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Formación para enfrentar la desinformación

La alfabetización mediática se fomenta por las organizaciones internacionales, los medios de comunicación independientes y las autoridades. Los expertos afirman que la clave para poder combatir las noticias falsas está en las aulas.
Anastasia FedulovaMiércoles, 24 de febrero de 2021
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Al 39% de los encuestados en España les resulta difícil identificar los bulos en el flujo informativo, según el Eurobarómetro de 2019. © MARIA PETRISHINA

El clima de «la incertidumbre global» en el que se sometió el mundo ha sido el caldo de cultivo para la distribución de los bulos. Así, la desinformación ha hecho un nuevo giro en su evolución. Sin embargo, el conocimiento y la formación siguen siendo las armas principales y las más efectivas para poder combatirla.

Elon Musk ya se ocupa de ello

«El éxito de las noticias falsas radica en manejar la afinidad emocional con una dosis de verdad»: esta conclusión hicieron los investigadores de la Facultad de Ciencias de la Información de la UCM y la consultora de comunicación Torres y Carrera.

El experimento social Proyecto Culebras que se elaboró el año pasado consistía en el análisis de la vida útil de las noticias falsas en las redes sociales. Para realizar la investigación se establecieron cuatro relatos, falsificados y creados totalmente artificialmente. Uno de ellos era «un proyecto para leer la mente de los trabajadores».

Paulina Freire, una usuaria falsa, «publicó» en su cuenta en LinkedIn: «Los indicios son cada vez más claros, la instauración del teletrabajo traerá consigo una televigilancia salvaje sobre los trabajadores, incluso sobre sus cerebros. Elon Musk ya está trabajando en ello». Aunque en LinkedIn el contenido de Paulina Freire no parece haber obtenido mucho éxito, en Twitter se consiguieron más de 125.000 impresiones en total.

«Se buscó crear un relato de ficción que llevara a pensar que las empresas estaban cerca de conseguir el control sobre la transmisión de información entre sus trabajadores mediante telepatía», comentan los investigadores en el informe sobre el Proyecto Culebras.

Los bulos están cargados de estímulos emocionales, son atractivas para la mente y se extienden con una velocidad frenética.

La confusión de la sociedad provocada por la nueva realidad para la que nadie había estado preparado llevó al boom de las teorías de conspiración que comenzaron a circular a una velocidad frenética mientras subía el número de casos de la Covid-19. Estas ideas nutrieron el bulo-relato sobre telepatía mientras que el contexto actual del teletrabajo y el uso creciente de la tecnología fue el caldo de cultivo para la historia falsa sobre. «El rumor seduce porque nos proporciona una mejor manera de comprender al mundo», se señala en el informe elaborado por el equipo de investigación.

La psicología humana compleja resiste a la verdad y «favorece» la difusión de la desinformación: según el estudio realizado por el Instituto de Tecnología de Massachusetts y publicado en la revista Science en 2018, las noticias falsas en Twitter tienden a difundirse un 70% más rápido que las informaciones verdaderas, lo que confirma que la «aburrida» verdad no siempre nos importa frente al contenido fake que suele ser cargado de estímulos emocionales.

«La noticia falsa es ágil. Toda su esencia gira en torno al ingenio y la emoción. Imaginación para inventar una buena farsa y emoción para consumirla y compartirla con entusiasmo», señalan los investigadores del Proyecto Culebras.

El agujero negro de la Covid-19

«El coronavirus ha supuesto un antes y un después en la distribución de desinformación. Se podría decir que ha sido como una segunda pandemia, cuyo gran agujero negro se llama WhatsApp», comentó Carmen García Herrería del proyecto Maldita Educa.

El estudio de ScienceFlows de la Universidad de Valencia ha comprobado que la mitad de los bulos sobre la Covid-19 que circulaban por WhatsApp era sobre el tratamiento de la enfermedad: el consumo de ajo, líquidos calientes, paracetamol, listerine y otras sustancias absolutamente inservibles contra el virus y algunas, peligrosas para la salud. Los investigadores señalan que «los rumores podrían provocar el agravamiento de la saturación de los sistemas sanitarios por los efectos colaterales derivados de la puesta en marcha de algunas de las recomendaciones». Sin embargo, la desinformación y los rumores sobre la enfermedad y su tratamiento no han sido los únicos.

«Algunas empresas han sufrido fuertes crisis de reputación, fruto de bulos que muchas veces no tenían ningún fundamento; desde la app Houseparty y sus fallos de privacidad hasta la supuesta falta de abastecimiento en Mercadona durante las primeras semanas de confinamiento», añadió García Herrería.

El caos informativo observado a lo largo de la pandemia se deriva de muchos fenómenos, entre los cuales se mencionan el confinamiento y sus consecuencias a nivel psicológico, el desconocimiento y el miedo, pero también la propaganda nacional e internacional y la falta de credibilidad que sufren las instituciones públicas y los medios de comunicación.

La vacuna contra la desinformación es el conocimiento para poder informarse de fuentes rigurosas y fiables y navegar por ls redes sociales aplicando una visión crítica.

Educación contra la infodemia

En el año 2022 el público occidental llegará al punto cuando consumirá más contenido falso y manipulado que la información veraz, se detalla en el informe Top Strategic Predictions for 2018 and Beyond publicado en 2017.

Los educadores e investigadores afirman que el concepto «prosumidor», es decir, un consumidor de información que, al mismo tiempo, participa en su producción, se extiende con rapidez debido al acceso democratizado a internet, el uso descontrolado de las redes sociales y las características de la era digital en la que nos toca vivir.

En este contexto, las capacidades de cuestionar constantemente y ser crítico hacia la realidad se vuelven cruciales para poder discernir la información veraz y fiable de las noticias falsas o manipuladas. «No hay mucha tradición de consumo de medios de comunicación, tenemos que introducirles a los jóvenes estas prácticas para que se forme la generación que sea más crítica», señaló Francesc Xavier Puig García, director de Comunicación del Colegio de Periodistas de Cataluña.

Potenciar el pensamiento crítico es de importancia crucial para poder navegar en el flujo informativo con seguridad.

A través del proyecto Prensa en las escuelas cuya primera edición se celebró en 2009, el Colegio de Periodistas con el apoyo de la obra social La Caixa realiza los talleres de la alfabetización mediática en las escuelas catalanas: cerca de 3.500 alumnos de más de 70 centros educativos en toda la comunidad autónoma participan en el programa cada año.

A lo largo de los últimos años el enfoque de los talleres ha cambiado: desde el acercamiento al mundo de los medios de comunicación hasta la capacitación de los jóvenes con las herramientas y el conocimiento para que puedan encontrar la información fiable en la realidad marcada por la sobrecarga informativa. «Siempre intentamos poner al alumno en medio. Los participantes tienen un papel con un titular y admiten que en muchas ocasiones la noticia se acaba aquí para ellos», comentó Francesc Xavier Puig, señalando que una mirada crítica es indispensable para poder tomar las propias decisiones como usuarios y productores de la información responsables. 

Recursos para una verificación digital:
  • FotoForensics. A través de esta página web se puede ver las características técnicas (metadatos) de una imagen y averiguar si ha sido manipulada. FotoForensics propone tutoriales para ayudar a interpretar los resultados.
  • Tweetbeaver. La herramienta permite analizar las cuentas en Twitter, los seguidores comunes de dos cuentas elegidas y sus características. Puede usarse para entender los intereses detrás de las publicaciones y detectar cuentas falsas.
  • TinEye. Es una extensión para el navegador Google Chrome que ordena las imágenes por antigüedad y por fuente, lo que permite encontrar la más próxima a ser original y por su fuente comprobar si es fiable.
  • YouTube Dataviewer. Impulsada por la Amnistía Internacional, la herramienta permite ver los datos de videos subidos a YouTube, propone miniaturas de los videos con las que se puede hacer la búsqueda inversa de imágenes y verificar el contenido.
  • Google Street View. Las herramientas de Google facilitan la búsqueda de una localización concreta de la grabación de un video. También se puede averiguar la fecha o el periodo de tiempo cuando fue grabado.
  • Maldita App. La aplicación creada por Maldita.es avisa al usuario cuando está entrando en una web con desinformación o con el contenido ya desmentido por los periodistas de Maldita.es.
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Comentarios

  1. Resumen de prensa 25 febrero 2021Escuelas Católicas Castilla y León
    25 de febrero de 2021 09:46

    […] Formación para enfrentar la desinformación […]