Una rosa y cinco pasos para resolver los conflictos en casa
Los conflictos en casa entre los hijos pequeños – y no tan pequeños- son inevitables.
Lo que sí es evitable, es que peleen cuando surge el conflicto. Sin embargo, por el miedo a la pelea no deberíamos promover que se queden en la pasividad. El desafío, por tanto, consiste en aprender a navegar asertivamente en los mares de los conflictos.
Hay un método muy sencillo que puede ayudar a las familias a realizar este aprendizaje de gestión positiva del conflicto entre los más pequeños y que tiene como elemento central una rosa.
Lo primero que necesitaremos, entonces, es una rosa – que a partir de ahora será una Rosa de la Paz. Podemos usar una de verdad, y reemplazarla cuando se seque, o podemos hacer una de forma manual para que quede perenne en el lugar que le asignemos. Escojamos la opción que escojamos, lo importante es que la rosa esté siempre visible y accesible a todos los miembros de la familia.
Cuando se coja esta Rosa de la Paz iniciará un proceso de cinco pasos para poder resolver el conflicto llegando a un acuerdo.
A continuación, presentaré cada uno de los cinco pasos requeridos, sin embargo, para que sean efectivos tienen que haberse ensayado previamente. Es decir, no pretendamos que los niños resuelvan el conflicto sin que conozcan antes el proceso y lo hayan podido ensayar cuando estaban en calma y como si fuera un juego.
Por tanto, es recomendable que ensayes con ellos usando un conflicto ficticio, como si fuera una obra de teatro: incluso os podéis disfrazar para ello. Cuanto más emocionante sea el juego mejor para que integren el aprendizaje y el proceso de los cinco pasos. Es importante que cuando estén enfadados por un conflicto de verdad, tengan la referencia del juego teatral para recordar y volver a reproducir el proceso en aras a llegar a un acuerdo. También es recomendable escribir los 5 pasos en un papel cerca de la Rosa de la Paz y colgarlo para que esté visible.
1º paso: Inspira el aroma maravilloso de la Rosa de la Paz
Si la rosa es de verdad el aroma también lo será, si la rosa ha sido fabricada de forma manual entonces será imaginario. La acción principal que estarán haciendo con este paso es respirar profundamente y calmarse.
Les invitamos a que inspiren varias veces el olor de la rosa para que disfruten de su aroma tranquilizante – y para que la propia respiración consciente les calme-.
2º paso: Por turnos compartimos cómo nos sentimos, qué pensamos y qué necesitamos
Podemos usar la rosa también para indicar el turno de palabra. Quién la tiene entre sus manos es quién se expresa, la otra persona escucha. Después a la inversa.
En este paso es fundamental que se expresen usado el “yo”. Es decir, centrándose en lo que ellos sienten, piensan y necesitan. No se trata de responsabilizar al otro, acusarle o quejarse.
Les enseñaremos esta primera fórmula de asertividad:
Me siento _________________ cuando tu ____________ porque ___________ y necesitaría_________
Por ejemplo, si se han enfadado porque los dos quieren jugar al mismo tiempo con el mismo juguete, le guiaríamos para que dijera algo así uno de los niños:
Me siento enfadada cuando tú quieres jugar a lo mismo que juego yo, porque pienso que no te importa si lo tengo yo y necesitaría poder jugar tranquila.
Y el otro al otro niño le guiaríamos para que dijera algo así:
Me siento enfadado cuándo no me dejas jugar a mí, porque pienso que crees que el juguete es tuyo y necesitaría que lo compartas.
3º paso: Compartimos ideas que resuelvan nuestro conflicto
Ahora que ya se han expresado y cada uno sabe cómo se siente el otro y también qué necesita, es el momento creativo. Entre los dos buscarán maneras para resolver lo que les ocurre. Nos hemos de asegurar que las ideas de resolución son justas y beneficiosas para ambas partes.
Para ello, el adulto, podemos ayudarles con preguntas tipo:
-¿Cómo hacemos para resolver el conflicto y que las necesidades de los dos se vean satisfechas?
-¿Qué ideas tenéis que os puedan ayudar? ¿Podéis hacer turnos de juego? ¿Podéis jugar juntos? ¿Ponemos unos horarios de juego? ¿Jugáis a otras cosas y nadie juega con esto?
-¿Cuáles de esas ideas os parecen bien a los dos?
-¿Cuáles de esas ideas son viables, es decir, las podemos llevar a cabo?
4º paso: Manos a la obra
Una vez decidida la idea que puede ayudar a solucionar el conflicto de forma beneficiosa para ambas partes, habrá que ponerla en práctica.
Siguiendo el ejemplo, supongamos que han optado por la idea de jugar juntos con el mismo juguete.
Puede ser que les funcione, pero también puede ser que empiecen a jugar juntos y vuelvan a pelearse. De ser así, esa idea no ha sido la más apropiada. Por tanto, tendrán que volver a la Rosa de la Paz para empezar de nuevo el proceso y crear una nueva idea o fórmula para resolver su conflicto.
5º paso: Celebramos y reflexionamos sobre lo aprendido
Ya hemos sido capaces de encontrar una solución al conflicto, finalmente. Sin embargo, el proceso no acaba aquí. Ahora toca celebrar que lo han logrado, así toman conciencia de que efectivamente los conflictos se pueden resolver sin peleas y expresando asertivamente.
Además, en este quinto paso es fundamental que el adulto les ayudemos a reflexionar sobre lo ocurrido para evitar peleas futuras. Preguntas como estas pueden ayudar:
-¿Cómo habéis logrado solventar el problema?
-¿Os ha ayudado usar la Rosa de la Paz? ¿La volveréis a usar en el futuro?
-¿Qué harías diferente la próxima vez para evitar pelearos?
-¿Cómo os sentís ahora?
Y colorín colorado este cuento de una rosa y sus cinco pasos para resolver conflictos se ha acabado…. Y esperaremos que las peleas en casa, pronto, también…
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