El talento digital, un bien escaso que será la principal mano de obra en el futuro
No cabe duda de que el confinamiento nos ha obligado a trabajar con la tecnología, impulsando la digitalización de las empresas y su salto definitivo al entorno on line. El futuro laboral cercano se presenta como una oportunidad para aquellos sectores que se han visto revalorados durante esta pandemia y para nuevas profesiones, y todo parece indicar que, en este nuevo horizonte, el papel que jueguen las tecnologías va a ser totalmente crucial.
María Casado, directora de Seguridad, Salud y Medio Ambiente de GSK Aranda, asegura que “las herramientas tecnológicas son la base de nuevas formas de comunicarnos, formarnos, informarnos y trabajar e interpretar los datos para tomar mejores decisiones”.
Esto no solo continuará siendo así, sino que se hará más patente una vez superemos esta crisis sanitaria. “Las tecnologías nos han permitido ejecutar centenares de procesos en paralelo y en remoto que, antes del Covid-19, no hubiéramos imaginado”. Según Casado, “sin la tecnología hubiera sido imposible mantener la actividad operativa al más alto nivel”.
No obstante, los tiempos en el mundo laboral ya venían cambiando rápidamente desde antes de la pandemia, y con episodios no previstos como este, el proceso de cambio no ha hecho más que acelerarse. De hecho, en los últimos siete años, España se ha convertido en el país europeo donde más ha crecido el número de empresas que ofrecen trabajo a especialistas TIC –hasta 160.000 empresas precisan incorporar estos perfiles–.
Sin embargo, los jóvenes que anualmente salen al mercado laboral procedentes de este tipo de formaciones, ya sean universitaria o de Formación Profesional, son solo 25.000. Esto significa que, por cada seis empresas españolas que requieren los servicios de un profesional TIC, solo hay un perfil capacitado y formado para asumir este trabajo. Son datos extraídos del estudio Empleabilidad y talento digital 2019, elaborado por la Fundación VASS y la Universidad Autónoma de Madrid (UAM), que ponen en evidencia el gran déficit de talento digital que sufre nuestro país.
A pesar de que desde el curso 2015-16 el número de matriculados en las ramas informáticas ha crecido un 16,5%, la cifra de egresados (6.224 en 2018, último dato disponible) es a todas luces insuficiente
"Según el director de la Fundación VASS y responsable de este estudio, Antonio Rueda, “esta escasez de perfiles digitales se produce por la conjunción de dos realidades: por un lado, hay un gran número de empresas que necesitan reclutar especialistas TIC aunque no sean organizaciones de base tecnológica”. En 2019, por ejemplo, el 47% de las grandes empresas españolas y el 11% de las pymes demandaron estos servicios para poder acometer sus procesos de transformación digital.
Y por otro, como explica Rueda, “a pesar de que, desde el curso 2015-16 el número de matriculados en las ramas informáticas ha crecido un 16,5%, la cifra de egresados (6.224 en 2018, último dato disponible) es a todas luces insuficiente para cubrir las necesidades empresariales”.
El estudio de la Fundación VASS y de la UAM también analiza cuáles son las competencias técnicas y trasversales que conforman el talento digital. Así, concluye que el gap que separa las competencias que aportan los recién graduados en Informática de las requeridas por las empresas aumenta un 4% respecto al año pasado, es decir, se incrementa la brecha entre lo que buscan las empresas y el talento de los graduados informáticos.
En las competencias técnicas o hard skills, el gap supera los 50 puntos, empeorando en casi 8 puntos el índice de 2018. Para Rueda, se trata de “una divergencia peligrosa entre tecnologías que evolucionan rápido y planes de estudio incapaces de hacerlo al mismo ritmo, ya que están orientados a otros contenidos que, aunque altamente técnicos, tienen un carácter más estructural y transversal”. Sin embargo, en competencias comportamentales o soft skills, el gap de talento mejora ligeramente, un 1,3% respecto a la anterior edición.
Las tasas de abandono durante el primer año superan el 30% en el caso de las ingenierías informáticas
Es por eso que el estudio señala la necesidad de intensificar la comunicación entre la universidad y el mundo empresarial, actualizando algunos contenidos docentes o fomentando programas paralelos de especialización y actualización técnica.
De igual forma, las tasas de abandono durante el primer año (superan el 30% en las ingenierías informáticas) y el mayor tiempo que tardan los estudiantes en terminar su carrera (5,32 años en los itinerarios de cuatro años, un 10% más que el promedio general) alertan sobre la necesidad, señala Antonio Rueda, de una “reformulación de los planes y contenidos para que se orienten más a las necesidades de mercado”.
Aunque en el sector TIC la tasa de desempleo femenino es mínima, las jóvenes que apuestan por estudios universitarios de Ingeniería Informática representan solo un 14% del alumnado
Por último, otro reto es el relacionado con las políticas de género. Aunque en el sector TIC la tasa de desempleo femenino es mínima (un 8,1% para mujeres de 25 a 34 años, frente al 19,3% general), las jóvenes que apuestan por estudios universitarios de Ingeniería Informática representan solo un 14% del alumnado.
No hay que olvidar que las organizaciones que han reforzado sus procesos digitales se han adaptado mejor al nuevo entorno generado por la crisis del Covid-19 y será necesario un nuevo talento digital que dé cobertura a este proceso de transformación en los próximos años.
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