El Defensor del Pueblo, en última instancia

Si algo llega como queja al Defensor del Pueblo es que la situación es muy grave y se han agotado todos los recursos. Cuando uno (y en este caso son muchos) acude a este organismo es que no le queda otra alternativa. En su último informe, esta institución recoge numerosas quejas de padres ante los grupos mixtos de alumnos de diferentes edades de Infantil y Primaria que se han organizado con motivo de la pandemia. Creen que van a acarrear un «desfase curricular». Es, junto a los ‘grupos burbuja’, una de las ocurrencias de nuestras administraciones educativas para que el Covid en las aulas no cree una crisis educativa de primer orden. El problema es que, por el camino, nos estamos dejando a los alumnos, sobre todo a los más desaventajados. Es verdad que los profesores suplen las carencias del sistema, pero no podemos hacer recaer en ellos todo el peso de la situación. A este problema se unen las carencias tecnológicas de las familias, los problemas en la elección de plazas y otras quejas.