El valor de la lectura en el proceso de aprendizaje de los niños

En este mundo globalizado, el inglés funciona como el idioma universal, lo que lo hace esencial ahora y en el futuro, por lo que padres y educadores reconocen la importancia de incorporarlo en las vidas de sus hijos desde una edad temprana. Leer es la clave para aprender cualquier idioma, por lo que es deseable inculcar el amor por la lectura desde pequeños.

Hoy, los libros tienen que luchar contra grandes fuerzas digitales y electrónicas, pero, ¿qué proporcionan a los niños que otros medios de entretenimiento no pueden darles? Sobre todo control sobre su experiencia de alfabetización, ya que con un libro pueden controlar el ritmo y su interacción con él, volviendo a su página o dibujo favorito tantas veces como quieran y en el momento que quieran. Leer es una fuente de placer y de conocimiento, un vínculo con la familia, un impulso a la imaginación y la creatividad.

Desde la cuna

El momento de empezar a enseñar a los niños la buena costumbre de leer es, directamente, desde que nacen. Probad a leerles en voz alta a vuestros bebés y veréis que, aunque no entiendan las historias al principio, sí que responden a la cadencia de vuestra voz. Esto sienta las bases del habla, y posteriormente de la escritura. Lleva a tus pequeños a la librería y visita la sección infantil o asiste a las sesiones de cuentacuentos que suelen tener. Busca en internet listas de libros infantiles o álbumes ilustrados para que puedan ir forjando su propia biblioteca: una estantería que esté a su alcance y cuyos libros puedan mirar y ‘manosear’ cuanto deseen, siempre poniendo cuidado en las recomendaciones de edad de los editores y los bibliotecarios. Las reseñas literarias también pueden ayudarnos a elegir bien.

Al principio, los libros de tela o cartón duro pueden ayudar a que los niños aprendan ‘cómo funcionan’ (pasar las páginas, cómo es la portada, en qué orden se utiliza, incluso a reconocer unos pocos caracteres). Aprenderán rápido a manejarlos y a respetar libros más complejos, como los que tienen desplegables.

Enseñar a los niños a reconocer a sus autores favoritos reforzará su amor no solo por los libros, sino también por personajes o estilos más concretos. Intentemos evitar los tópicos o estereotipos y, si aparecen, hagámosles preguntas sobre ello para enseñarles a leer de manera crítica. Y recordemos que en la variedad está el gusto (aventuras, animales, familia, cuentos tradicionales…). Poco a poco ellos mismos desarrollarán sus preferencias.

La norma general para la lectura independiente en niños es que deberían leer solos a diario 5 minutos por cada curso escolar: 5 minutos si está en 1º de Primaria, 10 en 2º, 15 en 3º, etc. Pero por supuesto, esta ha de ser siempre una actividad voluntaria, y puede haber ávidos lectores que quieran leer durante más tiempo.

Aprender inglés con cuentos

Inculcar a un niño el amor por la lectura es compatible con incorporar el inglés en su vida. De hecho, es posible combinar ambos procesos de aprendizaje, especialmente con libros en inglés apropiados para su edad. Utilizando las recomendaciones que acabamos de mencionar podemos impulsar su alfabetización e imaginación también en inglés. Podemos alternar los cuentos que les leemos desde bebés en ambos idiomas o, si preferimos, podemos buscar grabaciones online.

Cuando los niños oyen un lenguaje divertido o musical, están construyendo sin darse cuenta su propio vocabulario. Y aunque tal vez no entiendan todas las palabras al principio, seguramente sí captarán el sentido, así como la cadencia, los patrones del lenguaje, el uso práctico de las palabras y la puntuación. Puede que al principio mezclen la sintaxis de dos idiomas que conocen, especialmente si uno es su lengua nativa y el otro lo están aprendiendo, pero esta práctica les ayudará a tener un mejor oído y pronunciación en el futuro. Generalmente, si la exposición al inglés se realiza desde pequeños, con siete u ocho años ya podrán leer solos en este idioma.

En español o en inglés, con dibujos o sin ellos, con pocas páginas o con cientos de ellas, el amor por los libros puede desarrollarse en la infancia y continuar en la edad adulta. Y los efectos de esta buena práctica se multiplican cuando el momento de lectura se comparte con la familia, ofreciendo oportunidades para conversar, hablar de los personajes o las ilustraciones y compartir su respuesta emocional e intelectual.

Unos padres sabios leerán a sus hijos o con sus hijos durante toda la vida. Considerad dedicar regularmente un tiempo para leer juntos. Podemos leerles artículos, poemas, recetas, leyendas tradicionales, novelas… ¡o análisis matemáticos! Todo vale, dependiendo siempre de los intereses de los miembros de la familia.

Una lengua, sea la materna o la de ‘adopción’, siempre puede regalarnos nuevas palabras, nuevos usos… Y lo mejor de todos, desarrolla un amor para toda la vida por la lectura y por el aprendizaje.

Suzanne Barchers es miembro del Consejo Asesor Educativo de Lingokids