La Pública contra la Pública
Estamos en plena campaña de captación de alumnado para el próximo curso y la Plataforma en Defensa de la Escuela pública, en mi opinión, otra vez está errando el tiro. Leo a las puertas de algunos centros mensajes como este o similares: “Matricula a tu hijo en la escuela pública. De todos y para todos”. No me parece un eslogan muy marketinero porque ninguna familia –o pocas– eligen centro en función de quién sea el titular sino más bien en función de la calidad del servicio: competencia del profesorado y equipo directivo, instalaciones, proyecto educativo, tecnología, proximidad, extraescolares, bilingüismo, metodologías, valores o ideario, etc. La noble causa ideológica de la defensa de lo público puede pesar cuando uno deposita su voto en una urna pero me temo que pesa muy poco cuanto uno deposita a su hijo en un colegio. Ahí, amigo, las ideologías pintan poco y lo único que se busca es un buen servicio, calidad educativa sin apellidos.
Ahí, amigo, las ideologías pintan poco y lo único que se busca es un buen servicio, calidad educativa sin apellidos
En alguna ocasión he contado que resido en una población donde un alto porcentaje de familias lleva a sus hijos a concertados o privados. Hace unos años la Comunidad de Madrid abrió a pocos metros un CEIP que luego se convirtió en en Ceipso. El nuevo centro se incorporó al Programa de Bilingüismo, el AMPA desarrolló un programa de extraescolares de gran nivel, los resultados académicos y el buen clima escolar también acompañaron… y todo impulsado por un equipo directivo y un Claustro altamente motivado y comprometido. Rápidamente se corrió la voz entre el vecindario de forma que algunas familias –de esas de Concertada de toda la vida, seguramente por prejuicios– empezaron a cambiar de cole sin mayor problema.
En estas fechas colegios y universidades de todo el mundo celebran sus días de puertas abiertas o presentan su oferta académica en ferias, suplementos de periódicos, vallas publicitarias, cuñas radiofónicas… Nunca he escuchado a Oxford usar como claim de sus campañas “Matrículate en la universidad pública” o a Harvard “Matricúlate en la universidad privada”. O en nuestras fronteras basta darse una vuelta por el medio centenar de universidades españolas e internacionales que están presentando esta semana su oferta académica en las jornadas de Puertas Abiertas Universitarias. Ninguna menciona quién es el titular porque a nadie importa: hablan de sus proyectos de investigación, de la empleabilidad, del prestigio de su profesorado… Y es que con frecuencia los peores enemigos de la escuela pública son los defensores de la escuela pública.