Vacaciones de maestro
Un curso atípico acaba, pero el que viene a partir del mes de septiembre no tiene pinta de decepcionar. Aunque ya tenemos algunas orientaciones, es cierto que todavía existe bastante incertidumbre sobre la presencialidad, debido al riesgo de rebrote. Los docentes hemos seguido trabajando para repensar nuestras asignaturas teniendo en cuenta todas las posibles variantes en cuanto a sistemas presenciales, no presenciales o bimodales.
A pesar de lo que se suele decir de los profesores y sus periodos vacacionales, cuesta pensar en otro colectivo que dedique tantas horas de trabajo fuera del horario laboral. Diseño de actividades, correcciones, preparación de reuniones y entrevistas, gestión de proyectos, programación de contenidos… Casi nada. Y con la situación actual, además, hay que plantear todas las posibles metodologías para cada uno de los escenarios posibles.
Por ello, animo a los maestros a encontrar espacios de desconexión total. Del mismo modo que el cerebro necesita unas horas de sueño para estar en pleno funcionamiento durante el día, el cuerpo y la mente del educador requieren de momentos de descanso, para comenzar el curso en septiembre con fuerza y motivación, y con la flexibilidad emocional y psicológica necesaria si hay que dar un “volantazo” en caso de encontrarnos en una situación similar a la que hemos vivido estos pasados meses.