fbpx

Sueños pandémicos: la Covid-19 en la almohada

Las pesadillas y los trastornos del sueño aumentaron durante el confinamiento domiciliario.
Alba BartoloméMartes, 15 de diciembre de 2020
0

El cambio de horarios puede provocar el síndrome de retraso de fase de sueño. © BKHRB

La revista científica Frontiers of Psychology publicó una investigación finlandesa sobre cómo la pandemia de Covid-19 ha afectado en la calidad del sueño de la población.

La situación excepcional que estamos viviendo y los meses de confinamiento domiciliario han causado preocupaciones y temores que han alterado el comportamiento y la vida cotidiana y cambiado la forma en la que vemos el mundo. La investigación apunta un incremento de los síntomas relacionados con el insomnio y los trastornos del sueño en la población en general y remarcan que no es algo nuevo, sino que ya se ha experimentado con anterioridad en situaciones  de guerra, ataques terroristas o enfermedades infecciosas y pandemias previas.

Resultados

El estudio tuvo lugar durante la sexta semana de encierro en Finlandia y se realizó a un total de 4.275 personas con una edad media de 14 años.

Los encuestados afirmaron haber dormido más cantidad, pero el 54,2% informó sobre un aumento promedio de despertares y pesadillas en relación son la situación pandémica. En el 55% de los sueños también aparecían temas asociados con la Covid-19.

Los niveles de estrés percibido aumentaron en el 56% de los encuestados, el 18% informó de un gran aumento, mientras que el 38% lo hizo sobre un aumento medio. Solo el 22,1% informó no haber sufrido ningún cambio relacionado con el estrés, que aumentó más en mujeres que en hombres.

El impacto de la pandemia en los patrones de sueño se evaluó en términos de duración del sueño, latencia o tiempo que tarda el sujeto en dormirse, despertares por preocupación en exceso, regularidad del ritmo del sueño y frecuencia con la que el individuo tiene pesadillas, siendo las mujeres las más probables en sufrirlas de forma recurrente, pero también en registrar una mayor duración del sueño en comparación a los hombres.

Factores explicativos

Durante la cuarentena, muchas personas aseguran haber dormido más, pero con peor calidad que antes. Afirmación que se puede explicar a través de lo que los expertos conocen como el ciclo de luz y oscuridad, es decir, si nos despertamos más tarde, no perdemos la luz solar de la mañana que es clave para que nuestro cerebro entienda que en 12 o 14 horas llegará de nuevo el momento de dormir.

Este hecho sumado a la poca actividad que nuestro cuerpo experimentó durante los meses de confinamiento hizo que no nos sintiésemos lo suficientemente cansados y, por lo tanto, no tuviésemos esa necesidad de descansar. Los cambios de rutina cambiaron nuestro ritmo de sueño y provocaron a muchos el conocido como síndrome de retraso de fase de sueño. Un síndrome que suele darse con frecuencia en adolescentes y que se caracteriza porque el ciclo del sueño se retrasa con respecto al ciclo día-noche, manifestándose insomnio a la hora de acostarse y dificultad para despertarse por la mañana en el momento deseado.

Recomendaciones

La Sociedad Española del Sueño ofrece una serie de recomendaciones para lograr unos hábitos adecuados a la hora de dormir y recuerda la importancia del sueño como base fundamental de la salud. Establecer un horario regular de sueño o evitar la ingesta excesiva de alcohol y cafeína son algunos de los consejos.

Sueño saludable

1. Alimentación. Las bebidas consideradas estimulantes perjudican el sueño, mientras que las que contienen melatonina, como los plátanos, la piña o el aguacate, lo inducen y mantienen.

2. Horarios. Cada edad y cada persona presenta unos horarios de sueño propios en los que la eficiencia, duración

y profundidad del sueño son óptimas.

3. Las pantallas. Evitar el uso de dispositivos electrónicos con emisión de luz al menos dos horas antes del horario de sueño habitual. El uso excesivo retrasa el inicio del sueño.

0
Comentarios