidas adecuadas para salvarlo”, exigió.
Gerardo Echeita, profesor de Psicología Evolutiva y Educación de la Universidad Autónoma de Madrid (UAM) y experto en Educación inclusiva y atención a la diversidad, cree también que “uno de los efectos más negativos de esta pandemia es que grandes grupos de alumnos vulnerables han quedado por detrás de los demás”.
Por eso cree que “el gran reto que tenemos es crear un sistema educativo que sea para todos, porque no puede haber calidad educativa si no lleva intrínsecamente asociada el concepto o principio de la equidad, es decir, que lo que deseemos para nuestros hijos sea igual que lo que deseamos para todos”. Echeita tiene la certeza de que “es posible responder a este desafío de la equidad aplicada a un conjunto complejo de alumnos; no es una quimera, ni una utopía ni un ensoñamiento de los académicos”.
Los miedos en contextos de poca formación son mucho mayores, y existe una alta probabilidad de que la información se malinterprete
"Desde el Colegio “Ramiro Soláns” de Zaragoza, su directora, Rosa Llorente, explicó los pasos que han dado en el centro para intentar reducir en la medida de lo posible esa brecha digital. “Nuestro primer reto ha consistido en el acompañamiento emocional”, explica. De esa forma, “los tutores han llamado a las familias semanalmente para tranquilizarlas, porque los miedos en contextos de poca formación son mucho mayores, y existe una alta probabilidad de que la información se malinterprete”.
Por eso, desde este centro educativo han trabajado para “detectar las necesidades acuciantes de aquellas familias que viven en contextos vulnerables, en espacios pequeños en sus casas compartidos por toda la familia, y con las necesidades básicas estrictamente cubiertas, una situación que genera mayor desestructuración familiar”.
Las familias nos hemos enfrentado a una docencia compartida que en muchos casos se ha visto bastante perjudicada
"De forma paralela, el profesorado del “Ramiro Soláns” ha tenido que trabajar de manera coherente y coordinada para poder ofrecer una respuesta inclusiva, cuya complejidad se hace más patente desde la distancia. “De las 170 familias del centro, apenas un 27% dispone de ordenador o tablet compartidos por todos los miembros”, apunta Llorente, y en el resto de hogares, el smartphone se convierte en la única herramienta útil de conexión con el medio exterior.
A veces esos padres tampoco cuentan con una competencia digital suficiente para ayudar a sus hijos. “Lo hemos solventado con asesoramiento técnico por parte del profesorado a través de blogs donde se cuelgan las propuestas”, señala la directora del centro, que se alegra porque “al final hemos podido llegar a todas las familias, con documentos fotocopiados, con la colaboración de una red de voluntarios, gracias a esa solidaridad y a esos gestos de apoyo que hemos vivido en estos meses de confinamiento”.
Leticia Cardenal, presidenta de la Ceapa, corrobora esta situación: “Las familias nos hemos enfrentado a una docencia compartida que en muchos casos se ha visto bastante perjudicada”. Por eso ella considera fundamental “trazar un plan de desescalada también en los centros educativos en la que haya una respuesta conjunta de todas las administraciones educativas, que tienen que ponerse de acuerdo para dar respuesta real a esta problemática”.
La inteligencia colectiva
- Contacto con las familias. Rosa Llorente, directora del Colegio “Ramiro Soláns” de Zaragoza, destaca la importancia que han tenido los ejercicios de inteligencia colectiva para reducir la brecha digital en los hogares. El primer reto de los docentes de este centro fue contactar con las familias para ofrecerles un acompañamiento emocional. “Los tutores han llamado semanalmente a las familias para tranquilizarlas, porque los miedos en contextos de poca formación son mucho mayores”, explica.
- Garantizar la inclusión. De forma paralela, el profesorado ha tenido que trabajar de manera coherente y coordinada para poder ofrecer respuesta inclusiva, cuya complejidad se hace más patente desde la distancia. De las 170 familias del centro, apenas un 27% dispone de ordenador o tablet compartidos por todos los miembros. “Hemos podido llegar al final a todas las familias con documentos fotocopiados y con la colaboración de una red de voluntarios”, señala Llorente.
- Red de colaboraciones. De cara al próximo curso, el centro está creando una importante red de colaboraciones para poder ofrecer una respuesta lo más eficiente posible. “Ante un modelo híbrido, tenemos que dotar al alumnado de dispositivos suficientes y formar a las familias para que los acompañen”, indica la directora.
Es importante distinguir entre las diferentes brechas digitales (https://elvisitantedigital.com/que-es-la-brecha-digital/). Es cierto que la brecha de acceso es muy importante, pero no debemos quitar importancia a las brechas de competencias digitales. Hay hogares sin problemas de acceso, con hijos y padres «expertos» en subir stories a Instagram, y que sin embargo son incapaces de aprovechar Internet para sacar provecho (educativo). Y lo mismo con profesores y escuelas. Además de proporcionar wifi y ordenadores hace falta invertir en formación de competencias digitales.
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