Lomloe: ¿qué hay de nuevo? Así es la ley educativa que viene
Los cuatro objetivos y los cinco principios rectores de la Lomloe. MINISTERIO DE EDUCACIÓN Y FORMACIÓN PROFESIONAL
La ley Wert ya es (casi) pasado. Así lo anunciaba Isabel Celaá el pasado 23 de diciembre con una mezcla de alivio y emoción: “Damos la bienvenida a la Lomloe, una avenida de oportunidades frente a los muros y dobles caminos de la Lomce”. Una ley, según la ministra, “que desarrolla el talento de todas las personas hasta su máximo potencial, permitiendo el despliegue de todas las capacidades del que va más rápido y que el que necesita apoyo llegue a meta con esos refuerzos, conjugando la filosofía de la excelencia con la de la equidad”. Es el inicio de un cambio de discurso que tiene en la inclusión una palabra clave.
La Lomloe es una avenida de oportunidades que conjuga la filosofía de la excelencia con la equidad de todos
"Nada cambia si la evaluación no cambia. Se pretende que el equipo docente deje de actuar como “contable de suspensos”, en palabras del secretario de Estado de Educación, Alejandro Tiana, y que en las sesiones de evaluación dejen de escucharse “perlas” como las que el orientador Javier Cortés de las Heras y la jefa de estudios Elena Baviera retratan en el blog del primero, Revoluación, del tipo “Es muy vago y le cuesta” o “Como es flojito, por eso suspende”. También se buscará que sea el fin del “¿Esto entra para el examen?”, dentro de una evaluación que se aspira a que sea “continua, formativa e integradora”.
El equipo docente determinará si la promoción es lo mejor para el alumno, a pesar de las asignaturas suspensas, y teniendo en cuenta que en los 10 años de la escolaridad obligatoria solo podrá repetir dos veces (en Primaria solo en los cursos pares).
No queda ni rastro de las llamadas reválidas que intentó introducir Wert. La evaluación del sistema queda restringida a dos pruebas de competencias básicas, en 4º de Primaria y 2º de ESO (en vez de 4º), censales, y una prueba muestral y plurianual al final de Primaria y Secundaria. El alumno ya no podrá estar obsesionado por las reválidas de final de etapa (aunque nunca llegaron a aplicarse). Tampoco los centros con posibles rankings que pudieran derivarse de ellas, porque la Lomloe, como la LOE, los prohibe. Incluye, eso sí, un plan de mejora de centro en base al análisis de los distintos procesos de evaluación del alumnado y del centro.
Celaá no se ha cansado de repetir que el actual currículo peca de “enciclopédico y memorístico” y que el recambio debe ser más “competencial”. El alumno ya no debe “saberse la lección” o, peor, atiborrarse de información el día antes del examen para vomitarlo y acabar olvidándolo en un breve plazo de tiempo. Esto se notará sobre todo en la ESO, que se subraya que debe buscar un “aprendizaje competencial, autónomo, significativo y reflexivo en todas las materias”. Estas, además, podrán dejar de funcionar como compartimentos estancos y podrán integrarse en ámbitos hasta 3º. Las optativas podrán configurarse como trabajos monográficos o proyectos de aprendizaje-servicio.
¿Qué pasa con los alumnos más rezagados? ¿Y con los aventajados? ¿Cómo se desarrollan los talentos de todas las personas hasta su máximo potencial? En la práctica, esto se traduce sobre todo en medidas para los primeros (para los segundos habrá programas de enriquecimiento curricular). Se recuperan los programas de diversificación curricular en 3º de ESO, para poder lograr el título de graduado por esta vía, en lugar de los PMAR de la Lomce, que arrancaban en 2º y dejaban al alumno en un 4º ordinario. También se acaba con los itinerarios “con desigual valor”.
Al título de la ESO se podrá llegar en realidad por tres vías: 4º de ESO, diversificación y FP Básica. Además, quienes al terminar 4º de ESO no lo consigan “podrán alcanzarlo a través de la realización de pruebas o actividades personalizadas extraordinarias de las materias que no hayan superado”.
Se busca que el alumno estudie con alumnos no tan “como él” (por nivel socioeconómico y cultural, origen, condiciones de partida) y que los centros reflejen la heterogeneidad de su entorno, evitando centros gueto y burbuja. Se introduce por primera vez en una ley educativa en España el término “segregación del alumnado”. Las Administraciones establecerán una proporción equilibrada de alumnado con necesidades específicas de apoyo educativo en cada centro público y concertado y en caso de que en un centro la demanda supere la oferta las comisiones de garantías de admisión supervisarán el proceso para evitar que pueda conducir a esta segregación.
En el proceso de elaboración de la Lomloe han asesorado al Ministerio caras conocidas. Así, en el debate abierto en torno al currículo han participado los que fueron los padres del currículo Logse, Elena Martín y César Coll, y se espera un papel importante también a la hora de hacerlo más competencial de Florencio Luengo y Pepe Moya, del proyecto Atlántida.
De hecho, entre los expertos del mundo académico y universitario que están colaborando con el MEFP en la elaboración del currículo Lomloe hay dos grupos claros. En uno, más Logse, más Celaá, se encuentran César Coll, Elena Martín, Miguel Soler y Paco Luna y en otro, más LOE, más Tiana, Pepe Moya, Javier Valle y Antonio Bolívar.
Dos equipos con un alto grado de coincidencia en la mayor parte de las cuestiones (currículo sostenible, ODS, perfiles de salida y aprendizajes imprescindibles al finalizar 4º de ESO de Portugal como faro, las ocho competencias clave de la UE como guía…), y condenado a entenderse en la plasmación de estas.
La Lomloe es una oportunidad perdida para introducir cambios en las direcciones escolares o aportar más autonomía en la gestión de los recursos humanos. También permanece al final de Bachillerato la Prueba de Acceso a la Universidad (PAU) de la LOE, lo cual hará complicado cambios en la etapa, más allá de que se podrá cursar en tres cursos e introduce una nueva modalidad: General. Si hay voces que critican la Lomloe por rebajar la exigencia, también las hay que piden que cambie el Bachillerato en la misma línea que la ESO.
Los cambios y los tiempos
- Curso 2020-21. Aprobada el 23 de diciembre, publicada en el BOE el 30 y en vigor desde el 19 de enero, los cambios que afectan este curso son los relativos a la participación y competencias del Consejo Escolar, Claustro y director y la autonomía de los centros.
Las familias tendrán más voz en los consejos escolares, y los centros podrán fijar una parte del currículo.
Si a un docente se le abre un expediente y la Inspección emite una evaluación negativa podrá apartársele de la atención directa al alumnado. Además, en los centros concertados deberá haber, además de representantes del profesorado, de los padres, del alumnado y del personal de administración y servicios, un representante del ayuntamiento.
La selección de director y la admisión de alumnos, si se ha iniciado el proceso antes de final de año, seguirán en base a la Lomce. La Lomloe establece que el director sea elegido por una comisión con un tercio de profesorado elegido por el Claustro y otro tercio por miembros del consejo escolar que no sean profesores. En la Lomce, más del 50% debían ser representantes de las administraciones educativas. Los opositores que se presenten este año tendrán como referencia la Lomce en el temario, la programación didáctica y los supuestos prácticos. En 2022 ya será la Lomloe. - Curso 2021-22. Se implantarán los cambios en la evaluación, promoción y titulación. Se adaptarán 1º, 3º y 5º de Primaria (no se podrá repetir en estos cursos), 1º y 3º de ESO (el equipo docente determina si el alumno promociona pese a las materias suspensas) y 1º de Bachillerato (se podrá pasar a 2º con dos materias suspensas y conseguir el título con una) y FP Básica. Los alumnos que lo requieran podrán acceder a los Programas de Diversificación Curricular en 3º de ESO.
- Curso 2022-23. Se adaptarán los cursos pares. Dejará de haber un 4º de ESO con una opción de enseñanzas académicas y aplicadas. Se recuperará la Prueba de Acceso a la Universidad (PAU) de la LOE. Se realizarán las primeras pruebas de diagnóstico de competencias básicas en 4º de Primaria y 2º de ESO.