Otro final para la fábula
De forma inesperada se ha originado una nueva situación en nuestra vida cotidiana; tenemos que permanecer en casa. Esto supone convivir con nuestra familia durante mucho tiempo. Los conflictos tarde o temprano aparecerán, son inevitables, porque los pensares, sentires y necesidades son diferentes entre las personas. Sin embargo, también son oportunidades para conocernos mejor.
Los conflictos se solucionan hablando. Estos son los pasos que seguiremos cuando queremos resolver de forma positiva un conflicto, es decir cuando queremos llegar a un acuerdo justo y beneficioso para ambas partes.
Y puesto que a solucionar conflictos también se aprende, por ello, para enseñar a los más pequeños os proponemos la clásica fábula de La Cigarra y La Hormiga (con alguna variación).