Realidad virtual, un viaje más alla del aula
¿De qué forma se puede aprender mejor el Antiguo Egipto? ¿Leyendo y viendo vídeos sobre ese tema concreto? ¿O aprenderemos mejor si visitamos el grandioso Templo de Lúxor con unas gafas de realidad virtual?
Es cierto que al leer, reproducimos en nuestra mente las ideas descritas a través de la escritura, simulando la realidad en nuestro pensamiento. Sin embargo, la realidad virtual nos lleva más allá, porque nos genera una experiencia sensorial que se aproxima mucho más al mundo real.
Al tratarse de una experiencia inmersiva, la atención de los alumnos es total y, por tanto, la asimilación de los conceptos es más eficiente. El poder recrear un contexto real acorta los tiempos de aprendizaje, ya que “viviendo” la situación directamente, la comprensión de lo que ocurre y la solución a los problemas se convierten en un proceso mucho más dinámico.
La importancia de esta tecnología radica en que fomenta el aprendizaje a través de una actividad voluntaria, agradable, con una finalidad y espontáneamente elegida, que implica adquirir nuevo lenguaje, nuevos conceptos y nuevas habilidades desde la libertad del niño de elegir el cuándo y el qué aprende.
No hay que olvidar que la herramienta principal de las gafas de realidad virtual es la imagen, y este es el formato al que los nativos digitales y jóvenes estudiantes mejor reaccionan, y más usan en su tiempo de estudio y de ocio. Los estudiantes recuerdan por más tiempo y con mejor claridad aquello que logran ver con sus propios ojos y experimentar mediante todos sus sentidos.
El potencial, por tanto, para la enseñanza en cualquier etapa educativa es enorme. No solo permite captar el interés de los alumnos de una forma novedosa en todo tipo de materias, sino que convierten las horas en el aula en una experiencia más divertida.