Un tesoro digital
En este tiempo que estamos, a punto de superar la cuarentena del Covid-19, el amigo Rúas se ha dedicado a hacer una inmersión en la Biblioteca Virtual de Polígrafos de la Fundación Larramendi, un auténtico tesoro digital. Es una de las cualidades que ha desarrollado Rúas a lo largo de su vida fruto de su espíritu curioso y aventurero, de su talante de ratón de bibliotecas. Desde hace unos años está ahondando en esta práctica con la ventaja añadida de estar jubilado aunque sigue colaborando con varios periódicos nacionales e internacionales, y da conferencias por el mundo cuando le invitan universidades, IES, asociaciones de prensa o medios de comunicación.
Nos volvemos a citar por videoconferencia con la ilusión y la esperanza de que en menos de dos semanas nos reencontraremos por estas tierras que riegan el Tajo y el Jarama. Pronto Rúas vendrá a compartir unos días a Aranjuez nada más sea posible viajar entre Andalucía y la Comunidad de Madrid, donde le hemos invitado a unas jornadas con un selecto grupo de docentes y estudiantes universitarios.
Es Aranjuez un vergel con sus casi 200 hectáreas de primorosos jardines cuidados con mimo, con buena parte de sus calles y avenidas formando bulevares verdes. Y allí donde el Jarama riega sus huertas se cultivan sabrosas fresas, fresones, espárragos verdes y otras delicias hortofrutícolas. Sería interesante que otras poblaciones de España y del mundo tomasen el buen ejemplo de esta urbe. Si así fuera, haríamos de la Tierra un lugar más sostenible y ecológico.
Hace unos meses, Rúas y yo supimos por un buen amigo que Aranjuez había sido el modelo en el que se inspiraron los arquitectos y urbanistas estadounidenses para diseñar y construir Washington, según habían descubierto una serie de investigadores recientemente. Es una de esas paradojas que la ignorancia y el cainismo de determinados grupos minoritarios han propagado entre los hombres y mujeres de nuestro país en los últimos dos siglos: el error mayúsculo de desconocer lo mejor que España y su gente han aportado al mundo a lo largo de la historia. Y rematar la equívoca faena con no comunicar y difundir esas excelencias.
Hace unos meses, Rúas y yo supimos por un buen amigo que Aranjuez había sido el modelo en el que se inspiraron los arquitectos y urbanistas estadounidenses para diseñar y construir Washington
Pues ese es uno de los caminos y objetivos que se marcó la Fundación Larramendi en los años 90 del siglo XX, cuando su impulsor D. Ignacio Hernando de Larramendi se dispuso a liderar y patrocinar esa Biblioteca Virtual. Está dividida en cuatro colecciones. La primera, dedicada al pensamiento español bajo el nombre de Colección Menéndez Pelayo. La segunda, recopila las reflexiones de los pensadores más relevantes brasileños, en la Colección José de Anchieta.
La tercera, recoge a los autores portugueses más destacados en la Colección Francisco Manuel de Melo. Y la cuarta, es una selección de lo más granado de la inteligencia hispanoamericana, en la Colección Andrés Bello.
Pero como nos apunta Rúas, mientras bebe un sorbo de rica y fresca limonada, esa excelsa Biblioteca Virtual a disposición de cualquier persona de cualquier generación, también recoge el Archivo digital de la familia Montiano con más de 281 documentos y de 4.415 imágenes de los siglos XVI al XX.
Y al ver el entusiasmo con el que nos habla Rúas, reverdeciendo bajo sus canas su espíritu del niño que fue, le interrumpo yo también emocionado al comprobar que esa joya nos proporciona también documentos extraordinarios y singulares sobre la Antigua Escuela de Traductores de Toledo; Comentaristas de Aristóteles; Cervantes; el V Centenario del Descubrimiento de América; la Ciencia y la Técnica Americana; la Escuela de Salamanca; o la Heritage Hubs (que promueve la cultura y civilización europea entre nuestros jóvenes de todo el continente).
Y es que como nos recuerda Rúas, es solamente cuestión de abrir la mirada y de estimular la escucha para seguir descubriendo tesoros en la vieja Piel de Toro.
Dedicado a Patricia Juez.
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Muchas gracias a los dos por vuestras lecturas y comentarios, que es una manera de disfrutar del trabajo hecho y de tener un feedback enriquecedor con los lectores.